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No es Noctiluca todo lo que reluce

Imagen de portada: mar de ardora en la ría de Vigo. Autor: Buceo Islas Cíes.

En la última semana se han publicado muchísimas imágenes de mareas rojas en las Rías Baixas, sobre todo en las de Vigo y Pontevedra, asociadas con bioluminiscencia («mar de ardora» le decimos por aquí). El aspecto de las manchas es el típico de Noctiluca. Su tamaño (cerca de 1 milímetro) permite observarlas a simple vista y si llenas una botella verás miles de bolitas flotando en una capa anaranjada (parecen aceite).

De ellas he escrito numerosas veces en estos 11 años (ay josús…). Si escriben «Noctiluca» en el buscador del blog descubrirán entradas como esta o esta otra con más información sobre ellas. Hoy nos bastará con recordar que son dinoflagelados heterótrofos (no realizan fotosíntesis), que zampan gran variedad de plancton.

Dejemos las Rías Baixas y el «Vigocentrismo». En meses anteriores, durante julio y agosto, se publicaron numerosas noticias en prensa, televisión y RRSS sobre mares de ardora en A Costa da Morte («Un baño no mar de ardora coa Vía Láctea de compañeira en Corme«; GCIENCIA, 8-VII-2021; «¿Cuándo y por qué arde el mar de la Costa da Morte?»; La Voz de Galicia, 13-VII-2021).

En cuanto a los vídeos destacaría este enlace de @drewkorme entre el 15-16 de agosto en Ermida (Corme). En su cuenta de instagram descubrirán imágenes preciosas. Pero como no puedo enlazar su vídeo desde facebook aquí va otro de una playa cercana (Niñóns, Ponteceso), de Oscar Blanco.

Las Rías Altas de Galicia poseen un encanto natural único. Y zonas como Carnota y la Ría de Corme e Laxe parecen idóneas para disfrutar de la ardora durante el verano. Es sólo una impresión subjetiva porque no hay registros sistemáticos ni seguridad al 100% de que la vayas a ver. Sobre esto hablaremos al final…

Basta leer noticias como «Cinco playas gallegas para disfrutar del Mar de Ardora» (La Voz de Galicia, 1-IX-2021) para darse cuenta de que A Costa da Morte es un destino interesante para disfrutar de la ardora.

Además, alejada de grandes ciudades, dicha región posee mucha menos contaminación lumínica que las Rías Baixas o el área de influencia de A Coruña donde si no ponemos farolas cada 50 metros alumbrando al mar no nos quedamos tranquilos (no vaya a ser que salga un Kraken y no lo veamos).

Animado por estas noticias (y antes de que las Noctilucas invadiesen el sur de Galicia), nos fuimos a la Ría de Corme e Laxe (mi chica y yo) el 29 de agosto con el objetivo de ver la ardora. Y por supuesto también para recoger muestras y examinarlas en el IEO de Vigo.

Aquel mismo día de mañana observamos una marea roja en la playa de Laxe. O eso parecía…porque al acercarnos resultó ser una acumulación de macroalgas de aspecto plumoso, muy finas. Teñían la orilla de color vino tinto pero no había ninguna proliferación de fitoplancton…

Una de las playas que citaron en prensa para ver ardora era la de Rebordelo (Cabana de Bergantiños), a 5 minutos en coche de Laxe. Durante la tarde escuchamos conversaciones en terrazas y restaurantes donde hablaban también sobre ella. Así que fuimos a Rebordelo la noche del 29 al 30 de agosto.

Rebordelo. Fuente: ACostaDaMorte.info

A la playa se llega por una carretera estrecha y muy empinada. Mientras discutíamos si habría suerte nos sacó de dudas un fulgor azul a lo lejos. A las 22:30 llegamos andando al arenal y para entonces el acceso ya estaba atascado de coches haciendo cola para aparcar.

La orilla de la playa estaba llena de gente con móviles y cámaras registrando el espectáculo de las olas iluminadas por la ardora.

Pasamos allí casi dos horas. Me bañé con precaución: el mar estaba en calma y el agua fresca pero soportable. El más mínimo movimiento hacía que la ardora iluminase el mar mientras rompían olas azules en la ensenada y en la orilla.

No conseguí grabarla pero dada la cantidad de imágenes y vídeos que se publican lo importante es disfrutar del espéctaculo ¡¡y apagad los flashes por favor!! ¡¡y las linternas hacia el suelo por favor!!.

El desfile de coches iluminaba la playa ocultando la bioluminiscencia y hasta que no paró un poco el tráfico no se pudo apreciar la ardora en todo esplendor.

Cuando regresamos a Laxe revisé las muestras de Rebordelo y a simple vista no veía nada en el agua. No tenían color y tampoco bolitas de Noctilucas. Mantuve las muestras en un lugar fresco y al día siguiente las observé al microscopio en el IEO de Vigo.

Confirmé que no había ni una Noctiluca pero bullían multitud de dinoflagelados, principalmente del género Alexandrium. A bote pronto había dos tipos de células según su tamaño: A. minutum (pequeñito y escaso) y un Alexandrium gordito y redondo que llenaba la muestra y danzaba sin parar.

También había Lingulodinium polyedra de mayor tamaño todavía, poco abundante pero fácil de distinguir por su aspecto acorazado y poliédrico. Muchas especies de Alexandrium (excepto A. minutum) producen bioluminiscencia ¡y Lingulodinium también! Así que todo encajaba.

Faltaba confirmar qué especie de Alexandrium dominaba la muestra. La principal sospechosa era A. tamarense aunque en vivo no hay forma de distinguirla (al menos yo) de otra muy similar: A. ostenfeldii.

Tiñendo sus placas de celulosa pueden discriminarse mediante epifluorescencia gracias a un poro situado entre dos de sus placas. Si dicho poro es diminuto (o no lo puedes ver) se trata de A. tamarense. Y así fue: las células que conseguí observar en la posición adecuada cumplían esa condición.

Células de A. tamarense aisladas de la ardora de Rebordelo. La flecha blanca indica el poro del que les hablé (Vp; no visible en la imagen de la izquierda). Imagen de epifluorescencia obtenida en el IEO de Vigo. Autor: F. Rodríguez

Días después las secuencias genéticas (LSU y ITS rADN) de dos células confirmaron que se trataba de Alexandrium tamarense. Así que dicha especie es seguramente la que produce la ardora en Rebordelo y otras playas cercanas…y me atrevo a decir que en Carnota también.

En la Ría de Corme e Laxe no hay bateas de mejillón. El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (INTECMAR) posee allí una estación de muestreo (C5) de condiciones ambientales y fitoplancton. Está localizada en Ponteceso, en la desembocadura del río Anllóns en el interior de la Ría. Y a posteriori, en los recuentos de fitoplancton de la semana siguiente destacaba Alexandrium spp. con más de 85.000 células/litro.

Alexandrium tamarense no es tóxico. Aunque si hacen una búsqueda en internet descubrirán que se cita como especie tóxica. La confusión tiene que ver con el hecho de que se denominaron como A. tamarense lo que en realidad eran varias especies de Alexandrium.

A menos que seas un experto en morfología resulta francamente difícil diferenciar sin atisbo de dudas unas cuantas especies de este género. Dado el esfuerzo (y tiempo) que supone identificarlas suelen agruparse bajo la etiqueta de Alexandrium spp., y durante décadas se habló del «complejo de especies A. tamarense» para englobarlas.

En 2014 John y col. publicaron un estudio en el que por fin asignaban nombres válidos a lo que hasta entonces eran Alexandrium tamarense de los grupos I a V. Si quieren ampliar detalles ya conté esta historia en La importancia de llamarse Alexandrium.

Marie Victoire Lebour (1876-1971). Fuente: mujeresconciencia.com

¿Cuál es el verdadero Alexandrium tamarense? pues el antiguo grupo III, que corresponde con organismos aislados de la localidad tipo (donde se describió) y que también es el de Galicia.

Esta especie no es tóxica, a diferencia de otras del antiguo «complejo tamarense» (citados como A. tamarense tóxicos en estudios anteriores a 2014).

Marie V. Lebour describió A. tamarense en 1925. Y lo hizo con estas palabras…

(Goniaulax tamarensis) This little species was found up the river Tamar in estuarine water. Cell roundish, rather longer than broad. No apical horn […] Found only in the river Tamar estuary, near Plymouth.

The dinoflagellates of Northern Seas (Lebour, 1925)

Lebour mercería por sí sola una entrada aparte. Fue una ilustre bióloga que estudió diferentes organismos planctónicos, no solo microalgas sino también copépodos y fases larvarias de peces, moluscos y crustáceos.

Comenzó estudiando el microplancton en el Plymouth Marine Laboratory cuando ya tenía 39 años y allí fue donde desarrolló toda su carrera.

Sus libros sobre dinoflagelados y diatomeas fueron los primeros en lengua inglesa. En concreto «The Dinoflagellates of the Northern Seas«, que incluía entre otras la descripción de A. tamarense e ilustraciones propias (no se había descubierto el método de tinción de placas que les mencionaba antes, así que tiene un mérito impresionante con los medios de la época).

Desembocadura del río Anllóns en la Ría de Corme e Laxe. Autor: D. Lema. Fuente: minube

Alexandrium tamarense es una especie estuarina así que encontrarla en la playa de Rebordelo –y con total seguridad en las demás playas de la Ría de Corme e Laxe donde hay ardora– no es ninguna sorpresa.

La combinación del aumento de temperatura en verano y los aportes de agua dulce (menos densa) favorecen la estratificación de la capa superficial con abundantes nutrientes y luz, impulsando el crecimiento de las poblaciones de A. tamarense.

El río Anllóns desemboca en una amplia zona de marisma y en la imagen de satélite que verán a continuación se observan señales intensas de clorofila, a las que deben contribuir las poblaciones de A. tamarense.

Si fuesen Noctilucas no veríamos esa señal porque son heterótrofas (no contienen clorofila propia, aparte de la de sus presas a medio digerir).

Imagen de la desembocadura del río Anllóns, en la Ría de Corme e Laxe (Sentinel 2, tratada con un índice normalizado de clorofila). Autor: Jorge Hernández.

La Ría de Corme e Laxe es casi «de bolsillo» si la comparamos con otras muchas rías gallegas.

Desde el puerto de Laxe la podemos contemplar en buena parte…

Puerto y playa de Laxe. Autor: F. Rodríguez

No es de extrañar que la influencia del Anllóns favorezca el crecimiento de especies estuarinas como A. tamarense en varias zonas de dicha ría, manteniendo poblaciones locales y estimulando su proliferación estival año tras año.

A ello seguramente contribuye también la formación de quistes por esta especie y su permanencia en los sedimentos para «despertar» cuando las condiciones son idóneas.

La ardora en la playa de Carnota también es común durante el verano tal como asegura mi compañera Pilar Rial, asidua del lugar. Y adivinen…a la zona norte de esta inmensa playa llegan aportes de agua dulce que desembocan en la playa «Boca do Río». De hecho, en la colección de cultivos CCVIEO tenemos un A. tamarense aislado de Carnota de una muestra estival recogida por Pilar.

Carnota es la playa más grande de Galicia. Fuente: El Español

El interés que despierta la bioluminiscencia desde el punto de vista turístico ha crecido muchísimo a raíz de las imágenes y vídeos en estos últimos años. Incluso nos llegan consultas al IEO, directamente o a través de la Xunta de Galicia, de personas que quieren visitar Galicia y saber dónde ver la ardora.

No se puede saber con total certeza dónde y cuándo va a haber un mar de ardora espectacular.

Pero sí es posible tener más probabilidades de verlo con información actualizada. Ahora mismo sólo funciona el boca/oreja, las noticias de prensa y los avisos en redes sociales…

Pero veo posible (e interesante por varios motivos) desarrollar una aplicación móvil basada en «ciencia ciudadana» que registre avistamientos de ardora geolocalizados por particulares. Esta aplicación tendría además interés científico: si los datos se recogen de forma continuada a lo largo del tiempo podríamos estudiar tendencias espacio-temporales y relacionarlas con los organismos responsables. Y también obtener datos muy valiosos de cara a desarrollar herramientas predictivas.

Por último y no menos importante: todo esto debería ir acompañado de información adecuada y respeto por los valores medioambientales del entorno.

Volviendo al principio, las manchas anaranjadas de Noctiluca son fáciles de reconocer y dan pistas para buscar playas y zonas de costa con ardora en la/s noche/s siguiente/s. Pero aunque las veas de día, las corrientes puede que las desplacen y te lleves un chasco de noche. Lo mejor es tener paciencia y visitar varios lugares en los alrededores…

En el caso de A Costa da Morte y A. tamarense no tengo noticias de que se vean mareas rojas durante el verano. ¡Ni siquiera yo mismo lo comprobé en esta ocasión! Pero si alguien de ustedes tiene información les agradecería que dejen aquí sus comentarios ¡muchas gracias!

Rebordelo (26-VIII-2021, 4 días antes de la ardora de esta entrada). Autor: Antonio Fuentes Lema

NOTA: ¡Pues sí que había marea roja en Rebordelo! el 8 de septiembre de 2021, Antonio Fuentes Lema (@Tonhox4), publicó en twitter varias imágenes de la playa, tomadas el 26 de agosto, con el agua teñida de color marrón.

Este color es idéntico al de la marea roja de Alexandrium minutum que observamos en Vigo (junio-julio 2018).

Los dinoflagelados fotosintéticos con peridinina tiñen el mar de color marrón-rojizo, muy diferente al naranja de las Noctilucas que proliferan en nuestras costas.

Agradecimientos: a todos los que compartisteis imágenes conmigo para elaborar esta entrada, en especial a Jorge por la imagen de Sentinel 2 y a Antonio por confirmar la marea roja en Rebordelo.

Y gracias también a Basti (CACTI, UdV) que siempre hace lo posible por analizar y enviar las secuencias lo antes posible.

Referencias:

  • Dolan JR. Pioneers of plankton research: Marie Lebour (1876–1971) J. Plankton Res. 1–4. (2021).
  • John U. y col. Formal revision of the Alexandrium tamarense species complex (Dinophyceae) taxonomy: the introduction of five species with emphasis on molecular-based (rDNA) classification. Protist 165(6):779-804. (2014).
  • Lebour MV. The Dinoflagellates of the Northern Seas. Plymouth (UK), Marine Biological Association of the United Kingdom, 250pp. (1925).

Las Noctilucas son para el verano

Imagen de portada: marea roja en Canido (12 de agosto 2020). Autor: F. Rodríguez.

Este verano en Galicia están surgiendo mareas rojas del dinoflagelado Noctiluca scintillans en muchas zonas de las Rías Baixas, tanto en la de Vigo como en Pontevedra.

Mareas rojas acompañadas de mar de ardora porque Noctiluca es bioluminiscente. Pero una cosa no implica a la otra: el fitoplancton que produce mareas rojas puede pertenecer a distintos grupos y especies. Y sólo algunos géneros del grupo de los dinoflagelados poseen especies bioluminiscentes.

La primera noticia de este fenómeno me llegó desde más al sur: de Matosinhos (Portugal), el 22 de julio.

Marea roja de Noctiluca en Matosinhos (Portugal), 22 de julio 2020. Autora: María García Portela.

Y por si fuera poco, de esta marea roja en Portugal hay un vídeo de mar de ardora (también de María García Portela).

Marea roja de Noctiluca en Silgar (26 de julio 2020. Sanxenxo, Ría de Pontevedra). Autor: J. Filgueira.

Días después se observó una marea roja de Noctiluca en Galicia. Fue el 26 de julio en Silgar (Sanxenxo), y en otras zonas del Morrazo según medios locales (La Voz de Galicia, Faro de Vigo).

Se trata de un fenómeno habitual en verano, a menudo entre julio-septiembre…

…y obedece a un ritmo natural en la sucesión del plancton combinado con condiciones ambientales favorables (temperatura, estabilidad del agua y productividad del plancton).

Para definir a las Noctilucas me sigo quedando con la letra de Jorge Drexler: «un punto en el mar oscuro donde la luz se acurruca«.

Marea roja de Noctiluca en Bouzas (Vigo), 29 de agosto 2018. Autor: F. Rodríguez

Son tan habituales que si revisan entradas antiguas del blog encontrarán referencias a sus blooms en las Rías Baixas en 2009, 2014, 2017…y en 2018 (fue pequeñita y no la cité en el blog).

Quizás este 2020 haya sido especialmente Noctilucoso. Lo que sí es seguro es que aparecen todos los años (con más o menos intensidad), en diferentes enclaves de las rías gallegas.

En esas entradas antiguas encontrarán respuestas a muchas cuestiones sobre Noctiluca scintillans. Hoy sólo les recordaré que dicha especie forma parte del 50% de dinoflagelados heterótrofos (la otra mitad son fotosintéticos).

Ciclo de vida de Noctiluca scintillans. Fuente: Fukuda & Endoh (2006).

Y también mencionaré que lo que vemos en la marea roja son trofontes, una fase del ciclo de vida de Noctiluca (la célula de gran tamaño #12 en la parte superior del esquema).

Su flotabilidad provoca que los trofontes se concentren en superficie.

La estabilidad en la columna de agua y su escasa capacidad de movimiento llevan a su acumulación y a la potencial aparición de mareas rojas por acción de las corrientes.

Noctiluca contiene pigmentos (carotenoides) que le confieren ese color anaranjado característico y que permiten a menudo identificar (incluso con imágenes macroscópicas) sus proliferaciones.

Noctiluca scintillans (100 aumentos) aisladas de la marea roja de Canido (12/08/2020). Autor: F. Rodríguez.

El 12 de agosto se observaron manchas en la orilla de varios arenales entre Canido y Samil. Recogí una muestra en Samil después de un aviso de Carlos Vales (coordinador de los Servicios de Salvamento en el Concello de Vigo), y cuando iba de camino al IEO me encontré con esto…

Para confirmar que se trata de Noctiluca necesitamos un microscopio. Aunque por su tamaño (0,5-1 mm) pueden verse a simple vista las bolitas semitransparentes que son sus células.

Después de filtrarlas por gravedad, tal y como muestra el vídeo, las células quedan posadas sobre el filtro. Parecen una tarta

Noctilucas sobre un filtro de fibra de vidrio de 2,5 cm de diámetro. Autor: F. Rodríguez

En mis charlas de divulgación o en los talleres que hacemos en el IEO suele haber siempre dinoflagelados bioluminiscentes para mostrar la ardora en directo.

En esos casos no usamos Noctilucas (difíciles de mantener durante mucho tiempo en laboratorio), sino dinoflagelados fotosintéticos del género Alexandrium. Pertenecen a la colección de cultivos CCVIEO del IEO de Vigo.

La ardora supone un espectáculo que bien merece la pena el esfuerzo de acercarse a una playa de noche. Pero no siempre es posible desplazarse y además el éxito de un cazador de ardoras es impredecible.

Que haya marea roja de Noctiluca no es sinónimo de mucha ardora: las células pueden dispersarse con las corrientes y luego por la noche apenas veremos tímidos destellos o repentinos fulgores en la rompiente.

Imágenes de la marea roja de Noctiluca en la Ría de Pontevedra. Izquierda: Playa de Lagos (Bueu). Autor: Manuel Garci. Derecha: Playa de Bascuas (Sanxenxo). Autor: Mateo Villaverde.

Además, insisto, no todas las mareas rojas se deben a especies bioluminiscentes: el bloom de Alexandrium minutum en 2018 fue un ejemplo perfecto de ello.

La imagen más bonita de mar de ardora en Vigo que he visto estos días es de Diego Muñoz. La compartió en su página de facebook donde podrán disfrutar también con imágenes y vídeos de las propias Noctilucas.

Mar de ardora en Canido (13 de agosto 2020). Autor: Diego Muñoz.

Aquí les dejo también el enlace al vídeo que grabó Gerardo Fernández para «A Senda do Moucho» en la playa de Alcabre (Vigo), en esa misma madrugada del 13 de agosto. Al día siguiente lo mostró el Faro de Vigo en un artículo de Sandra Penelas: «Resplandor nocturno en la ría de Vigo».

Convertir el mar de ardora en atractivo turístico de las rías gallegas es tentador pero muy arriesgado dado lo azaroso y variable del fenómeno.

Hay destinos turísticos que sí lo ofrecen, como Puerto Rico, pero sus condiciones naturales del Caribe son privilegiadas. Nada que ver. En Galicia habría que hacer un estudio a lo largo del verano en distintos enclaves de las rías para saber si es posible o no «garantizar» buenas observaciones de ardora.

Turistas pasean en bote por la laguna Grande bioluminiscente de Fajardo en Puerto Rico. Autor: Departamento de Recursos Naturales de Puerto Rico y EFE. Fuente: paginasiete.bo

Personalmente veo casi imposible explotar este recurso natural en Galicia. Pero sí el incluirlo como un complemento de otras actividades, aunque sin garantías de éxito.

Otro problema para que el público general disfrute de la ardora es la contaminación lumínica.

Muchos arenales, y ya no digo si están cerca de núcleos de población como Samil o Canido, están iluminados de forma excesiva y sin sentido: farolas, locales comerciales y viviendas envían luz hacia el mar dificultando o impidiendo observar la ardora ¿Para qué?

Aún en playas alejadas, puedes llevarte la sorpresa de un chiringuito de playa que ilumina la playa o viviendas con focos dirigidos al mar. Todo un sinsentido además de un gasto inútil que deberíamos reconsiderar para minimizar dicho impacto.

Afortunadamente siempre nos quedará Carnota, la mayor playa de Galicia, en un paraje natural bien conservado. En este enlace tienen la foto de un mar de ardora, por Fins Eirexas (Carnota, 8 de agosto 2020). Y La Voz de Galicia publicó un artículo de Xavier Fonseca: «La increíble fotogenia del Mar de ardora» (15-VIII-2020), con la siguiente foto también en Carnota.

Mar de ardora en Carnota. Autora: Ana García. Fuente: La Voz de Galicia (15-VIII-2020).

Para aportar algo de luz, se me ocurrió escribir una receta en twitter (@Lilestak) para ver una ardora en casa. Primero debemos entender que las células toleran un rango de temperatura determinado (en nuestro caso 15-25 ºC) y que están adaptadas al ciclo de luz/oscuridad natural, clave para la bioluminiscencia.

Al grano. Si encontramos una marea roja de Noctiluca en la playa, la receta para una ardora casera en 5 pasos sería la siguiente:

  1. Una botella de agua mineral pequeña (500 mL).
  2. Llenar 1/3 de la botella con muestra de la marea roja y luego, fuera de la mancha, completar el resto con agua sin color.
  3. Evitar cambios bruscos de temperatura y mantener la botella en un sitio fresco (nada de nevera ¡que te las cargas!).
  4. A eso de las 21 hrs. poner la botella en un lugar oscuro. Mantenerla así hasta las 23 hrs.
  5. A partir de ese momento, en completa oscuridad, agita suavemente la botella (como si quisieras resuspender azúcar del fondo) y voilà, las Noctilucas deberían iluminarse con la vibración del agua. Puedes ver el efecto varias veces, pero deja reposar un poco la muestra para que recuperen intensidad.
Noctilucas en botella. Son de la marea roja de Canido. Autor: F. Rodríguez

Si no brillan es que no han llegado vivas a la noche

Los principales motivos son un exceso de temperatura o de concentración. Para saber si están vivas basta comprobar si hay una banda anaranjada en superficie: las células sanas.

El resto, de color más apagado y aspecto amorfo, son células muertas que sedimentan y están degradándose.

La temperatura elevada acelera la degradación de la muestra y si están muy concentradas se morirán antes también. De ahí el consejo de diluirlas.

Con suerte podrían durar vivas en casa 1-2 días. Si tienes fácil acceso al mar es buena idea cambiarles el agua. Basta coger otra botella con agua de mar fresca y añadirle la capa superior anaranjada con las Noctilucas vivas.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que la bioluminiscencia obedece a un ritmo interno de las células (circadiano). Necesitarán recibir luz durante el día para mantener ese ritmo interno y generar bioluminiscencia por la noche.

Noctiluca scintillans. Autor: Diego Muñoz.

Y esta no aparece de golpe al 100% de intensidad, sino que aumenta gradualmente para decaer luego al llegar el nuevo día.

Así que al inicio de la noche no brillarán mucho aún ¡sólo es cuestión de esperar un poco más!

Agradecimientos: A todos a quienes cito en esta entrada y que han compartido sus imágenes y vídeos para ilustrarla. Muchas gracias a tod@s.

Referencias:

  • Fukuda Y. & Endoh H. New details from the complete life cycle of the red-tide dinoflagellate Noctiluca scintillans (Ehrenberg) McCartney. Eur. J. Protistol. 42(3):209-19 (2006).

Un mar de Verne #5: mareas rojas, mares de leche y ardora

Imagen de portada: ilustración de Andrés Meixide para «Jules Verne e a vida secreta das mulleres planta» [Ledicia Costas, 2015]

Hoy termino la saga dedicada a Verne con 3 historias que me quedaban por relatarles de la novela «20.000 leguas de viaje submarino», con el mar y las algas como protagonistas.

El pasado viernes 30 de noviembre di nuevamente esta charla sobre Verne, dividida aquí en 5 entradas, gracias a la invitación de GCiencia.

Fue en el Museo Marco de Vigo con motivo de la Semana de la Ciencia, aunque no fue la charla de siempre: sólo hablé de 20.000 leguas e incluí un hecho histórico sucedido en 1915 en el Puerto de Vigo relacionado luego con las mareas rojas y la primera campaña oceanográfica en las rías gallegas. De esta anécdota histórica les hablaré en otra entrada: hoy toca despedir a Monsieur Verne.

Eran cinco historias y hoy continuamos con la tercera…

3/5 Una marea roja en el mar Rojo

Todavía recuerdo el salto que di en el sofá y la emoción cuando leí este capítulo. Mientras el Nautilus se adentra en el mar Rojo, Nemo y Aronnax inician una conversación sobre el origen de su nombre y la ocurrencia de mareas rojas en él. Es un diálogo tan maravilloso que siempre pido la participación del público para representarlo:

N: Mi opinión personal, señor Aronnax, es la de que hay que ver en esta denominación de mar Rojo una traducción de la palabra hebrea «Edom», y si los antiguos le dieron tal nombre fue a causa de la coloración particular de sus aguas.
A: Hasta ahora, sin embargo, no he visto más que agua límpida, sin coloración alguna.
N: Así es, pero al avanzar hacia el fondo del golfo verá usted el fenómeno. Yo recuerdo haber visto la bahía de Tor completamente roja, como un lago de sangre.
A: Y ese color ¿lo atribuye usted a la presencia de un alga microscópica?
N: Sí. Es una materia mucilaginosa, de color púrpura, producida por esas algas filamentosas llamadas Tricodesmias, tan diminutas que cuarenta mil de ellas apenas ocupan el espacio de un milímetro cuadrado. Tal vez pueda verlas cuando lleguemos a Tor.
A: No es ésta, pues, la primera vez que recorre el mar Rojo a bordo del Nautilus.
N: No.

C.G. Ehrenberg (1795-1876). Autor: E. Radke. Fuente: Wikimedia Commons.

¿Por qué menciona Nemo la bahía de Tor? pues porque el autor conocía la descripción de Trichodesmium erythraeum publicada en 1830 por un ilustre naturalista alemán, Christian G. Ehrenberg.

Conseguí una copia de dicho trabajo gracias a mi colega Uxía Tenreiro (biblioteca IEO de Vigo), y traduje los párrafos sobre Trichodesmium del alemán al español con el traductor de Google.

El texto es descriptivo con un estilo literario propio de los trabajos científicos de la época, una joya. Ehrenberg comenta que el 10 de diciembre de 1823 el mar estaba en calma más allá de una barrera de arrecife pero en el interior de la bahía de Tor se encontraba teñido completamente de rojo.

Se acercó a la orilla en bajamar con un frasco de cristal y recogió muestras de aspecto fangoso entre las tenues olas de la bahía. En su tienda de campaña examinó los microorganismos y describió con precisión al responsable, la cianobacteria Trichodesmium erythraeum.

Luego, en la novela, cuando llegan a la altura de Tor, descubren efectivamente una marea roja !!

Si quieren saber más sobre Trichodesmium pueden consultar Relato de una marea roja en Tenerife.

4/5 Un mar de leche

Una noche en el Golfo de Bengala (océano Índico), ascienden a superficie y Aronnax describe la siguiente escena:

…el Nautilus, navegando a flor de agua, se halló en medio de un mar blanquecino que se diría de leche. […] Conseil no podía dar crédito a sus ojos y me interrogó sobre las causas del singular fenómeno.
-Es lo que se llama un mar de leche -le respondí-, una vasta extensión de olas blancas que puede verse frecuentemente en las costas de Amboine y en estos parajes.
-Pero ¿puede decirme el señor cuál es la causa de este singular efecto? Porque no creo yo que el agua se haya transformado en leche.
-Claro que no. Esta blancura que tanto te sorprendes es debida a la presencia de miríadas de infusorios, una especie de gusanillos luminosos, incoloros y gelatinosos, del grosor de un cabello y con una longitud que no pasa de la quinta parte de un milímetro.

Imagen de satélite de un mar de leche. Fuente: Miller y col. (2005).

Los mares de leche eran conocidos al menos desde el s.XVII a través de relatos de marinos que hablaban de visiones nocturnas surreales en las que la superficie del mar poseía un fulgor blanquecino a lo largo de áreas enormes.

La naturaleza del fenómeno era desconocida en época de Verne y la primera prueba visual no llegó hasta el año 2005 cuando Miller y col. publicaron «Detection of a bioluminescent milky sea from space».

Sólo les comentaré que los mares de leche no están asociados con microalgas como los dinoflagelados, sino con bacterias bioluminiscentes. La historia completa tal como la explico en la charla, y más detalles curiosos, la encontrarán en Bacalao en salsa bioluminiscente.

Se da la coincidencia, o no tanto, de que el mar de leche en la novela ocurre en el oceáno Índico, al igual que la imagen de satélite conseguida por Miller y col. El propio Verne menciona otros registros históricos que a buen seguro investigó (Amboine=Ambon (Indonesia, océano Pacífico)), y le sirvieron para introducir este hecho misterioso en el relato.

No debemos confundir los términos «mar de leche» y «mar de ardora«. Se refieren a fenómenos distintos y precisamente con la ardora termina la entrada de hoy.

5/5 Un mar de ardora

Una noche, navegando también por el óceano Índico, ocurre una escena que les deja boquiabiertos:

…el Nautilus pareció dormirse a unos metros tan sólo bajo la superficie. Sus aparatos eléctricos no funcionaban, y su hélice inmóvil le dejaba errar al dictado de la corriente […] Mis compañeros y yo fuimos entonces testigos de un curioso espectáculo. Los observatorios del salón estaban descubiertos […] y reinaba una vaga oscuridad en medio de las aguas […] Observaba yo el estado del mar en esas condiciones […] cuando el Nautilus se halló súbitamente inundado de luz. […] Advertí entonces una serie de relámpagos en medio de las capas luminosas […] había en ella una intensidad y un movimiento insólitos. ¡Se diría una luz viva! Y viva era, puesto que emanaba de una infinita aglomeración de infusorios pelágicos, de las noctilucas miliares, verdaderos glóbulos de gelatina diáfana, provistos de un flagelo filiforme…

Lo que Verne describe aquí es un espectacular mar de ardora, la bioluminiscencia verde-azulada producida por dinoflagelados heterótrofos denominados hoy en día Noctiluca scintillans. Hemos tratado en este blog tanto de las Noctilucas que no tengo mucho más que añadir sobre ellas y les animo a revisar entradas como Un mar de Noctilucas en la ría de Vigo.

Lo que sí les contaré es lo siguiente. Al llegar este momento en la charla recreo el instante de oscuridad a bordo del Nautilus y apagamos las luces de la sala mientras suena «Noctiluca» de Jorge Drexler. Dicha canción la compuso después de admirar una noche un «mar de Noctilucas» en Cabo Polonio (Uruguay), y se la dedica a uno de sus hijos en un vídeo inolvidable.

Su definición de Noctiluca me parece preciosa: «Brilla/Noctiluca/un punto en el mar oscuro/donde la luz se acurruca«.

La música de Drexler captura la emoción que produce este fenómeno de la naturaleza y es entonces cuando agito un balón de vidrio lleno de un cultivo con otro dinoflagelado: Alexandrium tamarense. El vídeo siguiente lo grabó Uxía Tenreiro en una de las charlas que di este verano en «O Cafeciño de Eloy», aunque les invito a disfrutarlo en directo si se vuelve a dar la ocasión el año que viene…

¿Y por qué no uso Noctilucas para la demostración? Ya me gustaría pero no las cultivamos en el IEO. Son heterótrofas y que yo sepa nadie ha conseguido establecerlas en cultivo indefinidamente en el laboratorio. En cambio muchos dinoflagelados fotosintéticos, como algunas especies del género Alexandrium, producen el mismo tipo de bioluminiscencia que las Noctilucas y son «fáciles» de cultivar con la luz y los nutrientes adecuados.

Para terminar, me gustaría agradeceros a todas y todos los que habéis podido asistir a las charlas sobre Verne a lo largo del año: en «La Pecera», «O Cafeciño de Eloy», el «Parque Náutico de Castrelo» o el Museo Marco. En La Pecera apenas había público: la cosa ha mejorado con el tiempo.

Museo Jules Verne en Nantes. Autor: F. Rodríguez.

Pero de entre todas, si tuviera que elegir una, me quedo con esa primera porque los que estabais allí fuisteis un público muy especial, sin referencia ninguna de lo que iba a contar. Sin vuestra presencia e interés aquella noche no habría habido una segunda.

Y cómo no! gracias a Verne, que sigue haciéndonos soñar con sus historias, despertando nuestra imaginación casi dos siglos después…

Referencias:

-Ehrenberg C.G. Neue Beobachtungen über blutartige Erscheinungen in Ägypten, Arabien und Sibirien, nebst einer Übersicht und Kritik der früher bekannten. Annalen der Physik 94(4):477 – 514 (1830).
-Miller S.D. y col. Detection of a bioluminescent milky sea from space. PNAS 102:14181-14184 (2007).

Divulgando antes de Navidad

El pasado 22 de noviembre se presentó en Vigo el documental «Mareas Rojas«, un proyecto de Bioimaxe en colaboración con Ardora Formación y Servicios, financiado por la FECYT. Fue Bioimaxe, a través de Jorge Hernández Urcera, quien nos contactó en el IEO para el asesoramiento científico de mareasvermellasgalicia.com

Las rías gallegas han sido objeto de muchos estudios especialmente en los últimos 40 años, pero los conceptos de marea roja, toxinas y algas tóxicas siguen siendo un tótum revolútum para el público general.

Así que esta iniciativa viene que ni pintada. Con un guión atractivo el documental repasa la historia de las mareas rojas y explica la diferencia entre éstas y las proliferaciones tóxicas. También los perjuicios que ocasionan las biotoxinas a los productores de mejillón, el programa de control de la Xunta de Galicia y los efectos del cambio climático sobre la evolución de los episodios tóxicos. Todo ello en apenas 20 minutos…

La web incluye, además de información sobre el proyecto, un apartado de alertas donde cualquiera que aviste una marea roja puede dar aviso de su localización y enviar fotos. Si tenemos suerte incluso podríamos conseguir muestras para identificar y cultivar los organismos responsables. La idea no es nueva: en Francia el IFREMER lanzó en 2013 el proyecto PHENOMER con ése mismo objetivo y el lema «Mieux connaître le phytoplancton grâce à vos observations«.

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Bloom de Noctiluca scintillans en Bretaña (julio 2004). Autor: Cedre. Fuente: IFREMER

En algún momento, después de las proyecciones en las próximas semanas, podrán ver «Mareas Rojas» en la web con los comentarios y primeros planos de: Covadonga Salgado (directora del INTECMAR, responsable del control de biotoxinas marinas en moluscos, Xunta de Galicia), Angeles Longa (directora I+D+i del Consejo Regulador de la D.O.P. Mejillón de Galicia), Xose Antón Álvarez Salgado (investigador científico, IIM-CSIC), Santiago Fraga y yo (IEO), que salimos todo sea dicho con las Islas Cíes al fondo.

Para mí lo más interesante es comprobar que además de algunas respuestas el documental siembra nuevas preguntas entre el público. En este blog encontrarán entradas relacionadas con ellas (he puesto enlaces sobre los enunciados de los siguientes ejemplos):

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En el Centro Comercial «A Laxe» (Vigo). Fuente: UVIGO

Siguiendo con la divulgación, los días 25 y 26 de noviembre celebramos las jornadas «Un mar de ciencia na rúa«, aunque para ser más exactos fue «en el centro comercial» por culpa del mal tiempo.

La iniciativa partió de la Universidad de Vigo, que celebra 25 años de la Facultad de Ciencias del Mar (en la que yo mismo estudié).

En estas jornadas participamos la UVIGO, el IIM-CSIC, la Asociación de Oceanógrafos de Galicia y el IEO.

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Un mar de ciencia y el «Black Friday». Autor: F. Rodríguez

 

 

 

 

 

 

En la sección del IEO elaboramos 3 actividades ligadas al plancton y los peces. Mis compañeros y yo colocamos un poco de todo: zooplancton, invertebrados (erizos vivos), otolitos de peces y fitoplancton. En este último caso, describimos en qué consisten las mareas rojas y los episodios tóxicos, con cultivos vivos que se podían observar al microscopio.

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Un niño viendo la bioluminiscencia en la «cámara de la ardora». Autor: F. Rodríguez

Como principal reclamo de nuestro puesto de «Mareas Vermellas«, mi compañera Isabel Bravo tuvo la idea de llevar cultivos de dinoflagelados aclimatados a un ciclo de luz:oscuridad invertido, de manera que el reloj interno de las células activase la bioluminiscencia durante el día.

Pero no basta con un ritmo circadiano al revés, también necesitan oscuridad.

Así que otra compañera, Pilar Rial, construyó «la cámara de la ardora«: una caja con una abertura en la introducíamos los cultivos vivos (Lingulodinium polyedrum, Protoceratium reticulatum y Tripos fusus) para que nuestros incrédulos visitantes pudieran contemplar la bioluminiscencia a través de dos pequeños agujeros.

El resultado fue un éxito y Pilar ya está pensando en la versión 2.0. El mejor regalo fue como siempre comprobar el interés y la sorpresa que despiertan estas actividades y el agradecimiento de niños y adultos.

logo-footer-culturgal2Para terminar el año el 3 de diciembre estaré en otro sarao: «Ciencia á Feira» en el Culturgal (Feira de Industrias Culturais, Pontevedra), en el que participo junto a mis compañeros de Divulgacción además del CSIC (Misión Biolóxica de Galicia).culturgal2014

 

 

 

 

 

 

 

Noctiluca y el mar de ardora

 

Imagen nocturna de Noctiluca scintillans.
Autor: Yannick Verheust (yannick_verheust@hotmail.com)
disponible en http://www.marinespecies.org/

Muchos organismos marinos, desde bacterias hasta peces como el rape, son bioluminiscentes. En lo que respecta al plancton, el brillo nocturno que produce en el mar recibe el nombre popular de «mar de ardora».

Suele tratarse de una luz azulada «fantasmal» de gran belleza, un regalo único de la naturaleza tal como se aprecia en la imagen que abre esta entrada…

…Y cuando hablamos de microalgas bioluminiscentes nos referimos exclusivamente a los dinoflagelados. Hasta 20 géneros de dinoflagelados son capaces de producir bioluminiscencia (Alexandrium, Ceratium, Protoperidinium, etc) pero una de las causas más habituales del «mar de ardora» suele ser la especie Noctiluca scintillans.

 

Comparación de la imagen al microscopio (10X) de Noctiluca scintillans
aislada en el puerto de Raxó (Ría de Pontevedra, 10 de julio 2009) y la ilustración de Meunier (1919)

Podemos imaginar la perplejidad de sus descubridores al observar esta gran burbuja flotante (hasta 1 mm. de diámetro) animada por una especie de tentáculo. Por ello no es de extrañar que en su primera descripción a comienzos del s.XIX Noctiluca fuese clasificada como un organismo gelatinoso similar a las medusas…!!

La pueden ver en vivo en el siguiente vídeo,
son células aisladas el 25 de agosto 2014 en la playa de Alcabre (Vigo)

 Noctiluca (etimológicamente «que brilla en la noche«) es un dinoflagelado atípico. Genéticamente aparece muy separado del resto de dinoflagelados en una rama primitiva del árbol evolutivo, aunque algunos estudios recientes parecen contradecir su carácter ancestral. Noctiluca es heterótrofa, pero también puede contener algas verdes endosimbiontes.
Marea roja de Noctiluca en cabo Silleiro, Baiona
(octubre 2009. Autora: Amelia Fdez. Villamarín)
Durante el día, la acumulación de células de Noctiluca puede colorear el mar. Se trata de una especie inofensiva causante ocasional de «mareas rojas». Pero no tiñe el agua de rojo «sangre» como Mesodinium, sino más bien de un tono anaranjado, tal como se observa en la imagen anterior.
Las manchas de Noctiluca dejan una apariencia ligeramente «aceitosa» sobre la superficie del mar.
Durante la noche, cualquier vibración ó movimiento brusco que así «perciban» las células desencadena una reacción química sobre las moléculas de luciferina que genera finalmente la bioluminiscencia.
…De ahí puede que venga el dicho marinero: «ardora no mar, borrasca a entrar…»…Curiosamente, la luciferina de los dinoflagelados es muy parecida a la clorofila, y ésta a su vez es una molécula que también emite luz, aunque en este caso sea fluorescencia roja. La bioluminiscencia cumple distintas funciones en el medio marino según el organismo en cuestión. En el caso de Noctiluca y otros dinoflagelados podría ser una de estrategia de defensa contra posibles depredadores del zooplancton. Sobre esta teoría, denominada «alarma contra ladrones«, les aconsejo ver un corto de animación de Divulgare, que incluí en la entrada «Cortometrajes marinos«.
Imagen superior: Dinophysis caudata ingerida por Noctiluca, se muestran dos ampliaciones y un ejemplo
del dinoflagelado libre a la izquierda. Imagen inferior: Noctiluca completamente deformada tras haber ingerido una cadena de diatomeas (Stephanopyxis). Autora: Laura Escalera Moura.

Noctiluca es voraz y «gusta» de todo, desde bacterias, huevos de invertebrados y peces, hasta fitoplancton como las diatomeas y otros dinoflagelados. Por esta razón se ha planteado también que aunque no produzca toxinas por sí misma, pueda ser en ocasiones un transmisor de sustancias tóxicas fabricadas por sus presas al resto del ecosistema marino.

Sin embargo, nada hay que temer si nos encontramos algún día con las «glotonas» Noctilucas y sus manchas en el mar, sino más bien tener paciencia y esperar a que llegue la noche para intentar conseguir una foto inolvidable…!!!

Referencias:

-Escalera L, Pazos Y, Moroño A, Reguera B. Noctiluca scintillans may act as a vector of toxigenic microalgae. Harmful Algae 6:317-320 (2007).
-Haddock SHD, Moline MA, Case JF. Bioluminiscence in the sea. Annual Review of Marine Science 2:443-493 (2010).
-Meunier A. Microplankton de la Mer Flamande: 4. Les Tintinnides etcœtera. Mémoires du Musée Royl d’Histoire Naturelle de Belgique, VIII(2). 59, 2 plates pp. (1919).
-O mar na cultura popular galega. Artículo publicado en Galipedia (http://gl.wikipedia.org/wiki/O_mar_na_cultura_popular_galega)