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Los riesgos del marisco furtivo

Toxina. 1. f. Biol. Veneno producido por organismos vivos.

Furtivo. 1. adj. Que se hace a escondidas. 2. adj. Dicho de una persona: Que caza, pesca o hace leña en finca ajena, a hurto de su dueño.

Diccionario de la lengua española (dle.rae.es)

Imagínense sentados a la mesa y que les sirven mejillones al vapor, vieiras al horno, almejas a la marinera y navajas a la plancha, acompañados de un Ribeiro o un Albariño bien fresquito. Luego les dicen que es marisco furtivo. ¿Saben a qué riesgos se exponen? Pues se lo voy a contar.

Cultivos de mejillón en bateas (Bueu, Ría de Pontevedra). Autor: F. Rodríguez

Hace mucho que quería escribir sobre los riesgos de consumir marisco furtivo, ya sea recogido en el medio natural por el consumidor o comprado. Me referiré a Galicia, porque allí es donde vivo y tenemos bastante marisco, toxinas y furtivismo.

Galicia es la comunidad autónoma que consume más pescado fresco y marisco por delante de Asturias, Castilla y León y País Vasco, según datos de MERCASA (Martín Cerdeño, 2017). El cultivo de mejillón gallego (Mytilus galloprovincialis) en batea es el más productivo de España y de los principales a nivel europeo con unas 250.000 Tm/año.

Los recursos del mar son muy importantes para la región. Son muchos empleos y familias las que dependen directa o indirectamente de la pesca y la acuicultura. No me gusta la expresión pero el mar está en el ADN de los gallegos.

Sin embargo, existe al mismo tiempo un desconocimiento general sobre las biotoxinas, de cómo llegan estas a los alimentos y de cómo pueden afectar a la salud. A ello contribuyen la escasa divulgación por parte de autoridades y medios de comunicación. Las noticias suelen limitarse a anunciar la presencia de la marea roja y señalar que hay biotoxinas en el agua que impiden la extracción del marisco. Por supuesto que también se publican artículos con más detalles acerca de los episodios tóxicos en las rías y los riesgos de las biotoxinas, pero son los menos.

Algunas especies de microalgas producen potentes venenos o toxinas. Cuando estas microalgas son filtradas por los mejillones y otros bivalvos, las toxinas se acumulan en sus tejidos y se transmiten a niveles superiores de la red alimentaria y al hombre. Las toxinas son tan potentes, que no se requieren elevadas concentraciones de microalgas, ni formación de mareas rojas, para que los bivalvos se conviertan en no aptos para el consumo humano. A estas proliferaciones, frecuentemente no acompañadas de producción de elevadas biomasas, las denominaremos Episodios de Algas Tóxicas.

(Reguera y col. 2009)

Proyecto de divulgación de Bioimaxe en colaboración con Ardora Formación y Servicios, financiado por FECYT. El documental fue reconocido con una mención honorífica en los Premios Prismas de Divulgación de la Casa de las Ciencias de A Coruña, y premiado con la Barandilla de Bronce en el Ciclo Internacional de Cine Submarino de Donostia-San Sebastián, ambos en 2017.

Para contribuir a la divulgación asesoramos desde el IEO de Vigo sobre los contenidos del documental «Mareas Vermellas» y la web asociada, explicando p. ej. las diferencias entre mareas rojas y episodios tóxicos. En él participamos instituciones de investigación, el control de biotoxinas marinas, el Consello Regulador de la DOP «Mexillón de Galicia» y el sector extractivo.

Les animo a verlo online en mareasvermellas o en youtube.

Las biotoxinas del marisco en Galicia las analiza semanalmente el INTECMAR (Vilaxoán, Xunta de Galicia) y el producto que luego se distribuye a los establecimientos autorizados lleva etiquetas que lo identifican como apto para el consumo. Así lo exigen y detallan las normativas europeas de higiene de los alimentos de origen animal (CE Nº853/2004 y 854/2004).

Dichas normativas recogen, además de los niveles máximos permitidos de biotoxinas, la clasificación de zonas de explotación según el grado de contaminación fecal del agua. En este caso se establecen cuatro clases (A, B, C, D). Sólo se puede comercializar el marisco A-C, siendo A la máxima calidad que permite su venta en fresco directa a través de centros de expedición de clase A donde se acondiciona, limpia, calibra, envasa y embala.

Mientras, el marisco de clase B y C posee niveles de contaminación fecal que impiden su venta directa y debe pasar por centros de depuración o reinstalación en aguas limpias durante periodos prolongados antes de su comercialización.

Los resultados de los análisis de fitoplancton tóxico, condiciones oceanográficas, biotoxinas, así como los cierres y aperturas de explotación se publican semanalmente en la web del INTECMAR.

Y la clasificación de las zonas de producción se revisa como mínimo cada trimestre mediante análisis microbiológicos y químicos del agua. Los cambios en dicha clasificación se publican en el Boletín Oficial de la Xunta de Galicia (DOG).

Ninguno de estos controles legales ni garantías sanitarias son aplicables al marisco furtivo.

Que nadie se haya muerto en Galicia por intoxicarse o que a usted nunca le haya pasado nada no sirve como garantía. Tampoco que nos juren que su origen y calidad son idóneos para el consumo. O lleva las etiquetas correspondientes que así lo demuestran o usted se fía y luego ya veremos.

Porque lo cierto es que sí ha habido intoxicaciones, sigue habiéndolas y las habrá si nos saltamos los controles sanitarios. Porque los únicos casos de intoxicaciones que conozco han estado asociados siempre a la ausencia de controles de biotoxinas o al marisco recogido o adquirido fuera de los cauces legales. Esto demuestra que nuestro sistema de control de biotoxinas funciona y es seguro.

Dentro de lo que cabe somos afortunados porque en Galicia las toxinas que predominan son las lipofílicas, causantes del síndrome diarreico (DSP), que puestos a elegir no son las peores del «catálogo». No se trata de alarmar sino de informar para prevenir.

En contra de lo que a veces piensa la gente, las ficotoxinas de los bivalvos no se eliminan con la depuración (que simplemente elimina bacterias y virus del aparato digestivo de los bivalvos), ni con la cocción. Es importante, pues, que los consumidores compren productos controlados, en establecimientos autorizados, con las correspondientes etiquetas en las mallas de envasado que así lo atestigüen.

(Reguera y col. 2009)

¿Qué organismos marinos pueden intoxicarnos? 

Tanto el pescado como crustáceos y moluscos pueden ser tóxicos dependiendo de la región del mundo que se trate. En el caso de Galicia el riesgo está en moluscos bivalvos filtradores como mejillones, almejas, berberechos, navajas, ostras, vieiras y zamburiñas. Se libran de esta lista otros organismos filtradores como los percebes, al menos por el momento.

¿Qué biotoxinas marinas existen en Galicia?

Las principales biotoxinas en Galicia son lipofílicas (ácido okadaico y dinofisistoxinas (síndrome diarreico, DSP); pectenotoxinas y yessotoxinas), amnésicas (ácido domoico: síndrome amnésico, ASP) y paralizantes (saxitoxinas: síndrome paralizante, PSP). Se trata de potentes neurotoxinas pero sus mecanismos de acción, síntomas de intoxicación y efectos sobre el organismo son diferentes. En el caso de las pectenotoxinas y yessotoxinas no está demostrada su toxicidad en humanos y son toxinas de acción rápida en ratones (Alfonso y col. 2014).

¿Cómo de potentes son las biotoxinas del marisco?

Pez globo (fugu). Fuente: animalgourmet.com

Lo suficiente para provocar la muerte en casos de intoxicaciones graves con las amnésicas y sobre todo las paralizantes. Veamos. Para calcular la toxicidad aguda de un compuesto se suele utilizar el valor LD50, que es la cantidad de un material determinado que provoca la muerte del 50% de un grupo de animales de prueba.

Para poner en contexto la toxicidad de las biotoxinas del marisco usaré la tetrodotoxina del pez globo, producida por bacterias endosimbiontes. En Japón se le conoce como fugu y la preparación de este manjar está restringida a chefs entrenados y con licencia para servir el plato porque si lo hacen mal te puedes morir.

Pues bien, según un listado de la Universidad Autónoma de Barcelona, los LD50 de la tetrodotoxina y las toxinas paralizantes (saxitoxinas) son iguales: 8.000 ng/kg. Las saxitoxinas son 1000 más tóxicas que el gas sarín y están clasificadas como armas químicas por la CWC (Chemical Weapons Convention).

Mientras, el LD50 de las diarreicas (ácido okadaico) es 200.000 ng/kg (25 veces menos potentes) y 3,6 mg/kg para las amnésicas (ácido domoico), 4.500 veces menos. Sin embargo, no por ello son menos peligrosas. Primero porque los valores de LD50 están calculados para ratones y son desconocidos en humanos. Y segundo porque el LD50 señala toxicidad aguda pero debemos considerar también los efectos subletales.

Por ejemplo, en el caso del ácido okadaico y dinofisistoxina-1 no hay registros de muertes en personas pero varios estudios en animales han demostrado su potencial genotóxico, promotor de tumores (EFSA, 2008).

La FAO publicó en 2005 un informe detallado sobre biotoxinas marinas disponible en fao.org. Comentarlo me llevaría varias entradas y no quiero perder el hilo de esta historia pero entre sus conclusiones destaco lo siguiente:

El consumo de diversos mariscos y pescados ocasiona mundialmente un número creciente de intoxicaciones en los seres humanos […] Por lo general sus efectos se observan como intoxicaciones agudas. Apenas se conocen los efectos resultantes sobre la salud de exposiciones episódicas y de la exposición crónica a niveles bajos de toxinas de algas. Estos últimos efectos pueden pasar sin ser informados por el o los individuos afectados o ser objeto de diagnósticos médicos erróneos.

(FAO, 2005)

¿Qué intoxicaciones han sucedido en Galicia o por culpa del marisco gallego?

Gymnodinium catenatum. Autor: S. Fraga

Les pondré varios ejemplos que conozco a través de la prensa, artículos científicos y de divulgación, pero que seguramente no han sido los únicos.

El episodio más conocido fue el de 1976 al cual dediqué dos entradas [1 y 2], debido a toxinas paralizantes (saxitoxinas) en mejillones de las Rías Baixas, por culpa del dinoflagelado Gymnodinium catenatum.

Un total de 176 personas necesitaron atención hospitalaria en España y varios países europeos. No hubo víctimas mortales pero provocó una grave crisis para el sector mejillonero gallego y puso en marcha el control de biotoxinas y fitoplancton tóxico de nuestra región (Reguera y col. 2009).

El síndrome PSP, del cual he tratado en este blog en varias ocasiones, puede ocasionar la muerte en los casos de intoxicación más graves, tanto en humanos como fauna marina. Los síntomas de intoxicación por saxitoxinas pueden durar varios días e incluyen debilidad muscular, entumecimiento, hormigueo, picazón, pérdida de sensibilidad táctil, ceguera temporal, sensación de liviandad (como si flotara uno en el aire). En casos extremos, tras 2-24 horas, la parálisis muscular se extiende y agrava provocando dificultades respiratorias severas y la muerte.

Dinophysis acuminata. Autor: F. Rodríguez

En 1981 sucedió un nuevo episodio de intoxicación por mejillón gallego de origen desconocido. Afectó a unas 5000 personas en la costa levantina española y los síntomas eran como de gastroenteritis (Reguera y col. 2009).

Tras descartar una contaminación bacteriana se asumió, por analogía con brotes en otros países como Francia, Holanda y Japón, que se trataba de toxinas lipofílicas (ácido okadaico). Estos compuestos son producidos por dinoflagelados del género Dinophysis.

Se piensa que los síntomas de malestar gastrointestinal asociados a bacterias en el pasado han sido a menudo debidos a estas toxinas. En 1995 sucedieron tres nuevos brotes de DSP con 61 afectados por consumo directo de mejillón de roca y de batea. Los síntomas típicos del síndrome diarreico son náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, que suelen aparecer entre 30 minutos y pocas horas después del consumo de marisco. A veces se observa fiebre, escalofríos y dolor de cabeza. Las intoxicaciones más graves requieren de hospitalización pero los síntomas remiten en 2-3 días.

Y ahora vamos con otros casos más recientes.

Agosto de 2014. Dos personas fueron atendidas en el hospital do Barbanza (Ribeira, A Coruña), con síntomas de intoxicación (confusión, pérdida de memoria) por toxinas amnésicas (ácido domoico, síndrome ASP).

Luego confesaron haber comprado mejillones directamente a un bateeiro en la Ría de Arousa (Faro de Vigo, 07/VIII/2014). Los congelaron por un tiempo y luego se cocinaron una paella.

Pseudo-nitzschia sp. Autor: F. Rodríguez

Aquellos mejillones se habían cosechado durante un episodio de ASP asociado a diatomeas del género Pseudo-nitzschia. En Californintoxication les hablé de las intoxicaciones ASP, que pueden resultar letales para las personas y la fauna marina.

Los síntomas característicos son gastrointestinales (vómitos, diarrea, dolor abdominal), y/o neurológicos (confusión, pérdida de memoria). En casos graves se observan convulsiones, coma y muerte tras 24-48 horas.

Julio de 2015. Varios miembros de al menos seis familias ingresaron en el hospital de Cee con síntomas de vómitos, diarrea, mareos y malestar general. El motivo fueron unos berberechos que recogieron en la playa de Carnota. Al mismo tiempo se registraron otros casos de intoxicaciones en Fisterra, Caldebarcos (Carnota) y O Ézaro (Dumbría). El motivo: niveles de ácido okadaico (Dinophysis, DSP) seis veces superiores al máximo legal. Así lo describía un vecino de Cee en La Voz de Galicia (08/VII/2015):

«A miña filla estao a pasar mal. Leveina a urxencias e o médico, ademais de darlle tratamento, díxolle que non podía comer nada ata hoxe [por ayer] á noite», cuenta este padre de una familia a la que el marisco tóxico le ha afectado de manera muy irregular. «Foron uns berberechos que apañaron o sábado na praia de Carnota. Á filla fixéronlle dano, a súa nai tamén e, en cambio, aos meus pais, non. Eu tíñaos para comer con arroz, pero penso que non o vou facer».

Mayo de 2016. Cinco miembros de una misma familia fueron hospitalizados en Cee por intoxicación con toxinas lipofílicas después de comer cinco kilos de mejillones, también en paella, que habían adquirido a una vendedora ambulante. Los mejillones procedían de la Ría de Camariñas, cerrada por niveles elevados de dichas toxinas, 10 veces superiores al máximo legal permitido (La Voz de Galicia, 28/V/2016).

La mayoría de seguidoras y seguidores del blog seguramente trabajáis, estudiáis o tenéis mucho interés en temas relacionados con el mar y una opinión informada sobre este asunto. Pero mi intención es que esto llegue también a las personas que se comerían los platos de marisco que les servían al inicio porque desconocen los riesgos.

No pretendo aleccionar a nadie, solamente informar y luego que cada quien decida lo que hace con su salud, pero sabiendo de antemano los riesgos que asume.

Mural de Joseba Muruzábal en Ordes (A Coruña), perteneciente a la serie «Fenómenos rurales». Fuente: El Confidencial

En Galicia coexisten el medio urbano y rural en muchas familias y gracias a ello nos beneficiamos de un trasiego constante de productos de tierra y mar a través de lazos de parentesco o amistad. Todos conocemos a alguien que tiene una huerta y que nos regala a los urbanitas fruta, verdura, legumbres, huevos, etc. A cambio los urbanitas ponemos el vino y/o el postre, qué menos!

También es común, al menos en las poblaciones costeras, que los productos del mar entren en estos intercambios como regalos o a cambio de dinero. En esta categoría entran el pescado, crustáceos y moluscos, más apreciados y que pueden alcanzar un valor importante que «promueve» su comercio furtivo.

El marisco no es imprescindible para vivir, para muchas personas es todo un lujo. Y aquí está la contradicción que no alcanzo a comprender.  Si como consumidores nos preocupamos cada vez más por el origen y la trazabilidad de los alimentos ¿por qué jugarse la salud con el marisco furtivo?

Las toxinas del marisco ni se ven, ni se huelen, ni tienen sabor. En Latinoamérica las llaman por su nombre: veneno. Porque eso es lo que son, un veneno oculto en algunos productos del mar y como tal su presencia debe estar controlada de forma muy estricta para evitar intoxicaciones.

El control de biotoxinas lo ejercen las autoridades competentes, la Xunta de Galicia en nuestro caso. La identificación y cuantificación de las toxinas y sus niveles en los alimentos necesita de análisis previos en los laboratorios del INTECMAR mediante métodos de referencia aprobados en la Unión Europea.

Esos análisis de biotoxinas salen de nuestros impuestos y la seguridad de que el marisco es apto para el consumo depende de ellos y no de la palabra de familiares, amigos o vendedores ambulantes. No jueguen con la salud porque no merece la pena.

Fuente: Faro de Vigo (22-I-2018)

Referencias:

-Ríos A. y col. A Ciencia do Mexillón: ciencias e tecnoloxías mariñas implicadas no cultivo, transformación e comercialización do mexillón (Mytilus galloprovincialis). DIVULGAMAR-CSIC (Instituto de Investigaciones Marinas, IIM), pp. 135 (2010)
-Alfonso A. y col. Yessotoxins and Pectenotoxins. Seafood and Freshwater Toxins, pp. 657-676. DOI: 10.1201/b16662-27  (2014)
-Marine biotoxins in shellfish – Domoic acid. Scientific Opinion of the Panel on Contaminants in the Food Chain (Question No EFSA-Q-2006-065H). The EFSA Journal 1181: 1-61 (2009)
-Marine biotoxins in shellfish – okadaic acid and analogues. Scientific Opinion of the Panel on Contaminants in the Food chain (Question No EFSA-Q-2006-065A).  The EFSA Journal 589: 1-62 (2008)
-Martín Cerdeño V.J. Consumo de pescados y mariscos en España. Un análisis de los perfiles de la demanda. Distribución y Consumo, vol. 4, pp. 18 (2017)
-Pitschmann V. Overall View of Chemical and Biochemical Weapons. Toxins 6: 1761-1784 (2014)
-Reguera B. y col. Episodios de fitoplancton tóxico en la Ría de Vigo. LA RÍA DE VIGO. Una aproximación integral al ecosistema marino de la Ría de Vigo. Instituto de Estudios Vigueses. pp 153-199 (2009)