El mar de Ross…
…Es el más cercano al polo sur geográfico y escenario de algunas de las mayores hazañas de la llamada «época gloriosa» de la exploración antártica a comienzos del s.XX. A él se dirigieron las famosas expediciones de Amundsen y Scott para iniciar sus viajes al polo sur en 1911 y 1912, con fatal desenlace para Scott y varios de sus compañeros.
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El mar de Ross visto desde cabo Evans (2008). Autor: F. Rodríguez |
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Cabaña de la expedición «Terra Nova» de R.F. Scott (1910-1913), con el volcán Erebus al fondo. Autor: Adrian B. |
En su interior todo permanece igual que hace un siglo y despierta admiración imaginar cómo vivían y trabajaban en aquellas condiciones…
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Base antártica McMurdo (EEUU). Autor: F. Rodríguez |
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Foca de Weddell en un respiradero de la ensenada de McMurdo. Autor: F. Rodríguez |
La vida marina tuvo que adaptarse a un nuevo ambiente, muy frío pero estable (entre -2 y 10ºC), menos inhóspito que la tierra firme! En la actualidad encontramos una gran diversidad de organismos marinos perfectamente adaptados a este medio pero incapaces de sobrevivir fuera de la «burbuja climática» de la Antártida. De ahí la fragilidad de este ecosistema que empieza a verse amenazado en las islas subantárticas debido al aumento de la temperatura en las últimas décadas.
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Diatomeas aisladas bajo el hielo en la ensenada de McMurdo, frente a la base con el mismo nombre. Varios autores durante el curso NSF (enero 2008). |
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Colonia de Phaeocystis antarctica, alga haptoficea abundante en las costas antárticas, aislada en la ensenada de McMurdo. |
En el caso del fitoplancton, encontramos los mismos grupos de microalgas que en otras latitudes con la excepción de cianobacterias, poco abundantes en los mares antárticos.
Debido a su adaptación a las bajas temperaturas, la observación del plancton al microscopio requiere de un porta-objetos equipado con un sistema de refrigeración. Si colocásemos la muestra sobre un «porta» normal, la temperatura ambiente y la luz del microscopio la «achicharrarían» en pocos minutos…!!
Las microalgas antárticas viven tanto en la columna de agua, charcas y pequeñas lagunas costeras, como en el hielo, ocupando el agua intersticial en su interior. Con el deshielo estacional, la banquisa de hielo se llega a teñir con el color marrón de las diatomeas y otras algas que proliferan en su interior y terminan por ser «liberadas» en el mar…
Estas proliferaciones de microalgas hacen girar la «rueda» del ecosistema marino y sin estos pequeños habitantes «del hielo» el océano antártico sería un desierto biológico igual que sucede en tierra firme…!!
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En el borde del hielo, cerca del cabo Evans con un pingüino de Adelia. Autor: F. Rodríguez |
Esperemos que la vida natural en la Antártida no se convierta en un «juguete roto» más de nuestros caprichos…Y que los pingüinos nos puedan seguir observando, hasta acercarse a nosotros, con la misma inocente curiosidad ¡¡…pero sin miedo…!!
Referencias: