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Una cena alucinante

Imagen de portada: araña saltarina. Autor: A. Navarro. Fuente: RTVE

I’ve seen things, you people wouldn’t believe…

(Blade Runner, 1982)

¿Su edad, nombre y apellidos por favor?

-40 años. Mi nombre es M*** T***.

Bien, gracias. ¿Podría explicar qué le ha sucedido, por qué está aquí?

-Hmm,…disculpe, aún sigo algo confuso.

No hay prisa, tranquilo. Veamos ¿cuándo comenzó a encontrarse mal?

-Ayer por la noche, un par de horas después de cenar. Pedí pescado en un local de Cannes y me sentó fatal: náuseas, vómitos, vaya nochecita. Por la mañana estaba mejor del estómago, pero estaba muy débil. Pensé «al diablo las vacaciones», cojo el coche y me vuelvo a casa. Preparé la maleta como pude y salí de Cannes. No llevaba conduciendo ni media hora cuando comenzó todo.

¿Todo, qué es todo?

-Pues…primero no veía bien, el paisaje se hizo borroso. Frené para evitar un accidente y descansar un poco, eso pensaba. Entonces estallaron unos chillidos salvajes, como si estuviese en medio de la jungla. Imagínese. Miré a un lado y a otro sin atreverme a salir. Busqué mi móvil pero noté que una sombra tapaba el coche. Miré hacia arriba y allí estaba: el vientre de una especie de escarabajo, con las patas colgando ¡como caído del cielo!. Apenas unos segundos y se esfumó.

Mi corazón a mil. Y entonces arañas ¡muchas arañas! casi tan altas como el coche. Bien juntas, una detrás de otra, corrían, saltaban ¡como si nada! ¡Dios! no sabía dónde meterme. Pero tenía el móvil. Atiné a marcar el número de emergencias para pedir auxilio…y aquí estoy.

Lo que acaban de leer se basa en un caso real sucedido en la riviera francesa en abril de 1994, publicado por de Haro y Pommier (2006), del Hospital Salvator en Marsella.

(Panorámica de Cannes. Fuente: Sofitel)

El diálogo es imaginario pero las circunstancias son verídicas. Varón, 40 años, ejecutivo. Tuvo que echarse a un lado de la carretera porque veía artrópodos gigantes. Ingresó en el hospital con taquicardia sinusal por el susto, ningún otro síntoma. 36 horas después no recordaba nada de «aquello». Cenó salema (Sarpa salpa).

El ictiosarcotoxismo es una intoxicación por la ingestión de carne de peces venenosos que se caracteriza por diversos trastornos digestivos y neurológicos.

(Gambierdiscus. Autor: F. Rodríguez)

Una de las formas más conocidas es la ciguatera, que hemos tratado aquí numerosas veces (p.ej. El beso de la ciguatera). La ciguatera es una intoxicación alimentaria que afecta al sistema nervioso periférico asociada a ciguatoxinas producidas por dinoflagelados (Gambierdiscus).

Pero existe otra forma de ictiosarcotoxismo más inusual –ictioalieinotoxismo– que afecta al sistema nervioso central y cuyos síntomas son alucinaciones.

Estas desaparecen en pocas horas y ello supone una diferencia importante con la ciguatera cuyos síntomas pueden prolongarse durante meses (las recaídas son incluso peores) y ocasionar la muerte en casos severos.

de Haro y Pommier incluyen 16 especies de peces relacionadas con alucinaciones. Todos los episodios de alucinaciones (insisto, TODOS), se han registrado en aguas cálidas del Índico, Pacífico y Mediterráneo (Hawaii, Túnez, Mauricio, Isla Reunión, etc.). Y entre dichos peces citan meros (Epinephelus corallicola), mugílidos (p.ej. Mugil cephalus), peces cirujano (Acanthurus), conejo (Siganus), etc. Los modos de alimentación de este menú alucinógeno incluyen de todo: herbívoros, carnívoros y omnívoros.

Salema (Sarpa salpa). Fuente: viajemarino

Algunos de esos peces tienen motes populares asociados a sus efectos. Así, a las salemas (Sarpa salpa, como la que cenó el ejecutivo cuarentón en Cannes) las conocen en árabe como «el pez que produce sueños«.

Y en varias islas de Hawaii a Mulloidichthys samoensis (una especie de pez cabra) le llaman «el jefe de los fantasmas«…

La confusión entre ciguatera e ictioalieinotoxismo surge de que –en algunos casos– las intoxicaciones por ciguatera (especialmente en el Índico) suman a los síntomas habituales otros como depresión, pesadillas y alucinaciones (p.ej. 16% de 477 pacientes entre 1986-1994 en Isla Reunión).

No hay evidencias sobre las sustancias que provocan las alucinaciones. Varios estudios las relacionan con algas y fitoplancton ingeridos por los peces a través de la dieta: macroalgas de la familia Caulerpaceae (en concreto por el alcaloide caulerpina), y/o microalgas tóxicas (dinoflagelados como Gambierdiscus, etc.).

Las publicaciones sobre este asunto sugieren que la probabilidad de que los peces te hagan pasar un mal rato varía según la época, región y modo de preparación. Para profundizar en ello lo primero es analizar los peces ¿no?

Pues con esa intención Bellasoued y col. (2012) estudiaron el contenido estomacal de 228 salemas recogidas a lo largo del año en el sureste de Túnez. Las salemas son un pescado barato de consumo habitual en la región, pero entre verano y otoño se desaconseja comerlas porque es más probable que sean alucinógenas.

En este trabajo descubrieron que las salemas pasaban mucho de Caulerpa y se alimentaban principalmente de hojas de Posidonia oceanica (con las que ingieren de paso los epífitos que habitan sobre ellas). Así que de Caulerpa y caulerpina, nada de nada…

Confirmaron que la presencia de dinoflagelados, incluyendo especies potencialmente tóxicas, aumentó mucho en las salemas a finales de primavera y en el verano. Pero en ningún caso descubrieron Gambierdiscus sino diversas especies de Prorocentrum, Ostreopsis, Coolia y Amphidinium, comunes en comunidades bentónicas de aguas cálidas.

A ello se suma que no se han confirmado (que yo sepa), brotes locales de ciguatera en el Mediterráneo. La presencia de Gambierdiscus en el Mediterráneo es minoritaria y no desarrolla proliferaciones como sí ocurre en otros dinoflagelados como Ostreopsis o Coolia. El único ejemplo que conozco sucedió en Israel donde se intoxicó una familia tras cenar pez conejo (Siganus). Y aunque se publicó como un caso «inusual» de ciguatera lo cierto es que sólo duró 12-30 horas y produjo alucinaciones…saquen ustedes sus propias conclusiones.

En el trabajo de Bellasoued y col. (2012) no analizaron toxinas en peces, pero sí un indicador de su posible presencia: actividades de enzimas antioxidantes en hígado, cerebro y carne. Y sus conclusiones fueron que los aumentos estacionales de dinoflagelados tóxicos se correlacionaban con la actividad antioxidante: primero empezando por el hígado y luego extendiéndose al cerebro y a la carne.

Esa actividad antioxidante no la encontraron en otra especie de pez «control» (Diplodus annularis) que habita en la misma zona pero que no ingiere dinoflagelados tóxicos en su dieta.

En otro estudio los mismos autores encontraron actividad citotóxica (en células humanas de hígado) de extractos tanto de epífitos de Posidonia como de hígado de salemas, pero no en los de su carne o cerebro. Así que recomendaron no comer hígados de salema (¡si es que alguien lo hacía!).

La historia de hoy surge de un tuit de @QueirugaRogelio que mencionaba los efectos alucinógenos de las salemas del Mediterráneo y la respuesta de @diversimar, que citaban a Bellasoued y col. (2012) preguntando si podría ocurrir en otros lugares. Pues ya ven: sólo en aguas cálidas.

En el caso concreto de Galicia, las comunidades bentónicas incluyen a géneros de dinoflagelados como Coolia, Prorocentrum, Amphidinium, algunos de ellos con especies potencialmente productores de toxinas. Pero no producen proliferaciones.

Además, la presencia de dinoflagelados tóxicos como Ostreopsis y Gambierdiscus no se ha documentado hasta la fecha en Galicia, donde el afloramiento estacional supone una barrera natural para el asentamiento de poblaciones estables adaptadas a temperaturas más cálidas.

Como saben los asiduos al blog los únicos brotes locales de ciguatera en España se han registrado en Canarias (p.ej. De repente la ciguatera).

Con la cantidad de proteína de pescado que se consume en Galicia si tuviésemos especies alucinógenas ya las conoceríamos ¡y seguro que también tendrían motes populares!

Referencias:

  • Bellasoued K. y col. Antioxidant response of a common herbivorous fish species (Sarpa salpa): Seasonal variation. Ciencias Marinas 38:57-71 (2012).
  • Bellasoued K. y col. Evaluation of cytotoxic compounds in different organs of the sea bream Sarpa salpa as related to phytoplankton consumption: an in vitro study in human liver cell lines HepG2 and WRL68. In Vitro Cell.Dev.Biol.—Animal 48:528-534 (2012).
  • de Haro L. & Pommier P. Hallucinatory Fish Poisoning (Ichthyoallyeinotoxism): Two Case Reports From the Western Mediterranean and Literature Review. Clin. Toxicol. 44:185-188 (2006).
  • Karalis T. Three clusters of ciguatera poisoning: Clinical manifestations and public health implications. Med. J. Aust. 172:160–162 (2000).
  • Quod J.P. & Turquet J. Ciguatera in Reunion Island (SW Indian Ocean): Epidemiology and clinical patterns. Toxicon 34:779-785 (1996).
  • Raikhlin-Eisenkraft B & Bentur Y. Rabbitfish («Aras»): An Unusual Source of Ciguatera Poisoning. Isr. Med. Assoc. J. 4:28-30 (2002).
  • Vilariño N. y col. Human Poisoning from Marine Toxins: Unknowns for Optimal Consumer Protection. Toxins 10:324 (2018).

Un Alexandrium para Santi

Imagen de portada: Santi Fraga en el curso COI (2008). Autora: Mónica Lion.

Siendo estudiante de doctorado me encontré casi sin creérmelo en la conferencia de fitoplancton tóxico ICHA 2000 (Hobart). Si mal no recuerdo allí conocí a Santi Fraga. Gracias a mi director de tesis, Manuel Zapata, que además de llevarme al congreso era su amigo y colega profesional.

Años después, en el centro oceanográfico de Vigo, trabajé en un despacho vecino al suyo desde 2008. Santi se jubiló al finalizar 2017, tras 40 años en el IEO.

Un año antes participamos en la conferencia ICHA 2016 (Florianópolis), y entre pinchos y copas en la recepción de bienvenida, sus autoras desvelaron una nueva especie de dinoflagelado: Alexandrium fragae.

Suema Branco, Santi Fraga y Mariângela Menezes, con el póster de Alexandrium fragae durante la conferencia ICHA 2016.

Se la dedicaban a Santi, quien ha compaginado su investigación con una intensa formación en taxonomía de fitoplancton tóxico, mediante cursos internacionales y los que organizaba la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) en el IEO de Vigo, con asistencia sobre todo de estudiantes latinoamericanos.

Una de las firmantes del trabajo de A. fragae (Mariângela Menezes) recuerda así cómo le conoció:

O Santi também ministrou um curso sobre dinoflagelados aqui no Brasil em 2008. Acho que foi quando começamos a trocar figurinhas. Eu o conheci em 2006, em um curso sobre algas nocivas na Argentina, organizado pela Marta Ferrario. De imediato, o convidei para ministrar o curso. Foi excelente! Foi a primeira vez que veio ao Brasil.
Caramba! Já se vão 14 anos desde que conheci o Santi!! O tempo passa rápido.

26 junio 2020 (M. Menezes)

Con el tiempo algunos de aquellos estudiantes terminaron como investigadores y colegas de profesión. Tal es el caso de la primera autora de A. fragae: Suema Branco, que participó en aquel curso organizado por Mariângela en 2008 y…mejor que lo cuente ella:

Eu fiz o curso COI de taxonomia em Vigo no ano de 2012. Mas conheci o Santi no Brasil, em 2008, num curso que a Mariângela o convidou para ministrar: curso «Teórico-Prático sobre Dinoflagelados Marinhos», na Universidade Federal do Rio de Janeiro, UFRJ.
Quando fiz o curso de 2008 eu era ainda aluna do bacharelado de ciências biológicas, na UFRJ. As aulas do Santi foram ótimas, aprendi muito com ele em 2008 e em 2012. Além disso, sempre foi muito generoso e solicito com todos. Ele é um excelente taxonomista e uma pessoa muito amável. Temos muita admiração e carinho pelo Santi.

27 junio 2020 (S. Branco)
Curso COI 2012 (IEO Vigo). A la izquierda Santi Fraga con Jacob Larsen. Y en primera fila, Suema Branco. Autora: Mónica Lion.

Fruto de esa colaboración con colegas de la UFRJ, hace unos años estudiamos conjuntamente cultivos de dinoflagelados aislados en Brasil, que resultaron pertenecer a una nueva especie.

Santi nunca dudó de que debía llamarse Prorocentrum caipirignum. La broma, que no era tal, circuló por email de un lado a otro del Atlántico. Pero en 2015, cuando Mariângela visitó el IEO de Vigo, se dio cuenta de que iba en serio. Todavía recuerdo su desconcierto (entre risas) cuando él mismo se lo confirmó.

¡Y vaya si se publicó con aquel nombre! El artículo dice así:

Etymology: The epithet caipirignum makes reference to “caipirinha”, a popular cocktail typical and original from Brazil but also consumed in many other countries of the world. Although P. caipirignum is described from Brazil, it is also present in other countries.

Nascimento y col. (2017).
Prorocentrum caipirignum. A) autofluorescencia de la clorofila a, B) célula vista con iluminación en campo claro. Fuente: Nascimento y col. (2017).

Pero Santi también es serio -a veces- y ha escogido razones más «tradicionales» para nombrar a otras especies. Por ejemplo, para la primera cita en España de Gambierdiscus (Fraga y col. 2011), un género de dinoflagelados tóxicos asociado con el síndrome de ciguatera.

En aquel trabajo describió una nueva especie, a partir de muestras de agua que él mismo recogió en charcas intermareales de Tenerife (Punta del Hidalgo). Su nombre, G. excentricus, se refiere a un rasgo morfológico que facilita su identificación:

Etymology: Refers to the position of the Po plate which is ventrally displaced compared to other species of Gambierdiscus in which it is centrally located.

Fraga y col. (2011)
Gambierdiscus excentricus. Fíjense en la placa Po, desplazada hacia la placa 1″. De ahí le viene su nombre. Fuente: Fraga y col. (2011)

Santi también le ha dedicado especies a otros colegas como Estela Sousa da Silva o a su admirado Enrique Balech. En ambos casos también del género Gambierdiscus. Sus méritos los reflejó así en sendos artículos…

En primer lugar G. silvae (descrito en Canarias).

Etymology: This species is dedicated to the late Dr. Estela Sousa e Silva, a Portuguese researcher who was the first to report a Gambierdiscus species from samples taken in Cabo Verde in 1948 although as Goniodoma sp.

Fraga & Rodríguez (2014)
Gambierdiscus silvae. En la visión apical (A) la placa Po (el circulito central) está aproximadamente a media distancia entre las placas 1″ y 3″. En (D) un zoom de la Po. Fuente: Fraga y Rodríguez (2014).

Y en segundo lugar G. balechii (descrito en Indonesia).

Etymology: It honors the late Prof. Enrique Balech for his outstanding contributions to the taxonomy of armored dinoflagellates.

Fraga y col. (2016)
Quistes de Gambierdiscus balechii. Fuente: Fraga y col. (2016).

En mi caso, me gustaría destacar de Santi el perfeccionismo a la hora de realizar su trabajo y su infatigable curiosidad, pero también su simpatía, cercanía y buen humor. Siempre planteándose preguntas, las más interesantes, y contagiando su entusiasmo a los demás para responderlas.

Aparte de uno de los taxónomos de dinoflagelados más reconocidos a nivel mundial, Santi es un magnífico conversador y contador de historias. Él fue quien me descubrió la descripción de las mareas rojas en 1918 por Sobrino y el famoso cuadro desaparecido.

Y tantos otros relatos, algunos de los cuales han aparecido en este blog...

Como la copia del escrito de Urdaneta (1580) que obtuvo para documentar lo que podría ser el primer registro de intoxicación por ciguatera.

Sucedió en 1525, en la actual isla de Annobon (Golfo de Guinea), durante la segunda circunnavegación al mundo. Urdaneta describe la intoxicación de los capitanes tras zamparse una barracuda. Todos los afectados murieron tiempo después, entre ellos Juan Sebastián Elcano.

El hecho de intoxicarse con aquel pez (carnívoro y asociado al riesgo de ciguatera) y que fallecieran luego por causas desconocidas, distintas al escorbuto, apunta a la ciguatera como motivo de aquel suceso.

El texto dice: «“En esta ysla se pescó un pescado en la nao Capitana muy fermoso que se llama picuda y el Capitán General convidó algunos de los capitanes e oficiales del Rey y todos los que comieron de la picuda cayeron malos de cámaras que se iban sin sentir que pensamos que murieran empero quiso nuestro criador que guarescieran todos”. Sin embargo, tras su recuperación inicial, todos perecieron. Fuente: Urdaneta (1580).

Santi incluyó este relato en la descripción de Gambierdiscus excentricus (Fraga y col. 2011), que luego reprodujo un informe GEOHAB (Berdalet y col. 2012).

Y ya sólo me queda el epílogo antes de leer sus comentarios…

Branco y col. (2020) publicaron ¡al fin! aquella nueva especie aislada en 2014 en la Bahía de Guanabara (Río de Janeiro): Alexandrium fragae. Productora de saxitoxinas y otros compuestos relacionados (GTX2 y GTX3), que pueden suponer un riesgo para la salud por el consumo de marisco contaminado (intoxicación paralizante: PSP).

Alexandrium fragae. Fuente: Branco y col. (2020).

Por sus dimensiones y aspecto, Branco y col. consideran que A. fragae podría haber pasado inadvertido en estudios previos como variantes morfológicas de A. minutum con un intrigante patrón reticulado. Pero fueron ellas las que acertaron y se llevaron «el gato al agua» ¡enhorabuena!

Y así justificaron una dedicatoria que suscribiríamos todos…

Etymology: The species epithet is dedicated to dr. Santiago Fraga, for his significant contributions to the taxonomy of harmful marine dinoflagellates.

Branco y col. (2020)

Referencias

  • GEOHAB 2012. Global Ecology and Oceanography of Harmful Algal Blooms, GEOHAB Core Research Project: HABs in Benthic Systems. Berdalet E. y col. (Eds.). IOC of UNESCO and SCOR, Paris and Newark, 64 pp.
  • Branco S. y col. Morphology and molecular phylogeny of a new PST-producing dinoflagellate species: Alexandrium fragae sp. nov.(Gonyaulacales, dinophyceae). Harmful Algae 95:101793 (2020).
  • Fraga S. y col. Gambierdiscus excentricus sp. nov. (Dinophyceae): a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands (NE Atlantic Ocean). Harmful Algae 11:10–22 (2011).
  • Fraga S., Rodríguez F. Genus Gambierdiscus in the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) with description of Gambierdiscus silvae sp nov., a new potentially toxic epiphytic benthic Dinoflagellate. Protist 165:839–853 (2014).
  • Fraga S. y col. Gambierdiscus balechii sp. nov. (Dinophyceae), a new benthic toxic dinoflagellate from the Celebes Sea (SW Pacific Ocean). Harmful Algae 58, 93–105 (2016).
  • Nascimento S.M. y col. Morphology and phylogeny of Prorocentrum caipirignum sp. nov. (Dinophyceae), a new tropical toxic benthic dinoflagellate. Harmful Algae 70:73-89 (2017).
  • Urdaneta A. Relación de los sucesos de la armada del comendador Loaisa a las Islas de la Especiería o Molucas en 1525 y sucesos acaecidos en ellas hasta el 1536. Real Biblioteca II/1465 (1580).

ICHA18 (Nantes, 2018)

Imagen de portada: macarons ICHA [Autora: @MartinaADoblin]

Maquetas de Vulcanodinium rugosum y Dinophysis acuminata en «La Cité», el centro de eventos donde se celebró ICHA2018. Autor: F. Rodríguez.

Dudaba si escribir o no esta entrada porque otras anteriores sobre conferencias ICHA no despertaron mucha atención. Pero tropezaré 3 veces con la misma piedra porque la Conferencia Internacional sobre Algas Tóxicas es LA REUNIÓN.

En ella se muestran los últimos avances y temas candentes en el estudio de microalgas tóxicas y no puedo despedir el año sin hablar de ella.

El programa de las ICHA es lo más parecido a una «Olimpíada de algas tóxicas» con muchas disciplinas simultáneas. Y aunque no se repartan medallas también hay algunos premios!

Las convoca cada 2 años la ISSHA (International Society for the Study of Harmful Algae), que colabora con el comité organizador en su celebración (p.ej. con becas de viaje para estudiantes) y en la publicación posterior de comunicaciones.

Hall de «La Cité» durante la ICHA2018. Autor: @cilmkt.

La XVIII edición se celebró en Nantes (Francia) entre el 21-26 de octubre 2018 y batió el récord de participación con más de 750 personas de 64 países. El comité organizador estaba formado casi exclusivamente por investigadores del IFREMER, con Philipp Hess a la cabeza.

Los 3 grandes temas considero que fueron [1] ecología (dinámica de poblaciones, biogeografía y efectos del cambio climático), [2] detección de toxinas y [3] estudios «ómicos» (principalmente genómicos y transcriptómicos).

Pero no se asusten: no pretendo levantar acta de 623 contribuciones (entre charlas orales y pósters) agrupadas en 24 temas. Para ello ya está el listado de comunicaciones y resúmenes en ICHA2018. Les hablaré desde mi perspectiva parcial, subjetiva y muy limitada sobre algunos de los trabajos que más me impactaron.

Asistir a todas las charlas con 3 sesiones simultáneas era imposible, te mueves entre salas y aún así cuando los horarios se desplazan no llegas a tiempo…

Un copépodo productor de copepodamidas citado por Lundholm: Centropages hamatus. Giant Microbes lo vende en mini-peluche. Fuente: ZIMNES.

Eso mismo me pasó con una de las presentaciones más atractivas: «Induction of domoic acid production: kinetics and types of grazers and diatom species«, de Nina Lundholm (Museo de Historia Natural de Dinamarca, Copenhage).

Las copepodamidas son lípidos polares producidos por copépodos -es decir, predadores de fitoplancton- descubiertos en 2015 (Selander y col.) como señales químicas inductoras de la producción de toxinas paralizantes en dinoflagelados (Alexandrium minutum).

Se trata de las primeras sustancias identificadas en la interacción entre fitoplancton y zooplancton: las copepodamidas alertan al fitoplancton de la amenaza de los predadores y desencadenan como respuesta defensiva la producción de toxinas. Y Lundholm explicó que también estimulan la producción de toxinas amnésicas (ácido domoico) en diatomeas del género Pseudo-nitzschia.

Alexandrium catenella. Autor: Pablo Salgado.

Los trabajos sobre cianobacterias disfrutaron de un protagonismo mucho mayor que en reuniones pasadas como una charla plenaria de Anna Michalak (Stanford University, EEUU), sobre los blooms de Microcystis en el lago Erie.

También se presentaron numerosos estudios sobre Alexandrium catenella productor de toxinas paralizantes– cuyas proliferaciones anuales en el sur de Chile suponen serios riesgos para la salud pública e impacto socio-económico por sus efectos negativos sobre la extracción y comercialización de productos marinos (marisco y acuicultura).

La lista de investigadores e instituciones implicadas sería muy larga (IFOP, Universidad Austral, de Concepción, de Los Lagos, San Sebastián, laboratorios ministeriales, Plancton Andino, etc) y demuestra el esfuerzo actual dedicado en Chile tanto a esta especie como a otras microalgas nocivas (Dinophysis) e ictiotóxicas (Pseudochattonella y Karenia).

Pero si tengo que mencionar un asunto que centrase la atención me quedo con casi 60 comunicaciones relacionadas con ciguatera, incluyendo la descripción de dos nuevas especies del dinoflagelado causante de dicha intoxicación: Gambierdiscus lewisii y holmesii, de la gran barrera de coral (póster 123; Kretzschmar y col.).

Pez Napoleón (Cheilinus undulatus). Autor: Giusseppe Mazza. Fuente: Mónaco Nature Encyclopedia.

Mireille Chinain (Instituto Louis Malardé (ILM), Papeete, Polinesia francesa), insistió en la importancia de caracterizar la diversidad de especies de Gambierdiscus y sus toxinas para relacionar dicha información con los perfiles de toxinas encontrados en peces ciguatos.

Destacó que algunos ejemplares muestran efectos visibles que reconocen los pescadores y asocian con su toxicidad, como cambios de color (Cheilinus undulatus: verde (ok!), azul-púrpura (ciguato!)), y/o trastornos del comportamiento al nadar. También hemorragias en la cola, que relacionan con los efectos hemolíticos de las toxinas evitando consumir dichos peces.

Chinain también llamó la atención sobre casos recientes de ciguatera no asociados a peces sino con invertebrados: erizos, gasterópodos, pulpos y langostas (Islas Marquesas y Kiribati: Harmful Algal News nº60). Sólo en la Polinesia francesa se declaran 350-500 casos anuales (Clémence Gatti, ILM). Por ello el 100% del personal sanitario ha tratado pacientes con ciguatera alguna vez, y el 45% con personas aquejadas de síntomas crónicos. Casi el 60% de los afectados opta por remedios tradicionales y solo acuden al médico en los casos más graves.

Mero de Cola Luna (Variola louti). Autor: Jacek Madejski. Fuente: Naturalista.

Luc de Haro (Assistance Publique Hôpitaux de Marseille, Marsella, Francia), recordó la siguiente anécdota: la intoxicación por ciguatera en una pareja de turistas franceses en Mauricio en 2010, explicando que se trató de un brote después de una fuerte tormenta tras consumir Variola louti.

Los síntomas remitieron al cabo de 4-7 semanas y les recomendaron evitar el alcohol y peces tropicales.

Pero un año después, disfrutando de vacaciones en Senegal, les ofrecieron pescado en un hotel y aunque al principio se negaron luego les convencieron explicándoles que allí no existía ciguatera.

Pues bien: se intoxicaron otra vez! con un barbudo (Polydactylus quadrifilis). Pero fueron los únicos clientes del hotel que desarrollaron síntomas demostrando que estaban hipersensibilizados. Todavía se desconocen los mecanismos que provocan la resurgencia de ciguatera en pacientes que ya la han contraído.

Las últimas ICHA incluyen una modalidad de charlas breves asociadas a un póster, en las que solo da tiempo a señalar los resultados más interesantes para atraer la atención sobre el trabajo. Y esto fue lo que hizo Ingrid Sassenhagen (Université du Littoral Côte d’Opale, Dunquerque, Francia) de manera simpática. Mostró imágenes de unos parásitos desconocidos que observó en diatomeas y cuando esperábamos que revelase qué eran nos espetó: «si quieren descubrir su identidad visiten el póster 244, gracias!«.

Colonias gigantes de Phaeocystis globosa como las de esta imagen aparecen en las costas de China desde 1997. Fuente: Lu Songhui (2016).

Sobre los métodos de mitigación de proliferaciones tóxicas citaré a Z. Yu (National Laboratory for Marine Science and Technology, Qingdao, China) quien explicó los riesgos que suponen los blooms de enormes colonias de Phaeocystis globosa cuando proliferan cerca de circuitos para la toma de agua en la refrigeración de centrales nucleares.

Para eliminarlas han ensayado la deposición de arcilla modificada (cargada positivamente para atraer las células) que consigue eliminar un 70-80% de las células –y las que quedan no crecen porque quedan dañadas-.

Dicho método también lo ensayaron con éxito para limpiar un lago afectado por un bloom de cianobacterias tóxicas (Microcystis aeruginosa) durante los juegos nacionales de China en 2005.

Mini-cerebros. Autores: Thomas Hartung &David Pamies (Johns Hopkins Center for Alternatives to Animal Testing and Organome, LLC) & Paula Barreras & Carlos Pardo (Division of Neuroimmunology and Neurological Infections, Johns Hopkins Hospital). Fuente: Scientific American.

Thomas Hartung (Johns Hopkins University, Baltimore, EEUU), dio una charla plenaria sobre modelos en estudios toxicológicos. Muy interesante. Destacó la creciente concienciación sobre la limitación de los ensayos sobre modelos animales (“no somos ratas de 70 kg”), y que las líneas celulares acumulan también modificaciones genéticas y están sujetas a artefactos de cultivo.

Planteó el desarrollo de modelos virtuales que recreen la complejidad de los pacientes humanos hacia un “paciente virtual personalizado”. Modelos matemáticos que eviten ensayos reales en animales y que hagan un cribado previo para recrear los resultados “in silico”.

En ese momento habló de los “mini-cerebros”: tejidos cerebrales creados en su laboratorio a partir de células madre humanas, que muestran actividad y establecen comunicación entre sus neuronas. Un modelo prometedor para estudiar enfermedades degenerativas o los efectos de diferentes sustancias neurotóxicas tales como las biotoxinas producidas por las microalgas.

Y ahora comentaré tres charlas que me provocaron especial intriga e interés…

Bora Lee antes de desvelar su secreto!. Autor: F. Rodríguez.

La primera de ellas tiene que ver con esta misteriosa imagen. En ella una estudiante de doctorado, Bora Lee (Chonnam National University, Corea del Sur) se pregunta ¿qué es?

Se refiere al corpúsculo rojo que aparece en algunas células de dinoflagelados tóxicos del género Ostreopsis durante los muestreos naturales.

Pues dicho y hecho. Aisló corpúsculos rojos de varios individuos de Ostreopsis y amplificó mediante PCR fragmentos de genes marcadores que le permitieron identificar su naturaleza. El resultado: algas rojas. Esto demuestra que Ostreopsis es mixótrofo y puede alimentarse de dichos organismos. La cuestión es cómo…

La segunda charla presentó un descubrimiento rompedor: la producción de vesículas extracelulares en dinoflagelados a cargo de Esther Garcés (ICM-CSIC, Barcelona, España).

Esther Garcés al comienzo de su charla sobre las vesículas extracelulares. Autor: F. Rodríguez.

En 2014 Biller y col., del laboratorio de Sallie W. Chisholm, demostraban por primera vez la liberación de dichas vesículas en microorganismos marinos (cianobacterias de los géneros Prochlorococcus y Synechococcus), con presencia de proteínas que aportarían quizás una fuente de alimento a otros microorganismos.

Asimismo también establecieron que esas diminutas estructuras esféricas (100 nm) poseían ADN y ARN, así que podrían suponer un mecanismo para la transferencia de genes, etc.

Su descubrimiento en dinoflagelados por parte de Esther Garcés y col. abre un campo nuevo de estudio en las microalgas tóxicas rebosante de cuestiones acerca de su papel en la ecología y dinámica de poblaciones, incluyendo patogenicidad, resistencia a infecciones, fuente de nutrientes, evolución y adaptación al medio…quien sabe!

La tercera charla mereció los aplausos del público durante la misma: tal fue el éxito que incluso le pedimos un bis al conferenciante para que volviese a poner «ése vídeo del que todos hablan» que tanto nos impresionó.

Heterocapsa circularisquama HCLG-1 infectada por el virus HcRNAV109. Microscopio electrónico de transmisión (A) Célula sana mostrando el núcleo (N), cloroplastos (Ch) y pirenoides (Py). (B) 48 h después de la infección con viroplasma (VP) y degradación de orgánulos. (C, D) el virus HcRNAV109. Fuente: Tomaru y col. (2004).

K. Nagasaki (Kochi University, Kochi, Japón) demostró que es posible aislar manualmente! el núcleo de un dinoflagelado nocivo (Heterocapsa circularisquama) infectado por virus.

El vídeo formaba parte de un trabajo todavía sin publicar y fue uno de los revisores quien solicitó una evidencia visual sobre lo que aseguraban haber conseguido: aislar el núcleo de Heterocapsa con una micropipeta de vidrio.

Sin palabras. Solo aplausos.

Y por si fuera poco, las imágenes de microscopía de barrido que mostró K. Nagasaki con las células de Heterocapsa infectadas y el detalle de los virus fueron igualmente impactantes por su detalle y calidad. Im-pre-sio-Nantes.

Para terminar, entre los premios que se entregaron destacaré uno en particular.

Beatriz Reguera, de nuestro grupo de investigación del IEO de Vigo, recibió el premio Yasumoto que reconoce su contribución a lo largo de la carrera profesional al conocimiento sobre algas nocivas y ficotoxinas, así como los servicios prestados a la ISSHA.

Y con esta imagen de grupo al término de la conferencia les dejo. Espero que les haya interesado y aprovecho para desearles Felices Fiestas y Año Nuevo.

Nos vemos en 2019.

Referencias:

-Biller S.J. y col. Bacterial Vesicles in Marine Ecosystems. Science 343:183-186 (2014).
-Glaizal M. y col. Ciguatera contracted by French tourists in Mauritius recurs in Senegal. Clinical Toxicology 49(8):767 (2011).
-Selander E. y col. Predator lipids induce paralytic shellfish toxins in bloom-forming algae. PNAS 112(20):6395-400 (2015).
-Songhui L. Phaeocystis globosa: a giant colonial harmful species in the WESTPAC waters. WESTPAC HAB Workshop 2016. Disponible en iocwestpac.org
-Tomaru Y. y col. Isolation and characterization of two distinct types of HcRNAV, a single-stranded RNA virus infecting the bivalve-killing microalga Heterocapsa circularisquama. Aquat. Microb. Ecol. 34(3):207-218 (2004).

 

De repente la ciguatera

Antes de escribir pensé: ¿cuántas veces he tratado sobre ciguatera y Gambierdiscus? Y encontré hasta 7 entradas, la primera de ellas sobre G. excentricus«Una especie nueva en Canarias» (Fraga y col. 2011), y la última «La isla de arena».

Hoy llega la nº8, a propósito de varios artículos sobre ciguatera en medios de comunicación nacionales y también de una nueva publicación de nuestro grupo del IEO de Vigo (Rodríguez y col. 2017).

¿A qué viene tanta atención en la prensa? Pues no lo sé. Una intoxicación grave sí sería noticia, pero tal cosa no ha sucedido en estos días, que sepamos. Aunque es verdad que la ciguatera es un riesgo emergente en Canarias muy presente en las autoridades sanitarias, pescadores locales y sociedad en general.

Fuente: AECOSAN

Los brotes de ciguatera en Europa durante la última década (en Canarias y en Alemania, aunque en este país por pescado importado), han despertado el interés de autoridades e investigadores >>> y las consecuencias del control obligatorio de ciguatoxinas previo a la venta del pescado que sobrepasa los límites de peso en especies de riesgo (medregal, mero, etc), preocupan cada vez más a las cofradías de pescadores de Canarias <<<

En el área de investigación encontramos al proyecto europeo EuroCigua (cofinanciado por la EFSA y coordinado por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición: AECOSAN), y a nivel nacional el proyecto CICAN de nuestro grupo (finalizado en 2016). Además, el pasado 10 de marzo comenzó el proyecto MIMAR, con financiación del programa MAC 2014-2020 de cooperación territorial de la UE (INTERREG), en el que se estudiará también Gambierdiscus en la región de la Macaronesia.

El boom en prensa lo desató el diario ABC el 24 de junio con «La ciguatera, el «nuevo anisakis» que llega al pescado europeo», bajo el epígrafe «CAMBIO CLIMÁTICO» y con el segundo titular de «Europa investiga la expansión de una toxina en el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, típica del Caribe, que causa intoxicaciones alimentarias».

Conste que el contenido del artículo era bastante acertado. Pero usar algo que el público conoce (parásito Anisakis) para explicar luego otra cosa que no tiene nada que ver (microalga Gambierdiscus) confunde mucho.

Gambierdiscus fotografiado a 400 aumentos. Autor: F. Rodríguez

Enganchar al lector con un titular atractivo no es malo siempre que ello no suponga olvidarse de un mínimo de rigor. Porque luego queda la sensación de una serpiente de verano, o algo peor, un «clickbait»: contenidos sin interés con un titular impactante (que no era el caso pero…).

Lo cierto es que ABC consiguió arrastrar la atención del público a la vista de la cascada de artículos y entrevistas en otros medios de comunicación y webs diversas. La mayoría, todo hay que decirlo, fueron certeros en la presentación y explicación de la ciguatera, clamando al cielo de paso por meter al parásito Anisakis de por medio.

Les recomiendo los artículos de Miguel A. Lurueña en El País («La ciguatera no es el nuevo Anisakis»), Marián García en «Boticaria García» (Ciguatera: 7 claves de la «nueva» intoxicación por pescado»), Maika Ávila en La Ser («Por qué la ciguatera no es el nuevo Anisakis?»), o Javier Peláez en Yahoo Noticias con el definitivo «Ciguatera, Anisakis…¿alguien me puede aclarar qué está pasando?.

Entre los que patinaron sobre este tema destaca el diario La Vanguardia con dos artículos titulados «Ciguatera, la toxina que afecta como el anisakis amenaza al pescado europeo» y ¿Se convertirá la ciguatera en la próxima crisis alimentaria?

Finalmente, también consultaron desde los medios a dos colegas míos del IEO de Vigo: Isabel Bravo en «Esto me suena. Las tardes del Ciudadano García» de Radio 5 (a partir del minuto 43) y Santi Fraga en La Voz de Galicia: «La ciguatera preocupa en las Canarias».

Antes de continuar vamos a aislar una célula de Gambierdiscus para cultivarla en el laboratorio. Para ello podemos usar un capilar de vidrio y succionar suavemente al otro extremo mientras la tenemos localizada bajo el microscopio, tal que así…!!

No insistiré otra vez en explicar qué es la ciguatera, sus causas y síntomas. Creo que ya es de sobra conocida por los lectores del blog y esa información la encontrarán fácilmente en entradas antiguas y en muchos de los artículos ya citados.

Lo que aclararé son 4 asuntos sobre ciguatera, Canarias y Gambierdiscus ya que de él proceden las toxinas y porque esto va de algas como ustedes saben, queridas y queridos lectores. Vamos allá…

1/4: no se han registrado casos de ciguatera en el Mediterráneo…Lo que sí es cierto es que se han encontrado células de Gambierdiscus, al menos en el Mediterráneo oriental, como la isla de Creta (Aligizaki & Nikolaidis, 2008).

2/4: no se puede confirmar una relación, a día de hoy, entre cambio climático y ciguatera en Canarias, ni tampoco de aquel con Gambierdiscus…Aquí me extenderé.

En costas rocosas como el norte de Tenerife (Punta del Hidalgo) viven las poblaciones de Gambierdiscus adheridas sobre macroalgas en charcas intermareales. Autor: F. Rodríguez

La idea de relacionar cambio climático y Gambierdiscus en Canarias es tentadora. Los primeros casos de ciguatera se confirmaron en 2004 y luego han surgido nuevos brotes afectando a un total de 108 personas hasta 2016 según los últimos datos publicados por el Servicio Canario de la Salud (Gobierno de Canarias). Sin embargo, a pesar del paulatino aumento de temperaturas y la tropicalización observada en ecosistemas marinos, las condiciones ambientales de las «Islas Afortunadas» ya eran propicias en tiempos de nuestros «tatara-tatarabuelos» para el desarrollo de Gambierdiscus.

Inciso…En invierno en Canarias la temperatura del mar puede bajar hasta los 18ºC y aunque en el laboratorio algunas especies lo soportan, si tuvieran pies los sacarían del agua !! demasiado fría para desarrollar sus poblaciones. Los rangos óptimos y subóptimos de crecimiento en Gambierdiscus suelen estar entre 20-30ºC y las zonas endémicas de ciguatera en el Caribe y Pacífico en zonas tropicales y subtropicales son más cálidas que Canarias.

Durante el resto del año las temperaturas permiten un crecimiento óptimo de Gambierdiscus y lo que sabemos de sus poblaciones en Canarias gracias al proyecto CICAN sugiere una presencia antigua y no una reciente invasión.

Me baso en nuestro trabajo (Rodríguez y col. 2017) que ha detectado la presencia de Gambierdiscus en las 5 islas que muestreamos y la existencia de al menos 5 especies, posiblemente 6.

Según los datos genéticos dominaban 2 de ellas en particular: G. excentricus y G. australes. Las demás, G. silvae, G. caribaeus y G. carolinianus eran minoritarias…

Esta diversidad sobre todo es lo que sugiere que no estamos ante una introducción reciente. Resulta además que la proporción de peces con ciguatoxinas detectados en los análisis realizados en la ULPGC entre 2011-14 (Bravo y col. 2015) fue mayor en las islas orientales (12 positivos por ciguatoxinas en Fuerteventura/Lanzarote/Gran Canaria y sólo 5 en las occidentales para un total de 197 muestras). Curiosamente, en Fuerteventura y Lanzarote encontramos también las abundancias más altas de Gambierdiscus en nuestro estudio (>4.000 células/gramo de macroalgas).

Sin embargo, en el extremo occidental del archipiélago, durante un concurso internacional de fotografía submarina (Fotosub, octubre 2016) se descubrió en el puerto de La Restinga (El Hierro) una proliferación de Gambierdiscus (G. caribaeus, 10.000 céls/gr macroalga).

A raíz de ello, después de recibir un informe del BEA, el ministerio correspondiente (MAGRAMA) prohibió de modo cautelar la pesca recreativa desde el puerto de La Restinga y aguas exteriores en la reserva marina Punta de La Restinga-Mar de Las Calmas (La Opinión, 11-XI-2016). La proliferación se descubrió primero sobre colonias de cnidarios (Halecium sp.) que presentaban un sospechoso tono marrón. Aquí tienen un enlace al artículo: no se pierdan las magníficas imágenes de Soler-Onís y col. (2016).

Gambierdiscus australes al microscopio electrónico de barrido (MEB). Autor: S. Fraga

Poco se puede concluir a día de hoy sobre las tendencias de las poblaciones de Gambierdiscus, sus cambios a lo largo del año e incluso la variabilidad que introducimos nosotros mismos en los muestreos: los contajes celulares de organismos planctónicos son más «fiables» que los bentónicos.

Los primeros se refieren a un volumen de agua determinado en el que se encontraban las algas. Pero en el caso de los dinoflagelados bentónicos, epífitos sobre toda clase de macroalgas, no es fácil obtener datos cuantitativos precisos e intercomparables ya que se expresan en función del peso de la macroalga (húmeda generalmente), tras agitarla, liberar la mayor cantidad posible de epífitos y filtrar el agua resultante para contar luego las células al microscopio…

3/4: algunos de los casos de ciguatera en Canarias podrían ser debidos a poblaciones locales de Gambierdiscus…pero aún no se ha confirmado una relación directa entre ambos.

La mayoría de casos de ciguatera (∼60%) han sido provocados por consumo de medregales de gran tamaño capturados mediante pesca deportiva, especies de aguas cálidas que no están presentes durante todo el año en Canarias.

Pero esto ha cambiado desde 2012 >>> Desde entonces las intoxicaciones se han debido a otros pescados como el mero (Ephinephelus sp.), de costumbres sedentarias y que sí habría adquirido las toxinas alimentándose en las islas <<< Además, los 4 casos de ciguatera en 2016 se han debido a un mero de tan sólo 7 kilos (Tenerife) y un bocinegro de 4.5 kg (La Palma).

En esta magnífica mini-guía encontrarán más información sobre la ecología y hábitat de los peces en Canarias, incluyendo a las especies relacionadas con brotes de ciguatera. Fuente: Gobierno de Canarias

Lo que sí es cierto es que el calentamiento climático podría contribuir a aumentar las poblaciones de Gambierdiscus y/o la incidencia de la ciguatera en Canarias en el futuro, dado que extenderá en teoría las condiciones favorables para el crecimiento de estos organismos especialmente durante el invierno.

No obstante, dichos efectos repercutirán a todos los niveles. El ecosistema bentónico en su totalidad se verá afectado por esos cambios ambientales y nada se sabe de la potencial asociación entre Gambierdiscus y ciertas especies de algas u otros sustratos.

Por ejemplo, sería interesante estudiar cómo afectarán los cambios en las poblaciones de macroalgas, que pueden estar asociados al calentamiento climático, tal y como citaron Sangil y col. (2012) en un estudio en fondos submareales de Canarias que detectó la rápida expansión y colonización de diversos sustratos por especies efímeras (clorofíceas y cianofíceas). Esta expansión se observó más intensa en las islas occidentales con temperaturas del agua superiores en relación a las orientales.

En conclusión: los cambios en las comunidades bentónicas, especialmente de macroalgas debidos al calentamiento climático o actividades humanas, podrían tener a su vez efectos positivos o negativos sobre las poblaciones de Gambierdiscus.

Gambierdiscus toxicus. Fuente: Adachi & Fukuyo (1979)

4/4: Gambierdiscus toxicus no produce ciguatoxinas…En infinidad de noticias, cuando se refieren a Gambierdiscus, lo ilustran con una imagen de G. toxicus. Normal, suena tóxico y además fue la primera especie descrita del género. Pero para empezar, esta especie no se ha encontrado en Canarias.

G. toxicus fue descrito en 1979 por investigadores japoneses en las islas Gambier (Polinesia Francesa). Pero con el paso del tiempo y la acumulación de datos en nuevos estudios, otro grupo de investigadores (Litaker y col. 2009) llegó a la conclusión de que la descripción original incluía una mezcla de diversas especies.

Estos autores redefinieron G. toxicus basándose en unas características morfológicas restringidas y el análisis posterior de toxinas en las nuevas cepas de G. toxicus demostró que no producían ciguatoxinas, que son las toxinas relacionadas con la ciguatera…

En cambio, dichas cepas sí producían otro tipo de toxinas: las maitotoxinas, más potentes que las ciguatoxinas, pero que no se han relacionado con la ciguatera, por el momento

Gambierdiscus excentricus al microscopio electrónico. Autor: S. Fraga. Fuente: Fraga y col. (2011)

Así que para ilustrar futuras noticias sobre ciguatera y Canarias, sugeriría que seleccionen especies que sí aparecen en Canarias.

Entre todas el mejor ejemplo sería G. excentricus, ya que se trata de una de las especies más tóxicas que se conocen. Un estudio reciente sobre el contenido de ciguatoxinas en 13 cultivos (Pisapia y col. 2017) concluyó que una cepa de G. excentricus de Canarias era unas 30 veces más tóxica que cualquiera de las demás !!

Referencias:

-Adachi R. & Fukuyo Y. The thecal structure of a marine toxic dinoflagellate Gambierdiscus toxicus gen. et sp. nov. collected in a ciguatera-endemic area. Jap. Soc. Sci. Fish. Bull. 45:67-71 (1979)
-Aligizaki K. & Nikolaidis G. Morphological identification of two tropical dinoflagellates of the genera Gambierdiscus and Sinophysis in the Mediterranean Sea. J. Biol. Res. 9: 75-82 (2008)
-Bravo J. y col. Ciguatera, an Emerging Human Poisoning in Europe. J Aquac Mar Biol 3(1): 00053. DOI:10.15406/jamb.2015.03.00053(2015)
-Fraga S. y col. Gambierdiscus excentricus sp. nov (Dinophyceae), a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) Harmf. Algae 11:10–22.  (2011)
-Litaker y col. Taxonomy of Gambierdiscus including four new species, Gambierdiscus caribaeus, Gambierdiscus carolinianus, Gambierdiscus carpenteri and Gambierdiscus ruetzleri (Gonyaulacales, Dinophyceae). Phycologia 48:344-390 (2009)
-Pisapia F. y col. Toxicity screening of 13 Gambierdiscus strains using neuro-2a and erythrocyte lysis bioassays. Harmf. Algae 63:173-183 (2017)
-Rodríguez F. y col. Canary Islands (NE Atlantic) as a biodiversity ‘hotspot’ of Gambierdiscus: Implications for future trends of ciguatera in the area. Harmf. Algae 67:131-143 (2017)
-Sangil C. y col. Changes in subtidal assemblages in a scenario of warming: Proliferations of ephemeral benthic algae in the Canary Islands (eastern Atlantic Ocean) Mar. Environ. Res. 77:120-128 (2012)
-Soler-Onís M. y col. Bloom of Gambierdiscus caribaeus in the temperate-subtropical waters of El Hierro, Canary Islands (North East Atlantic). HAN 55:14-17 (2016)

La isla de arena

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Costa Calma (Fuerteventura). Autor: F. Rodríguez

A mediados de septiembre nos desplazamos cuatro personas a la isla de Fuerteventura con dos objetivos en mente. Nº1 que Iberia no nos perdiera el equipaje porque en él (además de bañadores, gafas de snorkel), había dos microscopios y mucho material de laboratorio.

El objetivo Nº2 no era disfrutar de los encantos de la isla, o practicar kite-surf impulsados por los alisios, sino continuar el estudio de Gambierdiscus, un género de dinoflagelados responsable del síndrome de la ciguatera.

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Gambierdiscus silvae. La barra horizontal representa 20 micras. Fuente: Fig. 2 de Fraga & Rodríguez (2014).

Para entender mejor de qué estamos hablando:

  1. Gambierdiscus es un dinoflagelado bentónico y sus poblaciones se adhieren levemente al fondo, sobre algas principalmente. Sus células son flageladas, poseen cierta capacidad de movimiento y pueden encontrarse también en la columna de agua. Muchas especies producen toxinas (ciguatoxinas, etc).
  2. La ciguatera es una enfermedad típica de regiones tropicales por consumo de pescado contaminado con ciguatoxinas. Provoca trastornos digestivos y neurológicos ocasionalmente graves según la cantidad de toxinas ingerida y se estima que afecta cada año a 25.000-500.000 personas.

Cotillo (noroeste de la isla) con los buceadores Jaime y Chano saliendo a muestrear. El mismo lugar de la puesta de sol de la portada . Autor: F. Rodríguez

El muestreo pertenecía al proyecto CICAN donde conseguimos los primeros datos sobre la distribución y abundancia de Gambierdiscus en el archipiélago de Canarias, su diversidad de especies, cambios morfológicos a lo largo del ciclo de vida, toxinas, etc.

Por ejemplo, en 2014 publicamos la descripción de una nueva especie, Gambierdiscus silvae (aislada en Tenerife y Gran Canaria), la 2ª especie de este género descrita en Canarias tras G. excentricus en 2011. Ambas son tóxicas.

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Las Playitas (sureste de Fuerteventura). Autor: F. Rodríguez

Para el muestreo recolectamos algas en el intermareal a pie o buceando, pero también y por primera vez, en zonas más profundas alejadas de la costa gracias a buceadores profesionales.

Además, colocamos muestreadores pasivos consistentes en mallas mosquiteras de fibra de vidrio sumergidas a varias profundidades y fijadas al fondo con una piedra, para detectar la presencia de Gambierdiscus en el agua.

Para mostrarles el fondo submarino de las zonas de muestreo contamos con los vídeos que grabaron Jaime y Chano durante las inmersiones. Tápense la nariz y sumérjanse con ellos en Cotillo y Las Playitas.

La intención del proyecto CICAN es contribuir a explicar los casos de ciguatera que han afectado, según datos del Gobierno de Canarias, a 104 personas entre 2008-2015.

Los «culpables» suelen ser medregales de gran tamaño capturados mediante pesca deportiva, pero las últimas intoxicaciones se han debido al consumo de dos meros, abades y un pejerey.

La hipótesis es que las ciguatoxinas de Gambierdiscus se bioacumulan en la cadena alimentaria, a partir de invertebrados y peces que se alimentan de organismos bentónicos y algas (sobre las que se adhiere Gambierdiscus), hasta los peces carnívoros de mayor tamaño.

Después de los brotes registrados en Tenerife en 2008 y 2009 el Servicio Canario de Salud estableció un sistema de vigilancia epidemiológica para la intoxicación por ciguatera.

El registro de nuevos brotes de ciguatera cada año condujo a ampliar la vigilancia y considerarla enfermedad de declaración obligatoria en agosto de 2015.

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Pomatomus saltatrix (pejerey). Fuente: Weheartdiving.com

En caso de superar los pesos máximos autorizados para las especies de riesgo se envían muestras de tejido al laboratorio para descartar la presencia de ciguatoxinas antes de su comercialización.

Esto supone el retraso de la venta y devaluación de los ejemplares con el consiguiente perjuicio para el sector extractivo. Pero hoy por hoy es la única manera de prevenir la aparición de nuevos brotes.

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Una muestra del delicioso pescado que cenamos en el restaurante de la cofradía de pescadores de Gran Tarajal. Autor: F. Rodríguez

No existen estadísticas públicas, o al menos nosotros no las conocemos, del número de ejemplares y las especies que han dado positivo en los análisis de toxinas, así que no podemos saber la evolución de dichas variables a lo largo del tiempo y en cada isla, por ejemplo.

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Mis compañeros en la improvisada «estación de trabajo» de Las Playitas. El hombre sentado nos amenizó el muestreo «pinchando» música con un enorme altavoz y un ordenador. Fuente: F. Rodríguez

La comunicación y divulgación en la sociedad de los riesgos de la ciguatera es importante para evitar el consumo directo a través de la pesca deportiva de ejemplares que no podrían acceder sin control de toxinas a los mercados locales.

No merece la pena dejarse la salud por un sabroso pescado fresco. La ciguatera raramente es mortal, pero los trastornos digestivos y neurológicos que ocasiona pueden ser graves y crónicos. Los primeros síntomas pueden esperar a manifestarse hasta 30 horas después de la comida.

Los digestivos pueden ser vómitos, diarrea, dolor abdominal y los neurológicos hormigueo en labios, manos y pies, prurito intenso en la piel, trastornos en la percepción de la temperatura (inversión térmica: los objetos fríos dan sensación de calor y viceversa), dolor y debilidad en miembros inferiores, sensación de fatiga, dolores musculares y articulares.

En casos extremos: hipotensión, bradicardia, coma y paro cardíaco. 

La ciguatera provoca sensibilización y en el caso de sufrir nuevas intoxicaciones suelen agudizarse los síntomas. Para más información les recomiendo consultar la información facilitada por el Servicio Canario de Salud y la web de nuestro proyecto CICAN.

Para hacernos una idea de lo que supone sufrir ciguatera, aquí tienen una entrevista de Lancelotdigital.com. a un matrimonio de Lanzarote que se intoxicó en diciembre de 2013 tras comer un mero. Además, Begoña y Rafael se intoxicaron dos veces porque después de los primeros síntomas (diarrea), en la primera visita al hospital les recomendaron dieta blanda. Y cocinaron un arroz con verduras aprovechando el caldo del dichoso mero !!

¿Quién tiene la culpa de la ciguatera en Canarias?

¿el cambio climático? ¿las especies invasoras? 

No podemos asegurar que la ciguatera no haya afectado, antes de su aparición oficial, a otras personas. Es posible que la intoxicación por pescado «ciguato» pasase desapercibida bajo los síntomas de un trastorno digestivo cualquiera (vómitos, diarrea), al menos en los casos más leves. Tal como nos apuntaban desde las propias islas, en alguna ocasión han sido médicos procedentes del Caribe, familiarizados con ella por ser endémica de regiones tropicales, quienes han reconocido en un paciente el cuadro de síntomas típico.

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Temperatura del mar en Canarias (25-IX-2016). Fuente: Eltiempo.es

Las condiciones del océano en latitudes subtropicales como las de Canarias son favorables para el crecimiento de Gambierdiscus, de esto no cabe culpar al calentamiento global.

No obstante, dado que el rango óptimo de temperaturas para el crecimiento de Gambierdiscus suele estar entre 20º-30ºC , el cambio climático sí puede contribuir a prolongar esas condiciones durante los meses más fríos, cuando el mar no alcanza los 20ºC.

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Evolución de anomalías medias de temperatura (1946-2010) para la isla de Gran Canaria. La caída en los años 90′ se debió a la erupción del volcán Pinatubo. Fuente: Fig. 2, Luque y col (2014)

Algunos ejemplos. Entre 1946 y 2010, para Tenerife y Gran Canaria, siete de los diez años más cálidos pertenecen a las últimas 2 décadas, y 7 de los 10 más fríos a los primeros 20 años de la serie.

El año más cálido fue el último del estudio: 2010. La temperatura media de ambas islas aumentaba al inicio de la serie a un ritmo de 0.1ºC por década, pero desde los años 70′ la subida de temperaturas se sitúa en promedio en 0.17 ºC, siendo más pronunciada al sur de las islas que en la costa expuesta a los vientos predominantes, los alisios del noreste.

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Cambio en la temperatura máxima respecto a la época pre-industrial en Fuerteventura. Fuente: AEMET

En el caso del océano, las islas Canarias están situadas en el límite este del giro subtropical del Atlántico Norte (aguas cálidas y pobres en nutrientes), en una zona de transición con el sistema de afloramiento de la corriente de Canarias en el noroeste de África (aguas frías y productivas).

Gracias a los datos obtenidos por el proyecto RAPROCAN (IEO de Canarias), hemos sabido que en la última década la región oceánica de Canarias (entre El Hierro y Lanzarote) ha experimentado un calentamiento de 0.14 ºC en los 600 metros superficiales, mientras que entre Lanzarote y África la subida ha sido mayor (0.32ºC). Este calentamiento es unas 4 veces superior al esperado.

Las proyecciones de temperatura para Canarias muestran también una tendencia positiva en las próximas décadas, especialmente en el caso del peor escenario posible del IPCC (RCP8.5), que como los lectores fieles del blog sabrán, es el escenario que encaja con la evolución actual, por el momento…

Ni qué decir que es necesario continuar investigando las causas de la ciguatera en Canarias, mejorar nuestra capacidad y rapidez para detectar las toxinas en el pescado minimizando el riesgo para la salud pública, y seguir la evolución de este síndrome clínico que podría verse favorecido por el calentamiento asociado al cambio climático.

Esta entrada se publicó en la web de divulgación NAUKAS el 7 de octubre.

Agradecimientos: a Santi Fraga (IEO de Vigo) por la revisión y corrección del texto original.

fuerteventura-2016Referencias:

-Fraga S. y col. Gambierdiscus excentricus sp. nov (Dinophyceae), a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) Harmf. Algae 11:10–22 (2011).
-Fraga S & Rodríguez F. Genus Gambierdiscus in the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) with description of Gambierdiscus silvae sp. nov. A new potentially toxic epiphytic benthic dinoflagellate. Protist 165:839-853 (2014).
-Luque A. y col. Temperature Trends on Gran Canaria (Canary Islands). An Example of Global Warming over the Subtropical Northeastern Atlantic. ACS 4:20-28 (2014)
-Tel E. y col. IEOOS: the Spanish Institute of Oceanography Observing System. Ocean Sci. 12:345–353 (2016)

El beso de la ciguatera

fogarate

Sorpresas te da la vida. Hace pocas semanas y después de dar una charla sobre algas en un instituto, uno de los profesores me comentó que a su novia le gustaba «El beso de la ciguatera» de Juan Luis Guerra. Me quedé de piedra, ¿el autor de «Ojalá que llueva café» también se inspiró en una intoxicación por dinoflagelados? Curioso aunque lógico en el fondo…

Juan Luis Guerra es un cantautor ecléctico de amplia y exitosa discografía en la que ha tratado muchos temas: denuncia social, amores, religión, etc. En su caso los asuntos del corazón están muy relacionados con «cuadros clínicos» de flojeras, fiebres y otros males diversos que no tienen cura, sin olvidar que el humor es marca de la casa: «me sube la bilirrubina, cuando te miro y no me miras».

Además, Guerra es dominicano y por ello conoce muy bien la ciguatera, un síndrome característico de regiones tropicales. Se trata de la intoxicación más común en el mundo por culpa de biotoxinas marinas y se contrae por el consumo de peces contaminados con ciguatoxinas. Se estima que la sufren 50.000-500.000 personas cada año.

Sobre el origen del término, el naturalista cubano Felipe Poey la relacionó en su «Repertorio físico-natural de la isla de Cuba» (1866-1868) con el caracol Cittarium pica (cigua). Comenta Poey que la cigua es de difícil digestión, a los que la probaban les hacía sentir incómodos (ciguatos) y que la expresión «ciguatera» se extendió luego al resto de intoxicaciones por marisco y pescado.
Pero él mismo concluye «Doy esta explicación por más probable que segura».
¿Y cuáles son los síntomas de la ciguatera? La descripción más antigua que se conoce es la del naturalista portugués Antonio Parra (1787), que la sufrió en carne propia: «los primeros sinthomas son el color pálido, el semblante masilento, los ojos tristes, dolores fuertes en los huesos, y articulaciones, la inapetencia, y enflaquecimiento sensible, evacuaciones, y vómitos, picazón intolerable en todo el cuerpo, granos, úlceras en todo el cùtis, una postracion de fuerzas general, y otros muchos» [sic]. Entre esos otros síntomas, la ciguatera puede provocar entumecimiento y cosquilleo en labios y extremidades.

No hay duda: Poey, Parra, o sus propias experiencias, inspiraron a Juan Luis Guerra estos versos: «Es que eso le da a cualquiera/el beso de la ciguatera/una condena que llevo/por comer pescado de arena/se me aflojan los huesitos/de los pies a la cabeza/no hay antídoto en la tierra/ni en medio de las estrellas»…(y todo tras besar a una estudiante de psicología!!).

La ciguatera es raramente mortal, pero los síntomas pueden ser graves
y hacerse crónicos durante meses o años…como los amores del rey de la bachata !!

Las ciguatoxinas no suelen ser ictiotóxicas y un pez absolutamente normal puede intoxicar a varias personas. Las toxinas son producidas por dinoflagelados del género Gambierdiscus que se encuentran en macroalgas y sustratos duros en la costa. La teoría más aceptada (Randall, 1958) dice que sus toxinas se transfieren y acumulan en la cadena alimentaria a través de predadores como pequeños invertebrados, crustáceos y peces herbívoros hasta llegar a carnívoros como las barracudas, chernas, pargos, etc.

La cadena alimentaria puede sonar abstracta pero en este vídeo podemos ver al primer eslabón: un gusano microscópico (un poliqueto posiblemente del género Perinereis) que ha ingerido células de Prorocentrum (un dinoflagelado potencialmente tóxico), muy abundante en esta muestra de Punta del Hidalgo (Tenerife), en la que casi no había Gambierdiscus.

Los peces de mayor tamaño se consideran más peligrosos porque han tenido más tiempo para acumular las toxinas. Sin embargo, estudios recientes cuestionan varios aspectos de la teoría de Randall. En la Polinesia francesa Gaboriau y col (2014) analizaron 59 especies de peces (856 individuos en total) y no encontraron relación entre el tamaño y la toxicidad para la mayoría de especies estudiadas. Así que al menos en esa parte del mundo el tamaño no siempre importa (conste que el chiste no es mío: los muy pillines titularon así su propio trabajo).

Mugil cephalus acercándose a su
cubito concentrado con Gambierdiscus.
Fuente: Fig. 2 de Ledreux y col (2014)

Y por otro lado, Ledreux y col (2014) alimentaron ejemplares de múgil con pellets de una dieta comercial enriquecidos con Gambierdiscus y descubrieron que en 24 horas eliminaban de sus tejidos el 95% de las toxinas. ¿Cómo puede ser entonces que se acumulen en la cadena alimentaria? Estos investigadores sugieren que entre las distintas variedades de ciguatoxinas existe una fracción minoritaria que sí se retiene, siendo ésta la que se bioacumula y transforma luego en otros compuestos aún más tóxicos. En resumen, que sabemos todavía muy poco, especulamos bastante y queda mucho por estudiar…

Fuente: jigspinningcanarias

En nuestro grupo de investigación trabajamos en un proyecto sobre Gambierdiscus y su posible relación con los casos de ciguatera en las islas Canarias. Allí, oficialmente se han intoxicado unas 100 personas desde el año 2008, en su mayoría por comer pescado capturado mediante pesca deportiva, en particular medregales.

Por ello, a modo de precaución, existe la prohibición oficial de comercializar tallas grandes de una serie de especies habituales en el archipiélago. A nivel particular, y dado que los peces ciguatos no agitan banderas para que no te los comas, hay que extremar la responsabilidad al consumir (o darle a alguien) peces de riesgo obtenidos mediante la práctica deportiva.

Un proyecto del grupo VGOHAB del C.O. de Vigo
en el que participa también el IEO de Tenerife.

El estudio de la distribución de Gambierdiscus en Canarias, ciclo de vida, toxinas y su relación con la toxicidad en peces son los objetivos básicos de nuestro proyecto, financiado por el Plan nacional I+D+I (MINECO). El caso de Canarias puede ser una prueba más de la aparente expansión de dinoflagelados bentónicos de aguas cálidas a latitudes más altas. Esto a su vez se cree relacionado con factores como el cambio climático y la degradación de ecosistemas (ya sea por causas naturales o antropogénicas).

Aunque la ciguatera sea propia de latitudes bajas, el auge del turismo y el mercado global hacen de ella un riesgo potencial en todo el mundo. Así lo demuestran intoxicaciones recientes en un país tan poco tropical como Alemania. No me enrollaré más !! Si alguien desea encontrar información detallada sobre ciguatera y Canarias, y ver más vídeos y fotos, puede consultar la web del proyecto CICAN.

Solo mencionaré para terminar, que el año pasado publicamos una nueva especie de Gambierdiscus (G. silvae; Fraga y Rodríguez, 2014), la segunda descrita en Canarias después de G. excentricus (Fraga y col. 2011).

Imágenes de Gambierdiscus excentricus en la entrada de nuestro laboratorio.
Fueron parte de «Campos de la imagen. Grafías de los hechos y del pensamiento»,
una exposición celebrada en 2014 en el Museo MARCO de Vigo.
Autor: Santi Fraga.

 

Agradecimientos:
A mi colega de laboratorio Ana Miranda, por la identificación del poliqueto «glotón».

Referencias:

-Fraga S. y col. Gambierdiscus excentricus sp. nov (Dinophyceae), a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) Harmf. Algae 11:10–22 (2011).
-Fraga S & Rodríguez F. Genus Gambierdiscus in the Canary Islands (NE Atlantic Ocean) with description of Gambierdiscus silvae sp. nov. A new potentially toxic epiphytic benthic dinoflagellate. Protist 165:839-853 (2014).
-Gaboriau M y col. Ciguatera fish toxicity in French Polynesia: size does not always matter. Toxicon 84:44-50 (2014).
-Ledreux A y col. Dynamics of ciguatoxins from Gambierdiscus polynesiensis in the benthic herbivore Mugil cephalus: Trophic transfer implications. Harmful Algae 39:165-17 (2014).
-Mattei C y col. Ciguatera fish poisoning: A first epidemic in Germany highlights an increasing risk for European countries. Toxicon 91:76-83 (2014).
-Randall, J.E. A review of ciguatera, tropical fish poisoning with a tentative explanation of its cause. Bull. Mar. Sci. Gulf Carib. 8: 236–267 (1958).

Buscando a Dory

Cittarium pica.
Puede medir más de 10 cm.
Autor: Natural History Museum Rotterdam
En: World Register  of Marine Species
http://www.marinespecies.org

La ciguatera es la intoxicación marina más frecuente en el mundo ¿pero cuál es el origen más probable de esa palabra? Yo tampoco lo sabía…un caracol !!

Cittarium pica, también llamado cigua en el Caribe. Vive en los márgenes costeros rocosos y su carne es muy apreciada, dicen que sabe a marisco. Si visitan Capurganá (Colombia) en el mes de octubre podrán asistir al «Festival de la cigua«, donde pueden comerla en empanada, con arroz, etc… No sé si eran ciguas pero un ceviche muy rico que tomé en Cartagena de Indias tenía caracoles.

Se supone que las ciguas no causan intoxicaciones aunque en el s.XVIII un biólogo (A. Parra) utilizó por primera vez el término ciguatera al describir una intoxicación por culpa de estos caracolillos…

Capurganá (si alguien ha ido al festival de la cigua,
cambio las palmeras por una foto de la fiesta…)
Fuente: http://www.capurgana.info/

La toxicidad, si la hay, debe ser muy rara. Es un bicho pequeño y habría que empacharse! Como en Olsen y col. (1984) donde uno de los autores sufrió síntomas leves de ciguatera tras zamparse varios menús con ciguas !!! La «buena noticia» es que la mortalidad por ciguatera es muy baja, menos del 1%…

Hola soy Dory, y dicen que tengo mala… Hola, soy Dory !!!

¿Cómo se llama la película?
La solución al final de esta entrada.

Dory es un poco desastre, ya la conocemos…
Es un pez cirujano azul (Paracanthurus hepatus). El cirujano azul no es carnívoro, como confesaba ella misma en «Buscando a Nemo«: Hola, me llamo Dory y creo que no he comido un pez en toda mi vida…

Los herbívoros de arrecife como Dory pueden ser vectores de ciguatoxinas, pero la carne del cirujano azul no se utiliza para consumo humano. Su fuerte aroma obliga a usarlo como cebo…

Y fue precisamente en un «pariente» de Dory, un pez cirujano rayado, donde se descubrió al responsable de la ciguatera.

Randall (1958) había relacionado la destrucción de arrecifes de coral con el aumento de casos de ciguatera y lo asoció al desarrollo de algas finas y microorganismos en los corales dañados. Señaló al pez cirujano rayado (Ctenochaetus striatus) como principal sospechoso para transmitir las toxinas desde los arrecifes a los peces carnívoros…

Ctenochaetus striatus (pez cirujano rayado)
en Wakaya (islas Fiji). Autor: Paul Asman & Jill Lenoble.
Disponible: Wikimedia commons

Este lindo pececito tiene dientes pequeños y móviles (su nombre en inglés se traduciría como «dientes de seda»). No puede arrancar trozos grandes de algas y se alimenta de algas más finas y de las microalgas que viven sobre ellas…

A partir de estas pistas, T. Yasumoto estudió en 1975 en la Polinesia francesa (islas Gambier) los contenidos estomacales tóxicos de Ctenochaetus striatus en busca del organismo responsable de la ciguatera. Esas muestras tóxicas las observó también al microscopio y encontró un nuevo dinoflagelado, conocido primero como Diplopsalis sp, y finalmente como Gambierdiscus toxicus.

Tanto hablar de Gambierdiscus y casi no lo hemos visto. Aquí está G. excentricus de la colección «CCVIEO» de fitoplancton tóxico (IEO de Vigo), una especie descrita en Canarias por nuestro grupo investigador (Fraga y col. 2011).

 
Gambierdiscus vive sobre muchas clases de macroalgas,
rojas, verdes y pardas como ésta: Padina pavonica,
en Monteferro (Nigrán, Pontevedra)

Las ciguatoxinas se conocieron antes que Gambierdiscus: se aislaron en peces (morenas) en los años 60′. Pero en el pez cirujano «de Yasumoto» se descubrió otra toxina minoritaria: la maitotoxina llamada así por el nombre tahitiano de dicho pez (maito).

La maitotoxina es la toxina marina más potente solo comparable a las palitoxinas de Ostreopsis y 100 veces más potente que la tetrodotoxina (ésa que hay que eliminar al preparar «fugu», un plato japonés a base de pez globo).

Por suerte la maitotoxina no suele aparecer en peces. Nota curiosa: G. toxicus resultó ser poco «tóxicus» y la producción de toxinas en cultivos no se demostró hasta finales de los 80′.

Poster avisando sobre los riesgos de la ciguatera,
dirigido a los pescadores en Florida (EEUU)
Autor: W.B. Stephan, Departamento de salud de Florida.
http://www.myfloridaeh.com/medicine/aquatic/ciguatera.html

El mecanismo de acción de las ciguatoxinas es abrir los canales de sodio y despolarizar las membranas celulares. Las consecuencias son daños/bloqueo del sistema nervioso. Por su parte las maitotoxinas causan la muerte celular al aumentar el flujo de calcio de forma descontrolada.

Para hacernos una idea de la potencia de estas toxinas les propongo el siguiente juego: están encerrados en una habitación con tres salidas posibles (A, B y C). Pero cada salida la custodia una de estas serpientes…
¿Cuál eligirían…? cojan el látigo de Indiana Jones…

A y B) disponibles en Wikimedia Commons. C) http://www.oceanwideimages.com/categories.asp?cID=280

La elección menos mala sería A) la serpiente de coral, porque hay varias especies y todas (menos una) son menos venenosas que B) la cobra india (Naja naja).
Y la opción C ? peor que mal…es la serpiente más venenosa del mundo, el taipán de la costa (Oxyuranus scutellatus).

El LD50 del veneno del taipán es 9 microgramos/kg. El dato es una inyección intraperitoneal de ratón y significa que esa dosis mata al 50% de los ratones en 24 horas: 35 veces más potente que la cobra.

Pues bien. El LD50 de las ciguatoxinas (porque hay varias) es de 0.25-4 microgramos/kg y para las maitotoxinas es de 0.08-0.15 microgramos/kg…!!! En resumen: las ciguatoxinas pueden ser 1000 veces más potentes que el veneno de la cobra. Y las maitotoxinas hasta 100 veces más que la peor serpiente, el taipán.

Pese a todo hay una lectura positiva: las toxinas de Gambierdiscus son potentes fungicidas y al igual que otras toxinas marinas despiertan gran interés en biomedicina por sus posibles aplicaciones farmacológicas…!!
Y nada más, esto fue todo sobre la ciguatera…

Feliz verano a tod@s…!!

 

 

Referencias:
-Fraga S. y col. Gambierdiscus excentricus sp. nov. (Dinophyceae), a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands. Harmf. Algae 11:10-22 (2011).
-Friedman MA y col. Ciguatera fish poisoning: treatment, prevention and Management. Mar. Drugs 6:456-479 (2008).
-Olsen DA y col. Ciguatera in the Eastern Caribbean. Mar. Fish. Rev. 46:13-18 (1984).
-Randall JE. A review of ciguatera, tropical fish poisoning, with a tentative explanation of its cause. Bull. Mar. Sci. Gulf. Caribb. 8:236-267 (1958).
-Yasumoto T y col. Finding of a dinoflagellate as a likely culprit of ciguatera. Bull. Jap. Soc. Sci. Fish. 43: 1021-1026 (1977).
-Yasumoto T y col. A turning point in ciguatera study. Toxic Phytoplankton Blooms in the Sea 455-461 (1993).
-Página web: http://www.seanthomas.net/oldsite/ld50tot.html

Pimientos chili contra la ciguatera

Aitutaki: la laguna más bella del mundo…?
Autor: Ewan Smith. Fuente: http://turamavision.com

Aitutaki es una isla-atolón absurdamente bella, tal como anuncia una página web. Pertenece a las Islas Cook del Sur y fue escenario en 2006 de la edición USA del concurso «Survivor».

La parte emergida al fondo a la derecha está rodeada por una laguna de arrecifes. Parece un lugar virgen pero estuvo habitada varios siglos atrás. Allen y col. (2002) estudiaron los restos de los asentamientos polinesios para conocer la evolución de sus técnicas de pesca, las presas y la importancia relativa de la pesca.

En una isla como ésta es lógico pensar que la pesca fuese la actividad dominante a lo largo del tiempo…pero los restos arqueológicos en Aitutaki indican lo contrario: la pesca fue a menos y cada vez capturaban peces más pequeños…

Disponible en: http://luxurylifedesign.blogspot.com.es/2013/03/aitutaki-cook-islands.html

Esta es la 3ª razón por la que Rongo y col. (2009) relacionan las migraciones polinesias con la ciguatera.

Las excavaciones arqueológicas en Aitutaki abarcan los siglos X a XVII.

En el s.X se elaboraban anzuelos a base de concha de ostras «de labios negros» (Pinctada margaritifera: pearl-shell hooks en inglés). Y en el s.XV el material dominante pasó a ser la concha de un gasterópodo (Turbo setosus: turban shell hooks).

Los anzuelos de ostras eran muy resistentes gracias al nácar y servían para capturar grandes peces en el exterior de la laguna. Los otros, de caracol, eran más frágiles y difíciles de fabricar. El dominio del anzuelo de caracol desde el s.XV coincide con el descenso de ostras en las islas Cook, el cambio del largo período de PDO positiva a negativa, y una enorme caída de la pesca en Aitutaki. Los restos óseos que estudiaron Allen y col. (2002) indican que los peces fueron sustituidos en la dieta por pollos, perros, cerdos y ratas.

La evolución de los anzuelos utilizados en Aitutaki.
Autor: Allen y col. (2002). Fuente: web «The Nansen Initiative».
Pertenece a la charla de Teina Rongo durante la reunión «Human mobility,
natural disasters and climate change in the Pacific»,
celebrada el pasado 21-24 mayo 2013 en Rarotonga (Islas Cook del Sur).

La PDO negativa aumentaría la temperatura del océano en las islas Cook del Sur y el impacto de la ciguatera, como ya vimos en la entrada anterior…

La pesca de Aitutaki se centró entonces en especies pequeñas y más «seguras» (p.ej peces halcón y sobre todo Epinephelus merra = Mero panal), evitando capturar las especies de la laguna más peligrosas de ser ciguatéricas (p.ej. pargos). Hoy en día se siguen conociendo y pescando esas mismas especies «seguras» con cañas de bambú…!!

Mero panal. Autor: Jon Hanson.
Fuente: Wikimedia commons

Rongo y col. (2009) piensan que la reducción de la pesca y el dominio de especies pequeñas a partir del s.XV se debe no sólo al cambio en el tipo de anzuelo sino a evitar la ciguatera, agravada con la PDO negativa.
Estos autores sugieren que a partir del s.XV la ciguatera pudo causar una oleada de emigración desde las Cook del Sur hacia Nueva Zelanda, igual que a finales del siglo XX. Sí, es una teoría, pero no me negarán que sugerente y bien razonada…!!

En cualquier caso el polinesio es un pueblo que ha convivido con la ciguatera desde hace siglos. Así que poseen muchos remedios tradicionales para tratar de combatirla.

En 1992 Bourdy y col. publicaron en Journal of Ethnopharmacology una lista de recetas contra la ciguatera que ellos mismos documentaron en 10 años de investigaciones en la Polinesia (Vanuatu y Nueva Caledonia).

En su lista citan hasta 64 especies vegetales; entre ellas llama la atención (mamma mía !!) una receta consistente en «tragarse un puñado de pimientos chili crudos…!!

Otros remedios menos «agresivos» son cocer la piel de un melón y beber el líquido como purgante…ó cortar 3 hojas de papaya, cocerlas en 1/2 litro de agua y beber 3 veces al día el «mejunje» resultante para impedir los vómitos, con beneficios cardíacos y también depurativos.

Heliotropium foertherianum. Autor: Mark Marathon
Fuente: Wikimedia commons

Los remedios tradicionales han servido en el laboratorio para intentar aislar compuestos que alivien los síntomas de la ciguatera. Por citar un ejemplo, en 2012 se publicó un estudio sobre los efectos del Heliotropo (Heliotropium foertherianum) para reducir el efecto de las ciguatoxinas, gracias al ácido rosmarínico que contienen los extractos de hojas (Rossi y col. 2012).

Pero para quedarnos «de piedra» tenemos que leer la revista «The American Journal of Clinical Hypnosis». En ella Laser & Shenefelt (2012) publicaron la rápida recuperación de un paciente que no conseguía aliviar sus síntomas de quemazón en pies y manos: le «refrescaron hipnóticamente» la memoria y adiós muy buenas…!!

Nada más por hoy…solo una pista sobre la próxima entrada, capítulo III (y final) de la ciguatera…

 

Referencias:

-Allen MS. Resolving long-term changes in Polynesian marine fisheries. As. Persp. 31:183-204 (2002).
-Bourdy G. y col. Traditional remedies used in the Western Pacific for the treatment of ciguatera poisoning. J. Ethnopharmacol. 36:163-174 (1992).
-Laser ED & Shenefelt PD. Hypnosis to alleviate the symptoms of ciguatera toxicity: a case study. Am. J. Clin Hypn. 54:179-183 (2012).
-Rongo y col. Did ciguatera prompt the late Holocene Polynesian voyages of discovery? J. Biogeogr. 36: 1423-1432 (2009).
-Rossi F. Protective effect of Heliotropium foertherianum (Boraginaceae) folk remedy and its active compound, rosmarinic acid, against a Pacific ciguatoxin. J. Ethnopharmacol. 143: 33-40 (2012).

Una razón para dejar el paraíso

El planeta prohibido
(Fred M. Wilcox, 1956)
Uno de sus protagonistas
era Leslie Nielsen.
Es una historia que se repite en el cine: los protagonistas descubren un lugar maravilloso, un jardín del Edén. Pero aquel paraíso esconde un terrible secreto y se convierte en la peor de sus pesadillas…un ejemplo clásico sería «Forbidden Planet».
…Otro más actual sería la isla flotante de «Life of Pi» que me viene de perlas para hablar del paraíso de hoy: la Polinesia.
La isla flotante de «Life of Pi» (Ang Lee, 2012).
La película más «bioluminiscente» de la historia del cine.
Fuente: nature.desktopnexus.com
La Polinesia son cerca de mil islas en el Pacífico «desparramadas» en un gigantesco triángulo cuyos vértices están en Hawaii (EEUU), Nueva Zelanda y la isla de Pascua (Chile). Luego les pongo unas fotos ahora que estamos todas y todos pensando en las vacaciones…ejem.

 

Areas culturales del Pacífico.
Autor: Kahuroa. Fuente: Wikimedia commons

Sus habitantes, los polinesios, llegaron del sureste asiático y la Melanesia. Colonizaron las islas occidentales hace unos 3.000 años y desde allí fueron extendiéndose gracias a su dominio de la navegación, al resto de la Polinesia.

Entre los años 1.000-1.450 la red de navegación e intercambios culturales fue muy intensa y en esa época los polinesios se desplazaron desde la islas de la Polinesia francesa (centro-este) hacia los «vértices del triángulo» (N. Zelanda, Hawaii e Isla de Pascua) en oleadas migratorias masivas.

¿Pero qué fue lo que empujó a aquellas gentes a lanzarse al mar rumbo a lo desconocido? ¿dejar sus islas así sin más? cuesta creer que no tuviesen un buen motivo…

 

Una playa de Rarotonga (Islas Cook)
a la que no me importaría ir este verano…!!
Fuente: http://www.awesomeislands.com/2011/07/rarotonga.html

 

Los polinesios conocían muy bien el arte de la pesca tanto pelágica como en los arrecifes y su dieta básica era el pescado una vez escaseaban los recursos terrestres, limitados por fuerza.
Pero los peces de aquel paraíso ocultaban un terrible secreto: la ciguatera.
La ciguatera es endémica en Polinesia, una enfermedad que afecta anualmente en todo el mundo a 25.000-500.000 personas por el consumo de peces ciguatos, que acumulan las toxinas producidas por dinoflagelados del género Gambierdiscus.
Dibujo original de Gambierdiscus toxicus (vista ventral)
en Adachi & Fukuyo (1979).

Las toxinas llegan a los peces por vía alimentaria. Las especies que viven en los arrecifes coralinos ingieren «de paso» al dinoflagelado porque los sustratos duros en los que se alimentan y las macroalgas son el hábitat de Gambierdiscus.

Los peces «ciguatos» son variados: pez ballesta, meros, barracudas y sobre todo un gran carnívoro como es la morena…

Morena gigante. Autor: Jan Messersmith
http://www.messersmith.name/wordpress/tag/moray-eel/

La ciguatera produce trastornos neurológicos, gastrointestinales, e incluso parálisis y muerte.
Además, quienes la sufren una vez quedan sensibilizados y las recaídas son aún peores…!!

El nombre de Gambierdiscus procede de las islas Gambier, en la Polinesia francesa, donde fue descrita la primera especie Gambierdiscus toxicus (Adachi & Fukuyo 1979), aislada por el profesor japonés T. Yasumoto en 1975.
A la vista de todo esto, Teina Rongo y col. propusieron en 2009 una nueva hipótesis para los viajes polinesios: escapaban de la ciguatera. Y para ello se basan en 1) la historia reciente de la región, 2) datos climáticos y 3) restos arqueológicos…vayamos por partes.

1) La historia reciente…

El «hilo de Ariadna» para Rongo y sus colaboradores. En los años 90′ el 18% de los habitantes en las Islas Cook del sur emigraron a Nueva Zelanda y Australia debido a la ciguatera. Rarotonga es su isla principal y el 71% de sus habitantes ya no comen pescado. Ni poco ni mucho, ni verlo…

Rarotonga
Fuente: http://www.aroapalms.com/

A mediados de los 80′ se comenzaron  a registrar intoxicaciones por ciguatera y llegaron a afectar a 17 de cada 1000 personas (récord mundial) en Rarotonga entre 1993-2006.

El poco pescado disponible se encareció tanto que obligó a la importación masiva de alimentos industriales. El aumento del coste de la vida llevó a emigrar a muchas familias con pocos recursos y que se alimentaban antes de pescado local. Y dicho sea de paso, la salud de la población ya no fue la misma después del cambio en los hábitos alimenticios…

2) Datos climáticos:

Durante la época de las migraciones polinesias, los datos paleoclimáticos indican que el clima del Pacífico estuvo dominado por el fenómeno de «La Niña» y una anomalía PDO (Pacific Decadal Oscillation) negativa. La PDO es algo así como dos patrones de circulación en el Pacífico con anomalías de temperatura positivas y negativas en el océano. Un fenómeno de algún modo similar (y relacionado) con el ENSO, pero que oscila cada 3 décadas en lugar de cada pocos años…

Anomalía PDO en el s.XX. Azul: negativa. Rojo: positiva.
Fuente: web cses.washington.edu (Climate Impacts Group)

Cuando la PDO es negativa, las islas Cook del norte y la Polinesia francesa tienen aguas más cálidas, favorables para el desarrollo de Gambierdiscus.

Con PDO positiva las aguas cálidas se desplazan a las islas Cook del sur (Rarotonga). Los datos de PDO en los últimos 70 años y los casos de ciguatera en las islas del norte y del sur parecen coincidir con esto: a mediados de los 80′ la PDO cambió de negativa a positiva justo cuando la «explosión» de ciguatera en Rarotonga…

Así que Rongo y col. sugieren que el periodo prolongado de PDO negativa pudo disparar la ciguatera en la Polinesia francesa y obligar a sus habitantes a emigrar a otros territorios con aguas más frías, como los de Nueva Zelanda ó Rapa Nui…

Ahora tocaría hablar de 3) restos arqueológicos…pero me voy a liar con otros asuntillos como los remedios polinesios contra la ciguatera, etc…y esto merece una segunda parte !

Reproducción de la Kon Tiki (a la izquierda)
en el parque de la península de la Madalena
(Santander, España)

Así que hoy terminaré con una historia, la del explorador noruego Thor Heyerdahl que quiso demostrar una conexión entre los pueblos de Surámerica y la Polinesia en épocas prehistóricas. Para ello construyó una balsa primitiva, el Kon-Tiki, con la que probar que el viaje era factible.

En 1947 la Kon-Tiki recorrió 8.000 km en 101 días para llegar desde Callao (Perú) a las islas Raroia. Años después se han encontrado objetos y símbolos en Perú que únicamente se conocen en otra parte del mundo: Rapa Nui, la isla de Pascua.
Puede que Heyerdahl no estuviera tan desencaminado, aunque un científico dijo de él tras su hazaña viajera: «…no ha probado nada más allá de lo que ya sabíamos, que los noruegos son buenos marineros…»

 

Referencias:

-Adachi R. & Fukuyo Y. The thecal structure of a marine toxic dinoflagellate Gambierdiscus toxicus gen. et sp. nov collected in a ciguatera-endemic area. Bull. Jap. Soc. Sci. Fis. 45: 67-71 (1979).
-Rongo T. y col. Did ciguatera prompt the late Holocene Polynesian voyages of discovery? J. Biogeogr. 36: 1423-1432 (2009).
-Norwegian maritime explorers and expeditioners over the past thousand years. Index Publishing AS, 175 pp. (1999).

Una especie nueva en Canarias

Charcas intermareales en Punta del Hidalgo
norte de la isla de Tenerife (enero 2007).
Para encontrar nuevas especies de algas no hace falta viajar a la Antártida ó a una isla desierta.
Incluso en las rocas de una playa urbana es posible encontrar microorganismos desconocidos para la ciencia.
Esto es lo que sucedió con el descubrimiento reciente de Gambierdiscus excentricus en muestras de charcas intermareales de Punta del Hidalgo (Tenerife, islas Canarias), y luego también en La Gomera y La Palma.

Gambierdiscus es un género de dinoflagelados que habita zonas costeras poco profundas. Es bentónico y epífito, es decir, suele vivir sobre superficies como las macroalgas, a las que se adhiere segregando mucus. Su forma redondeada y aplanada recuerda a las lentejas, sólo que unas 100 veces más pequeño…

 

Gambierdiscus excentricus visto al microscopio electrónico de barrido (Autor: Santi Fraga)

La primera especie, Gambierdiscus toxicus, fue descrita en las islas Gambier de la Polinesia francesa, en el océano Pacífico.

Gambierdiscus excentricus
microscopio óptico (20X). Autor: F. Rodríguez

 

Gambierdiscus prefiere aguas cálidas, entre 21-31ºC. Se conocen 11 especies en la actualidad y todas las que han sido analizadas producen en mayor o menor cantidad algún tipo de toxina. Las más peligrosas son las ciguatoxinas, ya que pueden causar graves trastornos e incluso la muerte en humanos por síndrome de ciguatera.

La mayoría de dichas intoxicaciones suceden en la región caribeña y en Polinesia, por la ingestión de pescado que acumula ciguatoxinas. Gambierdiscus excentricus contiene ciguatoxinas y podría ser el responsable de casos recientes de ciguatera en la región de Macaronesia (Canarias y Madeira).

Gambierdiscus excentricus con tinción calcoflúor
(microscopio óptico luz UV). Autor: F. Rodríguez
La descripción de especies nuevas en algas se basa en datos morfológicos y genéticos.

En el caso de Gambierdiscus el diseño de sus placas celulares es similar en las 11 especies. Pero existen pequeñas variaciones que permiten distinguirlas entre si…bueno, a algunas más que a otras…! Y si quedan dudas tenemos marcadores genéticos, los genes ribosomales. A veces la genética nos sorprende con especies nuevas que no podíamos distinguir por su forma, son especies «crípticas»…pero no es el caso de Gambierdiscus excentricus.

Barracuda.
Imagen disponible en pescamax.foroactivo.com

El primer registro de ciguatera en la historia puede que date del año 1525. Una expedición naval española surcaba el golfo de Guinea y se detuvo en la isla de San Mateo (hoy Annobon). Allí, el capitán general invitó a los demás capitanes y oficiales a compartir una barracuda, un voraz depredador en la cima de la cadena alimentaria…

Las consecuencias del infortunado banquete fueron diarreas y desmayos. Varios meses después todos los capitanes murieron, se sospecha que a causa de la ciguatera. Entre aquellos capitanes estaba Juan Sebastián Elcano, quien había completado la primera vuelta al mundo en 1522…

Referencias:

-Fraga S, Rodríguez F, Caillaud A, Diogène J, Raho N, Zapata M. Gambierdiscus excentricus sp. nov. (Dinophyceae), a benthic toxic dinoflagellate from the Canary Islands (NE Atlantic Ocean). Harmful Algae 11:10-22 (2011).
-Parsons ML, Aligizaki K, Bottein M-Y D, Fraga S, Morton SL, Penna A, Rhodes L. Gambierdiscus and Ostreopsis: Reassessment of the state of knowledge of their taxonomy, geography, ecophysiology and toxicology. Harmful Algae 14:107-129 (2012).