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¿Y tú de quién eres?

Imagen de portada: mar de Cortés (gob.mx)

Y tú de quién eres? De Marujita,

Y tú de quién eres? De Josefita, le dije yo a la vieja

(No me pises que llevo Chanclas, 1996)

Las especies exóticas son aquellas que no pertenecen al lugar donde se encuentran, como el plumero de la Pampa en Europa. Originaria de Sudamérica, Cortaderia selloana se hizo muy popular como planta ornamental en el continente europeo en el siglo XIX. En España los primeros plumeros «escapados» en la naturaleza se descubrieron en Santander (Guinea, 1953). Su facilidad de crecimiento y adaptación al medio desató una rápida expansión. A ella contribuyó el propio Estado al incluirlos en diseños paisajísticos de autopistas, carreteras, etc.

Desde 2013 el plumero de la Pampa forma parte del catálogo de especies exóticas invasoras, ya que reduce la biodiversidad y perjudica a los usos del terreno (tanto naturales como agrícolas), además de aumentar el peligro de incendio.

Distribución mínima de Cortaderia spp. en España (cuadrículas UTM de 10x10km). Información proporcionada por las CCAA y recopilada de Sanz Elorza et al. (2004), para «Estrategias de Gestión, Control y posible Erradicación del plumero de la Pampa (Cortaderia selloana) y otras especies de Cortaderia» (MITECO, 2018).

En el caso del fitoplancton hablar de especies exóticas (o alóctonas) es mucho más complicado. Un organismo microscópico no cambia el paisaje. Además, su detección no es trivial ¿cómo estar seguros de que no estuvo siempre allí? quizás nadie se lo encontró antes bien porque era escaso y/o bien porque no había estudios suficientes.

Tampoco es igual que un barco libere aguas de lastre sembrando organismos de un océano a otro, que la detección de una nueva especie se deba a una expansión/retroceso en el área de distribución por cambios ambientales. Si no estamos seguros de que una especie es nativa o introducida, lo suyo es llamarla criptogénica.

Las especies invasoras despiertan más interés cuando se trata de microalgas nocivas que causan problemas. Hoy hablaré de uno de estos casos…

En marzo de 1939 una marea roja coloreó la superficie del mar en el norte del Golfo de California. De hecho, aquellas aguas que hoy conocemos como Mar de Cortés, se denominaban antes Mar de Bermejo (en inglés Vermilion Sea) en honor a su color cuando prolifera el fitoplancton.

Los contajes celulares revelaron 1 millón de células por litro de un dinoflagelado que formaba cadenas. Aquellas muestras se fijaron con formaldehído durante un estudio oceanográfico a bordo de un magnífico y reluciente velero. Años después, Graham (1943) las examinó y anunció que se trataba de una nueva especie: Gymnodinium catenatum. Lo que me despista un poco es que el tal Graham comenta que primero lo identificaron como Gonyaulax catenella y luego como Gymnodinium sp. Pero la fuente original que cita (Gilbert & Allen 1943) siempre habla de G. catenella. 

E.W. Scripps, buque oceanográfico propiedad de la «Scripps Institution of Oceanography of the University of California», a bordo del cual se recogieron las muestras de 1939 en el Golfo de California. Fuente: library.ucds

Sea como fuere, nunca más se supo de Gymnodinium catenatum hasta que en 1976 reapareció al otro lado del Atlántico y mira tú por dónde…¡en Galicia!. Y lo hizo a lo grande, con una proliferación que provocó intoxicaciones por consumo de mejillón en varios países europeos, incluida España. Lo especial en G. catenatum es que se trata de la única especie entre los dinoflagelados desnudos (sin «armadura» de celulosa) que produce toxinas paralizantes.

La repentina aparición de esta especie en el noroeste de la península ibérica, sin registros previos a 1976, podría explicarse por la ausencia de muestreos. Nadie estudiaba el mar de forma regular para conocer el fitoplancton a pesar de que la región ya sostenía una intensa actividad acuícola. Y es que el problema de las biotoxinas ni se planteaba. Así que los únicos estudios rigurosos sobre fitoplancton databan de los años 50′ por Ramón Margalef en la Ría de Vigo.

Gymnodinium catenatum. Autor: Santiago Fraga (IEO Vigo).

¿Cómo saber entonces si G. catenatum es una especie autóctona o exótica como el plumero de la Pampa?

La respuesta no la encontraremos en el agua sino en el fondo del mar. Este organismo, como muchos otros dinoflagelados, forma quistes de resistencia durante su ciclo de vida que pueden permanecer en el sedimento durante décadas o siglos. En concreto, los quistes de G. catenatum y otras especies similares tienen un aspecto peculiar: son microreticulados. A mí me recuerdan a la Estrella de la Muerte, la estación espacial del Imperio Galáctico de la Guerra de las Galaxias…

La Estrella de la Muerte y un quiste microreticulado de Gymnodinium catenatum. La Estrella de la Muerte mide 160 kilómetros de diámetro (según starwars.com) mientras que los quistes alcanzan 35-56 micras de diámetro. Fuentes: starwars.fandom.com y Researchgate (Ribeiro, tesis doctoral, 2011).

Pues bien. En un estudio en la plataforma costera de Portugal, al oeste de la Península Ibérica, Ribeiro y col. (2012) estudiaron los quistes en sedimentos de hasta 150 años de antigüedad, incluyendo las «Estrellas de la Muerte» de 3 especies: G. catenatum, G. microreticulatum y G. nolleri.

En las muestras más antiguas no encontraron quistes de G. catenatum. Su primera presencia databa de 1889 ± 10 años, con una expansión hacia el norte a medida que progresaban en el tiempo. Los registros más antiguos estaban en la estación más al sur (Mira), mientras que en las muestras centrales (Lis) aparecía en 1933 ± 3 años, y al norte (en Douro, frente a Oporto), en 1951 ± 4 años. No me digais que no es hermoso este trabajo. Aquellos datos los interpretaron como una expansión natural, posiblemente desde el NO de África, aunque no descartaron una introducción accidental por la actividad humana.

 

Y es que en Tasmania (Australia) sí existen pruebas sólidas de una introducción reciente de G. catenatum por aguas de lastre (posiblemente de buques japoneses o coreanos), ya que sus quistes no aparecían en sedimentos anteriores a 1972. Y no solo G. catenatum: también se sospecha que especies tóxicas del género Alexandrium llegaron por ese motivo al sur de Australia y Nueva Zelanda durante el siglo XX. Todo encaja al combinar datos genéticos, perfiles tóxicos, datación de sedimentos, etc..

A pesar de ello, lo cierto es que resulta imposible confirmar estas hipótesis de manera irrefutable por lo que decía al principio: la propia naturaleza de los organismos y sus oscilaciones en el medio marino. Otros autores como Fernando Gómez se basan en ello para cuestionar que G. catenatum sea exótico en la Península Ibérica: «The abundance of G. catenatum seems to show important oscillations, and until this phenomenon is completely understood, this taxon should be considered as a cryptogenic species(Gómez, 2008).

Y en esa línea de lo que yo denominaría «sano escepticismo ficológico», F. Gómez termina ese artículo con la siguiente conclusión:

Instead of generating repetitive lists of doubtful non-indigenous species, direct studies by long-term monitoring plankton programs are essential to detect and evaluate the changes in the phytoplankton communities in the European Seas. (Gómez, 2008)

A las personas nos encanta hacer listas y clasificar para entender el mundo ¿verdad? pues los científicos hacemos lo mismo con nuestros objetos de estudio. En el caso de las especies invasoras elaboramos listas para conocer qué organismos debemos vigilar. ¿Con qué objetivo? pues el de contribuir a evaluar el estado del medio marino.

En la Unión Europea se publicó una Directiva marco sobre la estrategia marina (2008/56/CE) cuyo objeto era que los países miembros de la UE «arrimasen el hombro» para lograr o mantener un buen estado medioambiental del medio marino a más tardar ¡en el 2020!.

¿Y cómo se define ese buen estado? pues el artículo 3 habla de océanos y mares ecológicamente diversos y dinámicos, limpios, sanos y productivos. Y que la utilización del medio marino sea sostenible para proteger su uso y actividades por parte de las generaciones actuales y futuras. Es decir, que no tengamos que lamentar la pérdida irreversible de ecosistemas por la explotación que hace de ellos una sociedad de consumo tan loca como esta.

Para describir ese buen estado necesitamos, valga la redundancia, descriptores. La directiva europea establece un total de 11 y en este blog nos interesa sobre todo el nº2: «Las especies alóctonas introducidas por la actividad humana se encuentran presentes en niveles que no afectan de forma adversa a los ecosistemas.» El descriptor nº2 enlaza con el asunto de las listas de organismos exóticos a controlar en la UE. En España la directiva marco se traduce en el proyecto de Estrategias Marinas (EsMarEs) que divide a las aguas territoriales del país en 5 demarcaciones geográficas.

Las cinco demarcaciones del medio marino español. Para cada una de ellas se ha de elaborar una estrategia marina, con un período de actualización de 6 años. Fuente: miteco.gob.es

El apoyo científico de las estrategias marinas ha sido proporcionado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), a través del cual se desarrollan las actividades de las estrategias marinas. El IEO realizó también la evaluación inicial y el desarrollo de los 11 descriptores de buen estado ambiental. Hoy en día el proyecto EsMarEs se encuentra al final de su segundo ciclo (2018-2024) y el IEO ya no es un organismo independiente sino que está integrado en el CSIC (Centro Nacional IEO-CSIC). En ello tuvo bastante que ver este proyecto cuya dimensión agravó aún más los problemas de capacidad de gestión del IEO que precipitaron esta decisión política. Pero esta es otra historia. Volvamos a la ciencia, a los quistes y a Gymnodinium catenatum.

Estudios recientes sobre la distribución de quistes en la Ría de Vigo (García-Moreiras y col. 2018), incluyendo muestreos en sedimentos de hasta 200 años de antigüedad solo encontraron quistes de G. catenatum en muestras posteriores a 1960. Esto encajaría con la teoría de Ribeiro y col. (2012) sobre la naturaleza invasora de esta especie.

Quistes de dinoflagelados en sedimento superficial de la Ría de Vigo: 1) Brigantedinium sp. ; 2,3) Gymnodinium catenatum ; 4) Gymnodinium microreticulatum ; 5,6) Dubridinium sp. ; 7, 8) Peridinium ponticum ; 9) Echinidinium aculeatum ; 10) Votadinium cf. reidii ; 11) cf. Lejeunecysta sabrina ; 12) Polykrikos kofoidii. Todas las barras = 10 μm. Fuente: García-Moreiras y col. 2023 (sciencedirect).

Además, otro trabajo reciente de los mismos autores en sedimentos modernos (no más allá de 6-12 años), describe por primera vez la distribución de quistes de dinoflagelados en toda la Ría de Vigo (García-Moreiras y col. 2023). En él concluyeron que G. catenatum predomina en la zona externa de la Ría, con mayor influencia oceánica: otra prueba más que relacionaría sus poblaciones con la entrada de aguas desde la plataforma costera de la península ibérica.

Así pues, todo apunta a que G. catenatum habría ampliado su distribución geográfica desde el sur hasta el noroeste peninsular a lo largo del s.XX.

Referencias:

  • Bellas J. The implementation of the Marine Strategy Framework Directive: Shortcomings and limitations from the Spanish point of view. Marine Policy, 50 (Part A):10-17. (2014).
  • García-Moreiras I. y col. Climatic and anthropogenic impacts on the Ría de Vigo (NW Iberia) over the last two centuries: a high-resolution dinoflagellate cyst sedimentary record. Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 504, 201–218. (2018).
  • García-Moreiras I. y col. Organic-walled dinoflagellate cyst assemblages in surface sediments of the Ría de Vigo (Atlantic margin of NW Iberia) in relation to environmental gradients. Mar. Micropaleontol. 180:102217. (2023).
  • Gilbert J.Y. & Allen A.W. The phytoplankton of the Gulf of California obtained by the E.W. Scripps in 1939 and 1940. J. Mar. Res. 5(2): 89-110. (1943).
  • Gómez F. Phytoplankton invasions: Comments on the validity of categorizing the non-indigenous dinoflagellates and diatoms in European Seas. Mar. Poll Bull. 56:620-628. (2008).
  • Guinea, E. Geografía botánica de Santander: Excelentísima Diputación Provincial de Santander. 420 pp. (1953).
  • Graham H.W. Gymnodinium catenatum, a new dinoflagellate from the Gulf of California. Trans. Am. Microscop. Soc. 62:259–261. (1943).
  • Ribeiro S. y col. Reconstructing the history of an invasion: The toxic phytoplankton species Gymnodinium catenatum in the Northeast Atlantic. Biol Invasions 14:969-985. (2012).
  • Fuentes web: Estrategia de gestión, control y posible erradicación del plumero de la Pampa (Cortaderia selloana) y otras especies de Cortaderia. MITECO, 35 pp. (2018).

Patos y lentejas en Punta Balea

Playa «do medio» (Punta Balea, Cangas). Autor: F. Rodríguez

Cada verano miles de vigueses, cual estampida de ñus del Serengeti, escapamos hacia el margen norte de la Ría de Vigo buscando entornos naturales menos masificados.

Uno de ellos es Punta Balea, en Cangas, una zona pequeña pero con una belleza muy especial. Sobre su historia y naturaleza trataré en la entrada de hoy.

La historia de Punta Balea está ligada a una empresa emblemática de Galicia: Massó, antigua fábrica de conservas y factoría ballenera, símbolo del vínculo del mar con las gentes de esta tierra.

Todo comenzó en 1816 cuando Salvador Massó Palau (de origen catalán), se instaló en Bueu fundando una compañía de salazón para distribuir sardina en la costa mediterránea española. A la fábrica de Bueu se sumaría en 1941 la de Cangas, que llegó a emplear a 2.000 trabajadores (principalmente mujeres).

Junto a este complejo se edificó en los años 50′ la factoría ballenera de Punta Balea que procesó ballenas y cachalotes hasta 1985. Ya les conté en alguna ocasión que las mareas rojas de Mesodinium se tomaban a veces por manchas de sangre de las ballenas en los alrededores de Massó (esto me lo relató Santi Fraga en el IEO de Vigo).

Massó echó el cierre en 1993.

Hoy en día la antigua fábrica de Bueu alberga el Museo Massó mientras que la gigantesca factoría de Cangas y construcciones aledañas están abandonadas y ruinosas.

La factoría de Massó está al sur del puerto de Cangas. Y desde allí comienza un precioso sendero que recorre la costa hasta su extremo oeste (Cabo Home y costa de la Vela).

Al inicio del camino se encuentra el espacio natural de Punta Balea. Yo mismo merodeo a menudo durante el verano para pasear o disfrutar de sus playas, en especial la de la Congorza.

Esta playita tiene un pequeño rompeolas, un chiringo, y una edificación de planta baja (antiguo matadero, hoy abandonado). La depuradora de Cangas está muy cerca, apenas disimulada, pero aún así el lugar mantiene su atractivo.

Pues verán. Hace un par de semanas paseando por Punta Balea hacia la playa de Areamilla, nos fijamos en un sendero que terminaba en una laguna verde.

No recordaba haberla visto antes (y si la ví no le presté mucha atención). Su nombre es Lagoa da Congorza.

Lagoa da Congorza. Autor: F. Rodríguez

Su ecosistema (vegetación circundante y lámina de agua) tiene una superficie respetable (2,6 hectáreas) con unos 2 metros de profundidad máxima. Catalogada en el inventario de zonas húmedas de Galicia, es una de las pocas zonas húmedas de agua dulce permanentes en la provincia de Pontevedra. A pesar de esto nada la identifica y a lo largo de Punta Balea tampoco verán información sobre la zona ni sus valores naturales.

Desde lejos pensé que había un bloom de cianobacterias. Pero al acercarme descubrí sorprendido que eran plantitas flotantes. Y con Google Lens confirmé que se trataba de «lentejas de agua«; plantas acuáticas del género Lemna con una diminuta hoja y una raíz que cuelga en el agua.

Esto no iba a quedar así, ya se imaginarán…

A los pocos días volví para coger una muestra de la laguna y observarla al microscopio. En cuanto a la especie de Lemna hallé dos posibilidades: Lemna minuta y L. minor. El tamaño de ambas es similar y se diferencian por tener 1 o 3 nervaduras centrales, respectivamente. Luego las veremos al microscopio.

Las lentejas de agua tienen un nombre muy apropiado en inglés: duckweed.

Y es que en la Congorza los primeros que te reciben son patos: ánade real o azulón (Anas platyrhynchos). En ciertas épocas hay más de 50. Y allí pasan las horas, navegando la laguna y despejando las lentejas…dejando tras de sí un surco de agua que no tarda en llenarse de verde.

No son tímidos. Se acercan porque están acostumbrados a que les echen de comer ¡ERROR! Repriman sus instintos cuidadores y déjenlos en paz. ¡No son mascotas que dependan de usted para sobrevivir!

De hecho los restos de comida y los excrementos de tanto pato cebado aumentan los nutrientes en las aguas estancadas de la Congorza, favoreciendo el crecimiento descontrolado de las lentejas de agua.

Para que se hagan una idea de cuántas hay. Recogí Lemna en un cuadrado de 15×15 cm (dejaban algunos huecos entre ellas) y las pesé tras escurrirlas con un papel: 25 gramos.

Extrapolando ese dato a la superficie aproximada de la laguna (5300 m2) me salen unas 6 toneladas. Ya son lentejas ¿eh? y creo que es un cálculo a la baja viendo su cobertura actual...

Una semana después regresé a Punta Balea.

Había encontrado referencias sobre el lugar en internet y recogí otras muestras para grabar imágenes y vídeos del plancton. Ya me iba pero mira tú por donde encontré varios hombres apuntando con teleobjetivos y prismáticos a la laguna. Y así fue como conocí a Antonio, Carlos y Alberto, del grupo de anelamento Anduriña dedicado al estudio científico de aves silvestres de Galicia.

Me explicaron encantados la historia de la laguna y de los terrenos de Punta Balea. Al día siguiente nos citamos allí otra vez y Antonio me regaló «O Espazo Natural de Punta Balea«, un libro editado por Anduriña en 2006, con subvención de la Xunta de Galicia.

En él se detalla la diversidad biológica de Punta Balea: el medio marino, dunar, etc. y la propia Lagoa da Congorza. También del bosque que la rodea, disminuido tras la construcción de la susodicha depuradora de aguas. Sí, en un espacio natural, no debía de haber un sitio mejor...

Pasen y vean una pequeña muestra de aves en la Lagoa da Congorza. Todas las imágenes han sido cedidas y pertenecen a Antonio Fernández Cordeiro (Grupo de anelamento Anduriña). Y las leyendas también son suyas.

El libro de Anduriña sobre Punta Balea cita que las lentejas de agua son Lemna minor. También me confirmaron que la laguna se encuentra todo el año cubierta por ellas y que no se trata de un fenómeno estacional. Este manto verde bloquea la luz en gran medida. Así que poco fitoplancton y producción primaria puede haber para alimentar al ecosistema acuático (como comprobé luego al microscopio).

Desagüe de la laguna en la playa de La Congorza. Autor: F. Rodríguez

El deterioro del medio lagunar continuará si nadie le pone remedio.

La laguna tiene un desagüe en la playa de La Congorza y las algas verdes que proliferan a su salida son otra prueba visual de la eutrofización galopante en la laguna. Además, la posición baja del desagüe impide que la laguna alcance suficiente nivel entre otoño y primavera.

Así, las riberas que antes quedaban inundadas y albergaban espadañas (Typha latifolia) permanecen ahora secas todo el año perjudicando a aquellas aves que la emplean como refugio para criar.

En los últimos años la iniciativa ciudadana para proteger el ecosistema natural de Punta Balea frenó primero el proyecto de construcción de un puerto deportivo y edificios asociados, y luego impulsó una propuesta para declarar Punta Balea como ENIL (Espacio Natural de Interés Local). Con éxito en lo primero y fracaso (de momento) en lo segundo.

Sin esta figura de protección el destino que corra el espacio natural de Punta Balea dependerá del próximo Plan General de Ordenamiento Municipal de Cangas. Y buena parte de los terrenos, aquellos que pertenecieron a Massó, son propiedad de ABANCA.

A pesar de su deterioro y de las ruinas de Massó, Punta Balea es un espacio natural fascinante. Pero en serio riesgo. Sobre él planean intereses económicos ya que ocupa terrenos muy golosos a un paso de Cangas y en primera línea de costa.

Creo que políticos, sociedad y propietarios de los terrenos deberíamos anteponer el bien común que supone esta joya natural promoviendo usos compatibles con el patrimonio histórico y medioambiental de Punta Balea. Y recuperar el equilibrio de sus ecosistemas. Por todo ello resulta imprescindible su declaración como ENIL.

Y ahora sí, voy a mostrarles el mundo microscópico de la Congorza.

Ya vieron las lentejas de agua pero aquí tienen un vídeo. Los «gusanitos» que nadan entre ellas a toda velocidad son Spirostomum: ciliados comunes en aguas pobres en oxígeno y ricas en materia orgánica. Y en el minuto 1 también aparece un paramecio (todas las imágenes han sido grabadas en el IEO de Vigo).

Zeiss Axiovert (IEO Vigo). Autor: F. Rodríguez

Aquí tienen el aspecto de la raíz de las lentejas de agua, vista a 400 aumentos…

Autor: F. Rodríguez

Ahora vamos con la vida microscópica. Primero el ciliado Spirostomum (a 400 aumentos y bastante inmóvil porque si no resulta difícil seguirle a la carrera).

Autor: F. Rodríguez

Aquí pueden verlo en acción, esta vez a 100 aumentos. Los filamentos verdes al comienzo y al final del vídeo son cianobacterias (Oscillatoria). A lo largo de la grabación se cruzan otros ciliados (Paramecium y Euplotes). La sombra negra es una lenteja de agua…

Autor: F. Rodríguez

En el siguiente vídeo tenemos organismos de menor tamaño, a 400 aumentos. El ciliado Coleps y la cianobacteria Oscillatoria, que como su nombre indica se mueve oscilando a un lado y a otro según la luz.

También verán flagelados verdes (euglenofíceas) y varias diatomeas. Fíjense bien en un detalle: en el interior de Coleps hay una diatomea pequeña que acaba de zamparse (idéntica a la que observamos en la derecha del vídeo, posiblemente Achnantidinium).

Autor: F. Rodríguez

Y para terminar les dejo un collage con algunos de los protagonistas (aprox. a 400 aumentos).

1: Coleps (ciliado). 2: diatomeas (posiblemente Achnantidinium, aunque podrían ser Lemnicola (viven epífitas sobre Lemna), Gogorevia o Achnantes. 3: Phacus (euglenofícea). 4: Pandorina (clorofícea). 5: Navicula (diatomea). 6: Bacterias; hay muchísimos grumos como estos en todas las muestras que recogí. 7: Cadena pequeñita de Oscilatoria (cianobacteria).

Referencias:

  • O espazo natural de Punta Balea. Grupo de anelamento Anduriña. 76 pp. (2006).
  • Fuentes web: salvemosmonteferro

Los plásticos en el medio marino, una cuestión de tamaño. Parte II: los microplásticos

Imagen de portada: microplásticos en la Ría de Vigo. Autora: Olga Carretero Perona (IEO Vigo).

Por Jesús Gago Piñeiro

¡Y vamos con la segunda parte!

Y es que si en la primera entrada apuntábamos a una ola global de reacción, la parte relacionada con el «micro» ha generado más miedo debido a los impactos desconocidos que puede tener, no solo sobre el medio sino también sobre la salud humana.

Figura 1. Portada de la revista Science en la que aparece el estudio pionero de Carpenter. Fuente: CNN.

Como ejemplo, tan solo apuntar que “microplásticos” fue elegida como palabra del año 2018 por la fundación del español urgente de la RAE.

Uno de los primeros trabajos científicos que apunta a la presencia de los plásticos en el mar se relaciona en cierta forma con Julio Verne.

El trabajo pionero de Carpenter en los 70′ publicado en Science menciona la presencia de plásticos en el Mar de los Sargazos, tal como se indicaba en la novela de Verne con la basura marina (¿les habría servido de inspiración?).

Ya en esta publicación se menciona explícitamente la posibilidad de que los plásticos puedan servir como superficies en las que se desarrollen diatomeas.

Pero en microplásticos, ya no tenemos referencias a literatura clásica como la de Julio Verne.

Tendríamos que esperar hasta el año 2004 para que R. Thompson de la universidad de Plymouth y colaboradores usaran este término en un trabajo científico, de nuevo en Science, con un título muy indicativo: «Perdido en el mar. ¿Dónde está todo el plástico?«

Figura 2. Portada de la revista Science en la que aparece el estudio pionero de Thompson.

Podríamos decir que este trabajo del 2004 inicia esta nueva era del estudio de los microplásticos en el medio marino, o sea que estamos hablando de poco más de 15 años.

¡Y el desarrollo ha sido exponencial, en cuanto al impacto en la opinión pública y la producción científica!. Este fenómeno ha sido objeto de estudio por psicólogos y expertos en ciencias sociales.

¿Pero qué entendemos por microplásticos?

Primero empecemos con los conceptos básicos, el tamaño. Se denominan microplásticos primarios aquellos que se manufacturan con un tamaño microscópico de menos de 5 mm, aunque incluso en este aspecto hay discusión y algunos hablan de partículas de 1 mm (GESAMP, 2020).

También hay debate en el límite inferior, y si bajamos mucho ya entraríamos en los nanoplásticos.

Ningún trabajo ha demostrado la presencia en el medio marino de nanoplásticos, pero esto es debido a que a día de hoy no hay metodologías que permitan detectarlos en tan baja concentración, pero usemos el axioma meiga “yo no los he visto, pero existen” (cosecha propia ; ) ).

Entre los microplásticos primarios, destacan las microesferas (< 500 μm) contenidas por ejemplo en algunos productos de cosmética.

Los microplásticos secundarios son aquellos que proceden de la fragmentación de los grandes como puede ser una botella de agua (ver Figura 3 de Oceans of Plastics, un proyecto de la FECYT del Campus do Mar; aquí podéis encontrar material diverso en la temática que hemos desarrollado desde unidades didácticas a GIFs).

Figura 3. Fuentes de microplásticos primarios y secundarios.

En los microplásticos secundarios también encontramos algunos que parece que están presentes en todos los lugares como pueden ser la microfibras. Estos se han encontrado en lugares tan remotos como en un lago en el Ártico y en una revisión reciente que hemos realizado, sobre su presencia en agua y sedimentos, se encontraban desde el Ártico a la Antártida (Gago et al. 2018).

Un problema que existe hoy en este campo de investigación es la dificultad para comparar resultados por el uso de diferentes metodologías; desde el muestreo hasta su identificación, e incluso en las unidades que se pueden usar para referir su concentración.

Los microplásticos agrupan un continuo de tamaños, desde los 5 mm hasta los nanómetros, lo cual complica las técnicas a usar para su identificación. Una técnica no puede cubrir todo el espectro de tamaños y tipos de microplásticos (fragmentos, pellets, fibras, etc.).

Como ejemplo, podéis ver en la Figura 4 un conjunto de microplásticos muestreados en la Ría de Vigo.

Figura 4. Microplásticos encontrados en la ría de Vigo.
(cedida por Olga Carretero, IEO Vigo).

Los microplásticos pueden tener varios impactos, podemos dividirlos en tres:

  • Transferencia de sustancias químicas, ya sea aquellas que tienen de forma original ya añadidas intencionadamente durante su producción (aditivos y plastificantes) o de sustancias adsorbidas del medio (contaminantes de distinto tipo)
  • Impacto físico (ulceración, asfixia, etc.).
  • Transporte de especies invasoras o patógenas como fitoplancton tóxico, virus o bacterias.
Figura 5. Algunos de los impactos de los microplásticos. Fuente: Oceans of Plastics.

Pero todos estos impactos no están asociados a un tipo de microplásticos u otro. Por ello cuando oímos que los microplásticos son un grave problema, esto no es del todo cierto.

Depende de muchos y muy diversos factores y cuando hablamos de microplásticos, incluso partículas del mismo tipo (por ejemplo de PET) pueden presentar diferentes riesgos según los aditivos que tengan o la carga de contaminantes que hayan adquirido del medio ambiente (como metales pesados o hidrocarburos). Por lo que podemos hablar de un estresor múltiple del ecosistema.

Y hay un concepto interesante que podemos usar para el impacto de los microplásticos asociado a todo lo que adsorben del medio, y es el de la historia del caballo de Troya.

Figura 6. El caballo de Troya. Fuente: workersadvisor

El caballo de Troya fue lo que desencadenó el fin del asedio de una manera cruente según Homero en la Odisea.

Durante muchos años se creía que era algo meramente literario, pero un alemán llamado Heinrich Schliemann descubrió Troya y otros lugares supuestamente inexistentes, una historia fascinante la de Heinrich pero que se escapa a Fitopasión y podríamos definir como Arqueopasión ; )

En cierto sentido los microplásticos son como un troyano (sí, el que se refiere a los virus informáticos también): él puede no ser peligroso pero sí lo que viene asociado con él.

Pero dejemos a un lado los clásicos y enfrentémonos con el problema que afronta el medio ambiente.

¿Cuáles son las opciones para acabar con los microplásticos en el medio? Las que se refieren a los microplásticos secundarios son las que apuntamos en la parte referente a los macroplásticos. Aparte existen medidas más específicas como el uso de filtros para la retención de las microfibras en las lavadoras por ejemplo

Con los microplásticos primarios tenemos que contemplar como una de las principales medidas su eliminación en la medida de lo posible de todos los productos en los que no sean necesarios. Y en aquellos casos que no se pueda, mejorar las medidas que eviten su pérdida al medio ambiente.

Sobre el autor:

Jesús Gago Piñeiro (jesus.gago@ieo.es) es investigador del IEO-Vigo, coordinando el grupo CAMBIOCEAN (Cambio global y oceanografía operacional). Con especial interés en el impacto de las basuras en el medio marino y participando en diversos proyectos y trabajos tanto en macrobasuras (cleanatlantic) como en microplásticos (jpi-oceans). Podéis consultar sus publicaciones en Scholar o Researchgate.

Referencias:

  • Carpenter E.J. & Smith Jr. K.L. Plastics on the Sargasso Sea surface. Science 175:1240-1241 (1972).
  • Gago J. y col. Synthetic microfibers in the marine environment: A review on their occurrence in seawater and sediments. Marine Pollution Bulletin 127:365-376 (2018).
  • González-Pleiter M. y col. Fibers spreading worldwide: Microplastics and other anthropogenic litter in an Arctic freshwater lake. Science of the Total Environment 722:137904 (2020).
  • Thompson R.C. y col. Lost at Sea: Where Is All the Plastic?. Science 304:838 (2004).
  • «Proceedings of the GESAMP International Workshop on Assessing the Risks associated with Plastics and Microplastics in the Marine Environment». #103, 60 pp. (2020). Disponible en GESAMP.

Apuntes de la Ría de Vigo

Imagen de portada: puente de Rande sobre la Ría de Vigo. Autor: P. Salgado.

Desmontando Galicia emitió 8 capítulos entre octubre-diciembre de 2019. Fuente: mbcaudiovisuales

Hace ahora un año me contactaron de TVG para grabar una entrevista sobre la Ría de Vigo. Era un cuestionario breve para un nuevo programa (Segredos-Desmontando Galicia) con el objetivo de descubrir el patrimonio natural y cultural de lugares como A Costa da Morte, o poblaciones como Lugo, A Coruña, Ourense y Vigo, entre otras.

Grabamos la entrevista en marzo en el IEO de Vigo. Pero en noviembre, cuando esperaba que emitieran el programa, se centraron primero en su símbolo más reconocible: el puente de Rande.

La zona de Rande daba pie para describir la famosa batalla naval de 1702 que sembró de anclas y cañones la Ría de Vigo (y también «sembró» la imaginación de Jules Verne que atribuyó a los galeones hundidos el origen de los tesoros del Nautilus en 20.000 leguas de viaje submarino).

Puente de Rande. En funcionamiento desde 1981. Autor: F. Rodríguez

En Desmontando Rande hubo una entrevista sobre la Ría de Vigo. La grabaron desde los pilares del puente de Rande con quien fue uno de mis profesores en la Universidad de Vigo: Gonzalo Méndez.

Para el caso. La entrevista en el IEO se programó finalmente para su emisión el 20 de abril de 2020 en Desmontando Vigo.

Antes de esta entrevista me documenté para atender a las cuestiones que ellos me habían enviado y responderlas de la forma más sencilla posible.

Que se dirijan a ti los medios de comunicación requiere un esfuerzo adicional para transmitir un mensaje de manera clara y entendible para todos los públicos.

Las vistas desde la terraza del IEO de Vigo. Autor: F. Rodríguez

Todo lo que requiere un esfuerzo sirve para aprender por lo que agradezco a la TVG el haberme contactado y la experiencia de la grabación. Vamos a ello.

Imagínense por un momento sobre la terraza del IEO de Vigo, una mañana soleada a comienzos de marzo con unas ocho personas, equipos audiovisuales diversos y un dron en el suelo.

Entre aquellas figuras hay una que destaca en especial: una chica morena con un abrigo y un vestido rojo que lucha por mantener la sonrisa a pesar del gélido viento norte.

Su nombre es Diana Nogueira y mientras nos colocan los micrófonos charla conmigo para romper el hielo (nunca mejor dicho, con la «rasca» que hacía!) y que la entrevista fluya lo más natural posible.

Diana Nogueira en «Desmontando Rande». Fuente: TVG.

Este recurso profesional me recordó, salvando las distancias, al que emplean las enfermeras cuando te distraen con trivialidades antes de pincharte con la aguja.

Diana hace las preguntas y yo le respondo como puedo entre tanto despliegue de medios. Mientras, el dron revolotea por la costa grabando imágenes de la ría con las Cíes al fondo.

¿Cómo se formó la Ría de Vigo?

Su aspecto actual se remonta a unos 6.000 años atrás, cuando el aumento del nivel del mar que aisló a las Islas Cíes se estabilizó durante el período cálido actual después de la última glaciación. Pero el paisaje de las Rías Baixas, incluido el de la Ría de Vigo, se remonta a mucho más atrás. Hablamos ya de escalas de millones de años y está asociado con las elevaciones y oscilaciones del terreno que dieron lugar a los sistemas montañosos del norte de la Península Ibérica, desde los Pirineos hasta Galicia, fracturados y luego erosionados en la costa por ríos que en aquella época transportaban mucha más agua que ahora, y que formaron grandes valles fluviales hoy hundidos bajo el mar.

¿Cuántos metros de profundidad alcanza la Ría de Vigo?

La profundidad máxima se encuentra en la boca sur de la Ría, con unos 60 metros, y disminuye tierra adentro en la ensenada de San Simón, donde no alcanza los 10 m. en promedio. Aunque en el paso del Estrecho de Rande aumenta la profundidad hasta alcanzar unos 35 metros.

¿Qué supone esto a nivel medioambiental?

El famoso choco de Redondela, en la zona más interna de la Ría de Vigo. Fuente: BIOIMAXE.

Esto significa que las Rías son un ambiente muy dinámico, con aguas bien iluminadas y oxigenadas, con fondos muy variados en los que abundan a veces algas de gran tamaño.

La influencia oceánica en la Ría de Vigo es mayor en su zona externa, más expuesta al oleaje y con grandes arenales, mientras que su zona interior más protegida posee mayor influencia de los ríos con predominio de fondos fangosos.

La Ría de Vigo es un ecosistema muy productivo y diverso, pero más allá de Rande, en la zona interior hay bancos de marisco y proliferan plantas acuáticas que, más allá de su valor ecológico, son un medio ideal para el desarrollo de especies de interés comercial como la sepia.

Por otro lado, la geografía y las corrientes en las Rías Baixas hacen que estas actúen a modo de embudo para el plancton, concentrando las poblaciones y la producción del fitoplancton, base de la cadena alimentaria marina.

¿Como es el tráfico de corrientes en la ría de Vigo?

La circulación del agua en las Rías está controlada principalmente por el viento que sopla en la plataforma costera. El agua de las Rías es casi toda oceánica y la circulación natural es positiva y en dos capas. Es decir, el agua entra por el fondo y sale por la superficie. La mayor parte del agua que ingresa en la Ría de Vigo lo hace a través de la boca sur, y sale por la boca norte.

Cuando el viento sopla de componente norte esta circulación se intensifica y estimula el afloramiento, que fertiliza las Rías gracias a la entrada de agua profunda, fría y rica en nutrientes. Esto es típico de primavera y verano. Por el contrario, con vientos del sur, la circulación puede incluso invertirse, con el agua superficial hundiéndose y saliendo por el fondo de la Ría. Esto ocurre generalmente en otoño e invierno.

Bateas en la Ría de Vigo. Autor: Jorge Hernández Urcera.

¿Cómo afecta esto a la flora y fauna marina y a los distintos usos de la ría?

La productividad del plancton debido al afloramiento permite que se desarrollen de forma natural los organismos filtradores que dependen precisamente del plancton para alimentarse y que viven en la costa rocosa o en el fondo, como los moluscos bivalvos (mejillones, vieiras, almejas, navajas). Sin esta riqueza no podrían mantenerse las poblaciones de otros organismos de interés económico como pulpos, sepias, peces, y cangrejos como la centolla, el buey de mar y la nécora.

El hombre ha utilizado estas virtudes naturales para desarrollar intensivamente el cultivo de mejillones a mediados del siglo XX, aprovechando que el régimen de corrientes y la productividad de las Rías permite instalar bateas y obtener altos rendimientos con bajos costes de instalación y explotación.

La ría de Vigo no sería la misma sin las islas Cíes. ¿Cómo afectan a la ría y a la ciudad de Vigo?

Vigo de noche. Fuente: galiciaunica.es

La Ría de Vigo está protegida del oleaje del Atlántico gracias a las Cíes, de modo similar a lo que sucede con las Óns en la Ría de Pontevedra.

Esta defensa natural hace que la Ría de Vigo sea más amable para la navegación, favoreciendo el asentamento de instalaciones portuarias, la actividad pesquera, el tráfico de personas e intercambios comerciales.

En consecuencia podemos decir que el desarrollo y las características actuales de la ciudad de Vigo deben mucho a la dinámica oceanográfica y a la geografía tan particular de esta Ría.

Referencias:

  • LA RÍA DE VIGO. Una aproximación integral al ecosistema marino de la Ría de Vigo. González-Garcés A. y col. (Eds.) Instituto de Estudios Vigueses, 414 pp. (2008). Disponible en IEV.
  • Vidal Romaní J.R. Discurso de ingreso en la Real Academia Galega de Ciencias (2015). Disponible en RAGC.

Marea roja de Alexandrium minutum en Galicia (II)

[Imagen de portada: marea roja en el puerto de Vigo. Autora: Mónica Pazos]

Esta semana descubrí en un archivador antiguo en nuestro laboratorio, documentos con datos de muestreos del proyecto «Control e Investigación de las mareas rojas» en las rías de Vigo y Pontevedra, a bordo del buque José María Navaz. Los datos son de 1987, 1988 y 1989.

Pues bien, el 24 de julio de 1987 el investigador responsable del IEO de Vigo, Santiago Fraga, anotaba lo siguiente: «mancha marrón de Heterosigma akashiwo, Mesodinium rubrum y Katodinium glaucum en Bouzas (dársena y entrada)».

Y es que las mareas rojas son un fenómeno natural y habitual en Galicia. Lo extraño es que sean tóxicas y que duren tanto tiempo, como la actual.

Carlos Sobrino pintó este cuadro de una marea roja en la ría de Pontevedra para el trabajo de su hermano Ramón. Eran apuntes tomados del natural. Siempre pensé que era una exageración «artística» pero a la vista de lo que sucede estos días retiro el escepticismo. Fuente: Sobrino (1918).

En Galicia existen registros de mareas rojas desde hace al menos un siglo. No me enrollaré en un tratado histórico, prefiero centrarme en lo que ocurre hoy.

Pero si alguien está interesado en ampliar información y bibliografía sobre este fenómeno en Galicia les dejo un enlace al final de la entrada al artículo que publiqué en 2017 en el Instituto de Estudios Vigueses y en el que destacan nombres como Ramón Sobrino, Ramón Margalef y Santiago Fraga entre otros. También les recomiendo que visiten la web mareasvermellasgalicia.

Para que suceda una marea roja son necesarias condiciones favorables de crecimiento que podríamos resumir en temperatura, luz y nutrientes adecuados. Otro factor esencial es la estabilidad y estratificación superficial de la columna de agua, para evitar la dispersión de las células con las corrientes y mantenerlas en los primeros metros de la superficie. En el momento que falten alguna o varias de las patas de esta silla «el castillo» se hunde de inmediato.

No disponemos de todos los datos para explicar la marea roja de Alexandrium minutum en las rías de Vigo y Pontevedra, pero todo apunta a que esas condiciones favorables se han producido a consecuencia de las elevadas temperaturas desde mediados de junio, vientos débiles y ausencia de nortadas típicas en esta época, que enfrían y aceleran la circulación de las rías (fastidiando a los bañistas de paso).

La relación entre el descenso de las nortadas y el aumento en los días de cierre de explotación de marisco en las rías gallegas ya ha sido descrita por investigadores como Xosé Antón Álvarez Salgado (IIM-CSIC, Vigo: Álvarez-Salgado y col. 2008), tal y como él mismo explica en el documental «Mareas Rojas».

Sin embargo esa no es toda la historia. Las mareas rojas son apenas la punta del iceberg y antes ha tenido que ocurrir un crecimiento «silencioso» y sostenido a lo largo del tiempo (monitorizado por el INTECMAR en sus recuentos semanales). Para explicar lo que vemos hoy en día seguramente debamos remontarnos algunos meses atrás, tal y como comentaba en la entrada anterior, con una primavera harto lluviosa y un predominio de vientos favorables al afloramiento.

En el Náutico de Vigo. Autor: Manuel E. Garci.

A día de hoy tenemos agua caliente y rica para el baño, pero el peaje quizás sea demasiado caro.

Las manchas marrones de Alexandrium minutum van y vienen con las mareas y el viento, entrando y saliendo de los muelles de Vigo a diario desde hace unas tres semanas.

Las concentraciones en los muelles son más elevadas que en el exterior debido al confinamiento del agua, superando los 100 millones de células por litro !! No obstante a partir de 10 millones ya hemos observado coloración.

Además está el olor del mar, más intenso. Es difícil describirlo pero recuerda al aroma de los cultivos en el laboratorio cuando están muy densos.

Los polígonos de bateas en la ría de Vigo permanecen cerrados en su mayoría por toxinas paralizantes (responsables del síndrome PSP) producidas por este dinoflagelado.

Estado de zonas de explotación de marisco en batea, con los cierres por PSP debidos a A. minutum (en rojo) para las rías de Vigo y Pontevedra. Las zonas en morado están cerradas por DSP (toxinas diarreicas). Fuente: INTECMAR (14 julio 2018).

Y no sólo las bateas de mejillón: también las explotaciones de moluscos infaunales (almejas, navajas, etc).

Unos pocos polígonos están cerrados por toxinas diarreicas (DSP), que exceden los niveles permitidos y son responsables de cierres generalizados en la vecina ría de Pontevedra. También hay toxinas amnésicas (ASP: ácido domoico) así que los problemas en 2018 están servidos después de un 2017 muy tranquilo.

Las condiciones meteorológicas siguen favoreciendo el mantenimiento del bloom, con altas temperaturas en el mar y escasos vientos de componente norte que sólo durante algunos días han soplado tímidamente, pero no lo suficiente para revertir la situación actual.

Valores del índice de afloramiento (promedio diario). En rojo está marcado el inicio (que nos conste) de la observación de mareas rojas en Vigo (28 de junio, Samil). Fuente: indicedeafloramientoieo.es

Las manchas rojizas de A. minutum siguen siendo visibles en los últimos días en varios enclaves del puerto de Vigo e incluso otra vez en el arenal urbano de Samil.

Por cierto: esta especie (y el propio género!) fue descubierta gracias a una marea roja en el puerto de Alejandría (Halim, 1960).

La marea roja de Alexandrium no entraña riesgos para los bañistas como molestias respiratorias, etc. Simplemente cabe alertar de manera general sobre posibles reacciones en la piel en algunas personas sensibles. Nosotros nos hemos bañado en la marea roja durante los muestreos sin ningún tipo de efecto pero no todos somos iguales. Un buen consejo ante cualquier coloración desconocida en el agua es mantener cierta precaución.

Alexandrium minutum. Muestra recogida en el puerto de Vigo el 16 de julio. Imagen de epifluorescencia (200X). Autor: F. Rodríguez

Los dinoflagelados del género Alexandrium se distribuyen globalmente (Anderson y col. 2012) e incluyen varias especies productoras de toxinas (saxitoxinas, GTX’s, responsables del síndrome PSP en moluscos), entre ellas A. minutum.

Estas toxinas son las que pueden entrañar serios riesgos para la salud pública.

Las intoxicaciones por PSP en humanos están ligadas al consumo de marisco, pero sus efectos en el caso de proliferaciones masivas pueden llegar a extenderse al resto de la cadena trófica, afectando a mamíferos marinos, peces y aves.

Por suerte los peces son muy sensibles y mueren antes de acumular dichas toxinas en su carne. No lo digo yo, lo explica la FAO en su informe sobre PSP de 2005 con las siguientes palabras:

Del punto de vista del ser humano, es muy positivo que el arenque, el bacalao, el salmón y otras especies de peces comerciales sean sensibles a las toxinas PSP y que, a diferencia de los mariscos, mueran antes que las concentraciones de toxinas en la carne alcancen grados peligrosos. Sin embargo, algunas toxinas se acumulan en el hígado y en otros órganos del pez y ponen en peligro a otros peces, a mamíferos marinos y aves, que ingieren el pez entero incluyendo las vísceras (FAO, 2005).

En este blog he citado en bastantes ocasiones los efectos de la intoxicación por PSP en humanos y fauna marina, en entradas como Los riesgos del marisco furtivo ; Los indios que cazaban ballenas o Pregúntale al pato.

La marea roja en el puerto de Vigo (17 de julio). Autora: Sonsóles González, desde el buque oceanográfico «Ramón Margalef» (IEO), durante la campaña del proyecto REMEDIOS. Pueden ver un vídeo en este enlace.

En base a lo sucedido en otras zonas del mundo afectadas por proliferaciones tóxicas de Alexandrium no sería de extrañar que observemos algunos efectos negativos sobre la fauna marina. Espero equivocarme y he dudado mucho antes de escribir estas líneas.

Porque levantar alarmas sería innecesario, irresponsable y contraproducente. Pero cualquier hecho extraño relacionado con la fauna marina en las próximas semanas debería ser comunicado e investigado por quien corresponda para esclarecer si existe alguna relación con la marea roja tóxica de A. minutum.

Por ejemplo, en el puerto de Vigo se ha observado un número no alarmante pero sí inusual de mújeles (Mugil cephalus) muertos, tal como nos han comentado pescadores habituales en la zona. Varios de dichos ejemplares han sido recogidos por nuestro grupo del IEO de Vigo para su análisis en el laboratorio.

La marea roja en la dársena del Berbés (Vigo). Autora: Laura Castro.

Incluso saltó a la prensa este fin de semana el aviso de que varias personas habían descubierto una nutria aparentemente moribunda y con síntomas de parálisis. Finalmente desapareció del lugar sin que sepamos que ha sido de ella ni los motivos de su mal aspecto (Faro de Vigo, 14/VII/2018).

Para terminar esta entrada quiero compartir varios vídeos de algo muy especial: la marea roja de Alexandrium minutum desde el agua. Se trata de dos secuencias grabadas en el pantalán del Náutico y en la dársena de Bouzas (Vigo).

En ellas podemos observar la proliferación de Alexandrium minutum concentrada en una lámina superficial de agua (no inferior a 1 metro: la cámara descendió hasta 3 metros aproximadamente).

Pero además hay otra observación muy interesante: bajo la nube turbia de la marea roja vemos el paso de peces como sargos (en Bouzas) y mújeles (en el Náutico), que parecen evitarla nadando entre dos aguas.

No me enrollo más y aquí les dejo los vídeos, espero que los disfruten !

NOTA: Antena 3 TV recogió la noticia de la marea roja en los informativos del día 22 de julio de 2018. Pincha aquí para ver el enlace.

Referencias:

-Alvarez-Salgado X. y col. Renewal time and the impact of harmful algal blooms on the extensive mussel raft culture of the Iberian coastal upwelling system (SW Europe). Harmful Algae 7:849-855 (2008).
-Anderson, D.M. The globally distributed genus Alexandrium: multifaceted roles in marine ecosystems and impacts on human health. Harmful Algae 14:10-35 (2012).
-Biotoxinas Marinas. Estudio FAO: alimentación y nutrición. 278 pp. (2005). Disponible en FAO.
-Halim, Y. Alexandrium minutum, n. gen. n. sp. dinoflagellé provocant des «eaux rouges». Vie et Milieu 11: 102-105 (1960).
-Rodríguez F. Mareas vermellas en Galicia. Instituto de Estudios Vigueses, Glaucopis 22:313-340 (2017). Disponible en IEV.

Marea roja de Alexandrium minutum en Galicia

[Imagen de Portada: María García Portela (IEO Vigo) muestreando en la marea roja de Samil, 28/VI/2018. Autor: Jorge Hernández]

La marea roja de Samil (28 de junio 2018). Autor: Jorge Hernández

El jueves 28 de junio nos llegó un aviso de Manuel E. Garci informando que el agua en Samil (Vigo) estaba teñida de un color sospechoso, seguramente una marea roja. Las autoridades evaluaban medidas como restringir el baño y necesitaban saber de qué se trataba.

Así que salimos inmediatamente a recoger muestras con un cubo y una manga de red y en 15 minutos nos plantamos allí. El agua era marrón-rojiza, concentrada en una franja ancha paralela a la orilla, entre el restaurante Disanremo hasta casi la desembocadura del río Lagares.

El viento del noroeste parecía acumular el bloom en la orilla. La temperatura del agua: 18.7ºC según la web playas.ieo.es

El aspecto no era el de una marea roja de Noctiluca, anaranjada y aceitosa, donde observas las células a simple vista. Tenía toda la pinta de ser un dinoflagelado fotosintético ¿pero cuál?

Alexandrium tenía muchas papeletas ya que desde hacía varias semanas su presencia había sido detectada cada vez en mayor abundancia por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (INTECMAR).

Marea roja en Samil (28 junio 2018). Fotografía facilitada por la Subdirección Xeral de Gardacostas de Galicia – Servizo de busca, salvamento marítimo e loita contra a contaminación.

Antes de identificar al responsable de la marea roja fuimos al centro de emergencias de Samil para informar a varias personas, entre ellas Carlos Vales, Coordinador de los Servicios de Salvamento y Socorrismo en las playas de Vigo.

Después de confirmarle que se trataba de una marea roja y que no había riesgos para la salud pública (aunque no está de más guardar precaución al ser un arenal tan concurrido, para evitar posibles picores en la piel), regresamos al laboratorio para estudiar las muestras.

En la marea roja en la orilla de Samil cuantificamos entre 30-48 millones de células/litro. En otra muestra recogida por la lancha de salvamento a 200 metros de la orilla observamos 10 millones de células/litro.

Alexandrium minutum a 400X, procedente de la muestra de la marea roja de Samil (28 de junio 2018). Autor: F. Rodríguez

Al microscopio óptico confirmamos inmediatamente que se trataba de un dinoflagelado del género Alexandrium, pero faltaba identificar la especie. Los candidatos eran A. minutum (tóxica) y/o A. tamarense (no tóxica).

Mediante microscopía de epifluorescencia, tiñendo sus placas de celulosa mediante calcoflúor, mi colega Rosa Figueroa confirmó que se trataba de Alexandrium minutum, una especie productora de toxinas paralizantes.

Aquí pueden ver un vídeo sobre una imagen en 3D obtenida mediante microscopía confocal (Rosa Figueroa) donde se observan las células teñidas de azul (tinción Hoechst, placas de celulosa) y verde (SYTOX green).

Las muestras de genética que envié al día siguiente, y que secuenció esa misma mañana Sebastián Comesaña en el CACTI-UVIGO (espaciador transcribible interno (ITS) del ADN ribosómico) confirmaron que A. minutum era el responsable de la marea roja.

Tanto insistir en que las mareas rojas en Galicia muy raramente son tóxicas y he aquí una excepción colosal. Sin poder descartar otras especies acompañantes minoritarias, todas las células tenían el aspecto de ser A. minutum, y la muestra natural parecía un cultivo masivo monoespecífico, apenas acompañado de algunos dinoflagelados del género Prorocentrum.

Exterior de la dársena deportiva, puerto de Vigo (4 de julio). Autor: F. Rodríguez

El viernes ya no era visible desde la orilla de Samil. Pero la marea roja se adentraba en la ría de Vigo tal como nos indicó Carlos Vales el sábado con una foto aérea de la tarde del día anterior.

El miércoles 4 de julio por la mañana, paseando por el muelle del Náutico de Vigo, descubrí la marea roja en la dársena deportiva, frente a la calle Montero Ríos, entre el monumento a Jules Verne y la nave de El Tinglado del Puerto. Una persona que pasaba por allí nos comentó que hacía ya 3 días que eran visibles las manchas en el puerto.

El color parecía más intenso en el exterior del muelle, pero luego se fue concentrando más en el interior, avanzando entre las embarcaciones de recreo.

Dentro de la dársena deportiva (4 de julio). Autor: F. Rodríguez

Las muestras que recogimos aquel día y que contó María García mostraron 20 y 113-121 millones de células por litro en el exterior y el interior del muelle, respectivamente.

En los días posteriores otros colegas como Manuel E. Garci y Álvaro Roura (IIM-CSIC), y Xulio Valeiras (IEO Vigo) me avisarion que la marea roja estaba tanto en el Náutico como en otras zonas del Puerto de Vigo, pero también en A Lagoa (Teis, ría de Vigo), Aldán y Bueu en la ría de Pontevedra.

Asimismo, desde el INTECMAR, Silvia Calvo nos comentó que se había registrado también una marea roja de Alexandrium en las rías Altas (Camariñas).

Aquí tienen otro vídeo, esta vez de una muestra recogida en el muelle de la dársena deportiva el 9 de julio.

La marea roja en Vilariño (Aldán, ría de Pontevedra, 7 de julio). Autor: Manuel E. Garci.

A día de hoy, 9 de julio de 2018, la marea roja de Alexandrium minutum sigue siendo visible en el puerto de Vigo. Sus toxinas, junto a las diarreicas producidas por el género Dinophysis, son responsables de los cierres actuales decretados por el INTECMAR en los cultivos de marisco en las Rías Baixas.

¿Qué sabemos de Alexandrium minutum en Galicia?

Pues que dicha especie, junto a Gymnodinium catenatum, es la responsable habitual de episodios de PSP (por toxinas paralizantes) en las costas gallegas. Es decir, no se trata de una especie invasora ni nada nuevo, aunque su proliferación actual resulta excepcional por su extensión geográfica y duración.

Su aparición y desarrollo en estas últimas semanas merece un estudio en profundidad de los factores ambientales que han podido contribuir a este episodio de marea roja. Con anterioridad, que yo sepa, la única marea roja de Alexandrium minutum registrada en Galicia se registró en primavera de 1984 en la ría de Ares-Betanzos (Blanco y col. 1985).

Indice de afloramiento (UI: upwelling index). Los valores positivos indican condiciones favorables de afloramiento. Fuente: indicedeafloramiento.ieo.es

Entre nuestro departamento del centro oceanográfico de Vigo (IEO), el Centro de Investigaciones Marinas (Xunta de Galicia, Vilaxoán) y el INTECMAR, se encuentran la mayoría de expertos que conozco en Galicia sobre este género de dinoflagelados.

Su trabajo en las últimas cuatro décadas y numerosas publicaciones científicas en colaboración con otros colegas nacionales e internacionales han contribuido a identificar las especies presentes en nuestras costas, así como su ecología, ciclos de vida y dinámica en el medio natural.

De entre todos ellos citaré uno de dichos estudios, publicado en 2010 por Bravo y col., en el que se describen las dinámicas de proliferación y ciclo de vida de Alexandrium minutum.

Estos autores concluyen que sus proliferaciones ocurren en zonas costeras protegidas en primavera y verano durante la época de afloramiento, asociadas a estabilidad y estratificación en la columna de agua.

Temperaturas en Vigo. Fuente: Accuweather

Dichas zonas protegidas son los estuarios de Baiona (ría de Vigo) y de la ría de Ares.

Este año hemos tenido una primavera muy lluviosa y desde mediados de abril las condiciones de viento han sido favorables al afloramiento.

En la segunda mitad de junio las temperaturas máximas han subido en Vigo por encima de lo normal, superando hasta en 9ºC la máxima promedio de esta época del año.

La temperatura del agua también es elevada, alcanzando hoy, 9 de julio, los 20,7 ºC en la playa de Samil. Estos y otros motivos podrían contribuir a explicar la explosión de A. minutum en las dos últimas semanas.

Quistes de resistencia (A, F) y de tipo «pellicle» (B,C,D,E) de Alexandrium minutum en la ensenada de Baiona. Fuente: Bravo y col. (2010).

A lo largo del desarrollo de las proliferaciones de A. minutum, las células vegetativas «normales» aparecen acompañadas de quistes con una pared simple («pellicle cyst») en contraste a los quistes de resistencia con doble pared.

Los primeros pueden germinar rápido (entre 1-17 días) mientras que los segundos tienen un período de reposo de 45 días.

Se cree que esos quistes rápidos de tipo «pellicle» podrían jugar un papel importante para mantener la población en una zona protegida como la ensenada de Baiona, evitando así la dispersión debida a la dinámica de las rías.

Muestreos del proyecto REMEDIOS (1 de julio 2018). En la imagen «la escalera», un equipo que permite coger muestras de agua cada 20 cm en un espesor de 3 m. Fuente: Facebook REMEDIOS.

Estas y otras cuestiones serán objeto de estudio gracias a este evento masivo registrado en la ría de Vigo, casi enfrente de nuestro propio laboratorio!

Además, durante estos días, se está llevando a cabo una campaña oceanográfica del proyecto REMEDIOS a bordo del B/O Ramón Margalef.

En dicho muestreo participan investigadores de la Universidade de Vigo, IEO, CSIC e IFREMER, que también aprovecharán la oportunidad de estudiar la proliferación de A. minutum en las rías de Vigo y Pontevedra. El objetivo inicial de la campaña eran Dinophysis y Pseudo-nitzschia, pero entre tanto les ha surgido este asunto inesperado!

Para terminar, un vídeo realizado por Manuel E. Garci (Bioimaxe) sobre la marea roja de Samil, y un deseo: que mareas rojas tóxicas como esta no se conviertan en habituales a partir de ahora…

Agradecimientos: A todos los que habéis compartido imágenes e información para esta entrada, empezando por Carlos Vales, la Subdirección Xeral de Gardacostas de Galicia, Bioimaxe, Manuel E. Garci, Xulio Valeiras, Álvaro Roura y mis colegas del IEO de Vigo, Rosa Figueroa, María García y Jorge Hernández.

 

Referencias:

-Blanco J. y col. The first toxic bloom of Gonyaulax tamarensis detected in Spain (1984). En: Anderson, D.M., White, A.W., Baden, D.G. (Eds.). Toxic dinoflagellates. Proceedings of the Third International Conference on Toxic Dinoflagellates, St. Andrews, New Brunswick, Canada, June 8-12, 1985, p. 561 (1985).
-Bravo I. y col. The intricacies of dinoflagellate pellicle cysts: The example of Alexandrium minutum cysts from a bloom-recurrent area (Bay of Baiona, NW Spain). Deep-Sea Research II 57: 166–174 (2010).
-Bravo I. y col. Bloom dynamics and life cycle strategies of two toxic dinoflagellates in a coastal upwelling system (NW Iberian Peninsula). Deep-Sea Research II 57: 222–234 (2010).

 

 

 

 

Un mar de Noctilucas en la ría de Vigo

De pronto, al mirar el mar, vi que el mar brillaba con un millar de Noctilucas

[Noctiluca. Jorge Drexler, 2010]

Las protagonistas de hoy, «cazadas» en la Ría de Vigo. Autor: Jorge Hernández (Proyecto REMEDIOS).

La segunda parte de «El lago de los osos» tendrá que esperar porque estos días ha ocurrido algo especial.

Los muestreos semanales de mis colegas de la Universidade de Vigo y el IEO, en el proyecto REMEDIOS (RolE of Mixing on phytoplankton bloom initiation, maintEnance and DIssipatiOn in the galician ríaS), ya habían observado que eran abundantes en las últimas fechas.

Y el 20 de septiembre me envió un mensaje Jorge Hernández (IEO de Vigo), sobre una proliferación masiva de Noctiluca en las islas Cíes. El aviso le llegó de Álvaro Roura (IIM-CSIC), que buceaba en la zona.

El propio Álvaro me lo describía así ayer:

Aquella mañana había niebla y el mar estaba en calma. En la boca norte de la Ría de Vigo, a 1 km de Cabo Home, la superficie del agua estaba cubierta de grumos dispersos y espuma que recordaban a los acúmulos de polen. Al principio pensó que podría ser zooplancton de gran tamaño: apendicularias «cargadas» de fitoplancton. Pero mientras buceaba tocó uno de aquellos grumos y se disgregó en multitud de bolitas. Recogió una muestra y en el laboratorio confirmó que eran Noctilucas.

La extensión de los grumos era bastante grande: llegaban hasta Cíes en un transecto lineal y alcanzaban hasta 12 metros de profundidad. Los observaron durante todo el tiempo, desde las 11 hasta las 3 de la tarde.

La marea roja de Noctiluca vista hacia el norte, desde el IEO de Vigo. Las islas Cíes al fondo. Autor: F. Rodríguez

Al día siguiente, coincidiendo con la pleamar de la tarde, la marea roja de Noctiluca scintillans se concentró a lo largo de la costa de Canido, al pie del IEO de Vigo.

Las manchas de tono anaranjado cambiaban su contorno a lo largo de frentes estrechos o parches más anchos, según el viento y la marea las arrastraban hacia las rocas o alejaban hacia el interior de la ría.

Otra imagen desde la misma perspectiva de la marea roja de Noctiluca. Autor: F. Rodríguez

Cuando llegué al IEO eran alrededor de las 18:00 hrs. El día era soleado con brisa débil y la temperatura agradable (18-19ºC). El mar estaba como un plato a unos 17ºC.

En esta época es habitual que aparezcan mareas rojas de Noctiluca en nuestras costas, pero no recuerdo nada igual en los últimos años (tampoco hay registros fiables sobre la frecuencia e intensidad de estos fenómenos).

El acceso al mar desde el laboratorio es fácil. Al sur tenemos una cala arenosa con muchas rocas, al lado del edificio de cultivos marinos.

La marea roja de Noctiluca vista hacia el sur, al lado del edificio de la planta de cultivos del IEO. Autor: F. Rodríguez

Y hacia el norte frente al edificio principal se extiende una zona más aislada y agreste a la que se llega por un sendero costero.

Justo allí estaban las manchas más intensas pero es una zona nudista y me pareció indiscreto bajar allí a muestrear. Así que me dirigí a la cala sur, donde también había manchas aunque menos espectaculares.

Si hubiese sido una marea roja de Mesodinium seguro que habría ido al norte !!

Sigamos. Bajé a la orilla sur y encontré en la cala a dos buceadores. Uno de ellos, todavía en el agua, comentaba que le daba asco el aspecto del mar y que estaba así por todas partes. Debió pensar que había algún vertido, pero al verme llegar con el equipamiento CEG de muestreo (Cubo, Embudo y Garrafa) me preguntó si era biólogo y estuvimos conversando sobre el origen de las manchas.

Su compañero, que estaba de pie en las rocas, comentó que le picaba un poco la cara. Sobre esto les aclaré de entrada que Noctiluca no es tóxica. Esto es importante saberlo porque las mareas rojas se suelen asociar con toxinas o contaminación pero en Galicia apenas existen registros de fitoplancton tóxico coloreando el mar. Y sobre los picores en la piel les dije que Noctiluca puede acumular y liberar al agua grandes cantidades de amonio que pueden provocar esos síntomas en algunas personas.

Así se ven las Noctilucas a simple vista. Autor: F. Rodríguez

La marea estaba bajando y las manchas de Noctiluca se esfumaban rápidamente por lo que no alcancé a muestrear en medio de ellas como pretendía.

Aún así el agua seguía con aspecto turbio y oleaginoso. Cogí unos 4 litros con la ayuda de un cubo y subí la muestra al laboratorio.

Dejé las Noctilucas en su nueva casa: un balón de vidrio en la cámara incubadora a 15-16ºC. En este vídeo verán el aspecto que tenían a simple vista.

Esa noche regresé al laboratorio para ver la bioluminiscencia, con la intención de conseguir alguna foto o un vídeo que compartir con ustedes. Pero no fue posible.

Aunque a simple vista se observan perfectamente los chispazos verde-azulados de las Noctilucas, su intensidad total era débil porque la muestra no estaba demasiado concentrada. Con un equipo profesional y una muestra coloreada habría sido posible. Pero no desesperen que veremos la ardora en Cíes !!

Mientras observaba la bioluminiscencia de las Noctilucas con el vigilante de nuestro centro, me comentó que en algunas rondas nocturnas ha observado la ardora o «ardentía» del mar bajo la proa de los barcos que faenan delante del IEO, y que da la impresión de un foco encendido hacia el mar. El mismo fenómeno se puede ver en la estela que dejan los barcos, ronsel en gallego, y que sirvió de título para una biografía sobre la investigadora ferrolana Angeles Alvariño (Un ronsel de ardora, Lela Edicións, 2016).

Pues bien, todo esto lo podrán ver en el siguiente vídeo. Me llegó al móvil unos días después. Es una secuencia grabada cerca de Cíes por la empresa náutica Sailway durante la proliferación de Noctiluca (Faro de Vigo, 28-IX-2017)

Entre el pasado fin de semana y hasta el día de hoy me han enviado nuevas fotos de Noctiluca varios conocidos y seguidoras del blog como Susana Darriba (INTECMAR), Manuel E. Garci y Pepe Castro (IIM-CSIC) que compartiré en esta galería de imágenes a medida que vayan llegando (pinchen sobre ellas para verlas en formato grande). También las compartiremos en mareasvermellasgalicia.com

Marea roja de Noctiluca vista desde el monte do Facho (Costa de la Vela), entre la Ría de Vigo y Pontevedra. Autora: Susana Darriba

Marea roja de Noctiluca en la Ría de Vigo, a bordo del Mytilus (IIM-CSIC). Autor: Manuel E. Garci

Marea roja de Noctiluca en Marina Dávila Sport (Bouzas, Vigo). Autor: Pepe Castro

Marea roja de Noctiluca en Marina Dávila Sport (Bouzas, Vigo). Autor: Manuel E. Garci

Marea roja de Noctiluca en Marina Dávila Sport (Bouzas, Vigo). Autor: Manuel E. Garci

En este blog hemos hablado varias veces de Noctiluca scintillans. Les animo a revisar entradas antiguas pero les recordaré que estamos ante un dinoflagelado heterótrofo, atípico por su enorme tamaño (hasta 2 mm), observable a simple vista. Las de la muestra del IEO eran más pequeñas: no llegaban a 1 milímetro, la mayoría medían entre 500-800 micras.

Qué maravilla! una captura de pantalla de las Noctilucas de Cíes, vistas en una lupa con campo oscuro. Autor: Álvaro Roura.

La bioluminiscencia en dinoflagelados es producida por la reacción química de un sustrato (luciferina) con la enzima luciferasa; en algunas especies como Noctiluca interviene también otro mecanismo que involucra a una proteína unida a la luciferina (Valiadi & Iglesias-Rodríguez 2014).

La bioluminiscencia tiene lugar en unos orgánulos esféricos (centellones) y las chispas de luz las desencadenan impulsos eléctricos en la membrana celular, inducidos a su vez por la agitación mecánica (cambios bruscos de temperatura, unas gotitas de agua oxigenada, etc).

Los impulsos eléctricos provocan una disminución del pH en los centellones, que activa la luciferasa y libera la luciferina, la cual sufre una oxidación en la que se producen fotones azulados en Noctiluca (λ∼475 nm).

Noctiluca es un depredador voraz que por sus características forma parte del microzooplancton, compitiendo por los mismos recursos que, por ejemplo, los copépodos.

Noctiluca scintillans después de ingerir al dinoflagelado Lingulodinium polyedrum que le ofrecimos como presa en el laboratorio. Autor: Jorge Hernández

Su flotabilidad le permite ascender a la superficie regulando su posición en la columna de agua mediante cambios en las concentraciones de iones de una gran vacuola intracelular. Su capacidad de movimiento es mínima, a merced de los vientos y las corrientes.

Las proliferaciones de Noctiluca son comunes en muchas regiones del mundo, especialmente en zonas de afloramiento (como las rías gallegas) donde encuentra grandes cantidades de alimento en forma de proliferaciones de fitoplancton.

Las concentraciones típicas de Noctilucas en una marea roja suelen andar entre 100 y 1000 células/mL. Su color varía entre tonos arcillosos, anaranjados, rosados, hasta las Noctilucas verdes propias de aguas tropicales en el sureste de Asia, por ejemplo. La temperatura a la que suceden los blooms es muy variable en cada parte del mundo y se trata de una especie eurihalina que soporta un amplio rango de salinidades (de 10 a 37).

Para resumir, en los blooms de Noctiluca confluyen dos factores: bióticos (presas abundantes) y abióticos (temperatura idónea y condiciones de calma en el mar).

Ballena azul (Balaenoptera musculus) cerca de Ons. Autor: Bottlenose Dolphin Research Institute. Fuente: Faro de Vigo

N. scintillans puede crecer con poco alimento pero los aumentos bruscos de sus poblaciones suelen suceder tras los blooms de fitoplancton.

Quizás este incremento estacional en el plancton haya tenido algo que ver con los avistamientos de dos ballenas azules: la primera hace dos semanas en la Ría de Muros y la segunda en la semana de las Noctilucas, a 11 millas al NO de las Islas Ons (Ría de Pontevedra; Faro de Vigo, 22-IX-2017).

Diatomeas y dinoflagelados son presas habituales de Noctiluca, pero esta ingiere una enorme variedad de alimentos incluyendo bacterias, detritus, protozoos, copépodos, huevos de copépodos y peces.

Por citar un ejemplo, los análisis de 1100 Noctilucas en la costa de Buenos Aires (Sato y col. 2010) descubrieron en su interior proporciones casi iguales de ciliados (tintínidos), huevos de copépodos y diatomeas.

Marea roja de Noctiluca en el Golfo de Vizcaya (2001) a bordo del B/O Thalassa, durante la campaña PELASSES01 (IFREMER). Autora: María Sánchez.

Noctiluca atrapa a sus presas activa o pasivamente, interceptándolas en la columna de agua o colonizando agregados de partículas en suspensión. También puede excretar mucus para atrapar el alimento.

Su impacto en las comunidades de zooplancton puede ser considerable…

En un estudio en la costa del Cantábrico central, se calculó que fue capaz de consumir hasta el 73 % del total de huevos del copépodo Acartia clausi (Quevedo y col. 1999).

Si hablamos de su ciclo de vida, las células vegetativas de Noctiluca son diploides y se reproducen asexualmente (por fisión binaria) o sexualmente mediante gametogénesis.

Las células gametogénicas son una auténtica fábrica de zoosporas: pueden llegar a producir hasta 1024 en menos de 24 hrs. Y la fusión de 2 de ellas da lugar a una nueva célula vegetativa adulta (trofonte).

Los gametos recuerdan a los típicos dinoflagelados mientras que el trofonte, como ya han visto, parece cualquier cosa menos un dinoflagelado.

Ciclo de vida de Noctiluca scintillans. Fuente: Fukuda & Endoh (2006)

Su comportamiento y ciclo de vida permiten a Noctiluca adaptarse a ambientes cambiantes y ser competitiva a pesar de que se trata de un organismo oportunista de crecimiento rápido.

Su papel en el ecosistema es doble: por un lado ejerce un control sobre el fitoplancton/zooplancton durante el desarrollo de sus proliferaciones; pero al decaer sus poblaciones liberan su contenido celular aportando nutrientes (amonio y fosfatos) que pueden estimular el crecimiento de bacterioplancton y fitoplancton.

Noctiluca no tiene muchos predadores naturales, en la literatura científica apenas se mencionan algunos copépodos de gran tamaño, larvas de peces y escifomedusas.

Noctiluca scintillans y Strombidium hongkongense. A) Noctilucas con el ciliado alrededor. B) y C) ampliaciones del ciliado. Fuente: Tesis doctoral S. Zhang (2016).

Sin embargo, mientras revisaba bibliografía para esta entrada, encontré una tesis publicada por Shuwen Zhang en Hong Kong (2016) donde describe a un sorprendente predador de Noctiluca: el ciliado Strombidium honkongense (citado como Strombidium spen la publicación posterior de Zhang y col. 2017).

Este ciliado se mueve alrededor o sobre las células vegetativas y gametogénicas de Noctiluca, y se alimenta de los progametos de esta, llegando a arrasar las células gametogénicas a las que deja vacías de contenido como «células fantasma».

Noctiluca no se alimenta de este ciliado a pesar de estar en el rango de tamaño de sus presas.

Pues bien, en el siguiente vídeo verán imágenes de una Noctiluca (de la muestra del IEO) con células del dinoflagelado Dinophysis caudata en su interior (añadidas como presas en el laboratorio), con tres ciliados que corretean sobre ella y que tienen toda la pinta del Strombidium que se alimenta de Noctiluca en los vídeos del artículo de Zhang y col. (2017)><(gracias Jorge por conseguirlos!).

En la tesis y la publicación de Zhang y col. (2017) se muestran secuencias genéticas similares al «Strombidium de las Noctilucas» en ciliados de diversas regiones del mundo donde estas suelen proliferar (Mar Rojo, Mediterráneo, etc).

Y todo apunta a que las de Vigo también sufren el acoso de estos pequeños cazadores !!

Agradecimientos: A todas y todos los que habéis colaborado en esta entrada muchísimas gracias por vuestros comentarios, información y las imágenes que me habéis enviado para su realización!

Noctiluca scintillans. Autor: F. Rodríguez

Referencias:

-Fukuda Y. & Endoh H. New details from the complete life cycle of the red-tide dinoflagellate Noctiluca scintillans (Ehrenberg) McCartney. Eur. J. Protistol.
42:209-19 (2006)
-Quevedo M. y col. Evidence of heavy predation by Noctiluca scintillans on Acartia clausi (Copepoda) eggs off the central Cantabrian coast (NW Spain). Oceanol. Acta 22:127-31 (1998)
-Sato N.E. y col. Hábitos alimentarios de Noctiluca scintillans en aguas costeras de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Lat. Am. J. Aquat. Res. 38:403-12 (2010)
-Valiadi M. & Iglesias-Rodríguez M.D. Diversity of the luciferin binding protein gene in bioluminescent dinoflagellates–insights from a new gene in Noctiluca scintillans and sequences from Gonyaulacoid genera. J. Euk. Microbiol. 61:134-45 (2014)
-Zhang S. Ecological Roles of Noctiluca scintillans in Marine Food Web –As a Predator, “Prey” and Nutrient Regenerator. Tesis doctoral, 215 pp. (2016)
-Zhang S. y col. A Cryptic Marine Ciliate Feeds on Progametes of Noctiluca scintillans. Protist 168:1-11 (2017)