Un unicornio azul
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Fuente: artesanum |
y puede parecer acaso una obsesión,
Y aunque tuviera dos, yo sólo quiero aquel.»
Existen infinitas explicaciones para la letra de esta canción. En ciencia también puedes encontrarte un unicornio azul, si por ello entendemos un descubrimiento único y especial. Pero los unicornios son esquivos y si pierdes el tuyo te quedas como el trovador cubano…
Hace unos 20 años sucedió una intoxicación en China fruto de la cual se aisló una clase nueva de toxinas. Las llamaron, cómo no, pinnatoxinas. Inicialmente se pensó que habían sido la razón de aquella intoxicación pero es más probable que el motivo fuese otro, por ej. bacterias del género Vibrio.
Las pinnatoxinas son muy potentes y su modo de acción rápido. El efecto es «todo o nada«, bien el ratón muere o en dosis bajas se recupera sin efectos secundarios. Las pinnatoxinas son «aminas cíclicas», todas ellas producidas por dinoflagelados, como los espirólidos, pteriatoxinas, etc. Lo curioso es que las pinnatoxinas sólo son tóxicas en bioensayo de ratón y a diferencia de otras toxinas similares pueden ser tóxicas por vía oral y no solo por inyección intraperitoneal al ratoncito. Parece que actúan como inhibidores de canales iónicos (receptores nicotínicos), igual que la estricnina. Sí, la que se usa para matar ratas…
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Dirigida por Bryan Singer en 1995. Quien puede olvidar a Keiser Soze…. |
Insisto: no se ha demostrado toxicidad en humanos y la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) no exige su regulación todavía pero ha solicitado más información e investigación.
Quizás las personas podamos asimilar las pinnatoxinas o eliminarlas rápidamente. O simplemente es cuestión de tiempo descubrir algún efecto en humanos: es sorprendente que un compuesto tan letal en ratones no afecte a las personas.
Las pinnatoxinas se encontraron en moluscos y transcurrió más de una década antes de descubrir qué microalga las producía. Como siempre, los dinoflagelados eran los «sospechosos habituales«.
Y tal como sucede en la película del mismo nombre el «asesino» no se descubrió hasta el final y su nombre fue también inesperado. Su primera identidad se desveló en Creta en 2010.
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La foto de familia en el congreso de Creta (2010). Aquí también posábamos muchos «sospechosos habituales» de las microalgas tóxicas. |
En noviembre de 2010 se celebró en Hersonissos (Creta) la XIV Conferencia Internacional de Microalgas Nocivas. En ella Lesley Rhodes (del Cawthron Institute, Nueva Zelanda) presentó una comunicación oral sobre la nueva especie (y género) de dinoflagelados responsable de la producción de pinnatoxinas.
Estas toxinas ya las habían encontrado años atrás en Australia y Nueva Zelanda. En 2008 aislaron cultivos a partir de quistes que germinaron en un hermoso dinoflagelado. Lo presentaron como Portodinium honu.
Rhodes y col. destacaron que en Northland (al norte de la isla Norte de Nueva Zelanda) se consumían ostras con pinnatoxinas y no se habían registrado intoxicaciones en los últimos 15 años. El grupo de investigación de Rhodes ya tenía trabajos sobre pinnatoxinas y ahora presentaban la descripción y el nombre del dinoflagelado responsable. Solo les quedaba publicarlo para hacerlo oficial…
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Vulcanodinium rugosum Fuente: Ifremer, Centre de Bretagne |
Pero después de Creta, y mientras su artículo era revisado en la revista Phycologia, dos investigadores franceses (Nézan y Chomérat) publicaron en febrero de 2011 la descripción de un nuevo dinoflagelado en lagunas costeras del Mediterráneo francés.
Le llamaron Vulcanodinium rugosum: lo de vulcano por la estructura que tenía en la parte superior, y dinium por girar sobre si mismo («dinos«), como suelen hacer muchos dinoflagelados.
Comparen su imagen con la última lámina de la figura de Rhodes y col.
En efecto, era el productor de pinnatoxinas que iban a describir Rhodes y col. como Portodinium. No se me ocurre mayor desilusión para alguien que trabaje en taxonomía que perder una nueva especie en la línea de meta…!!
Nézan y Chomérat no analizaron las toxinas de Vulcanodinium, pero cuando se publicó el trabajo de Rhodes (en noviembre de 2011), sus resultados genéticos confirmaron lo evidente y Portodinium honu no llegó a publicarse nunca con ése nombre…por los pelos…!!
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Fuente: Deviantart |
En estos años se han aislado nuevos cultivos de Vulcanodinium en Japón, Hawaii, China, aunque V. rugosum sigue siendo la única especie en el género. También se han descrito nuevos tipos de pinnatoxinas (7 en total, nombradas de la A a la G) y en España se acaba de publicar (García-Altares y col., 2014) la presencia, por primera vez, de pinnatoxinas en el Mediterráneo, en Cataluña.
Así que Nézan y Chomérat guardaron bien a su unicornio azul…pero quedan muchos más esperando en el mar. Tenemos que aprovechar bien nuestra ocasión y no dejarlos por ahí sueltos pastando, para que no nos pase como a Silvio…
Referencias: