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La canción del verano

La entrada de hoy es especial ya que la escribí para incluirla en el blog del centenario del IEO,
que aprovecho aquí para recomendarles. El tema era libre y mezclando historia, fitoplancton y Vigo
me salió rápidamente un nombre…

Ramón Margalef
en la campaña Sahara II (1971).
Autor: Santi Fraga.

Ramón Margalef fue un ecólogo y oceanógrafo cuyos méritos científicos alcanzaron una gran repercusión y reconocimiento a nivel mundial.
Su teoría de la información aplicada a la ecología y el estudio de la estructura y sucesión ecológica en el plancton son ejemplos de sus contribuciones más importantes.

En 2004 la Generalitat de Cataluña creó en su honor el premio «Ramón Margalef» de ecología, que el año pasado fue otorgado a la oceanógrafa estadounidense Sallie W. Chisholm.

El significado de esta personalidad de la ciencia del s.XX la resumió el diario «El País» en su necrológica de 2004 y también el ICM (CSIC, Barcelona), en una web dedicada a Margalef. Yo mismo confieso haber leído poco sobre él, pero me propuse enmendar el error…!! 

El ciliado Mesodinium
(600 X).
Campeón de “mareas rojas”
en Galicia
pero absolutamente INOCUO…!!

Y que mejor que empezar por un artículo suyo de 1956 titulado «Estructura y dinámica de la purga de mar en la Ría de Vigo», donde describía la oceanografía y los organismos asociados a las mareas rojas en agosto y septiembre de 1955.

Margalef, al igual que Sobrino en 1918, encontró que el dinoflagelado Gonyaulax polyedra (Lingulodinium polyedra) era abundante, sí, pero no el único responsable de la marea roja: también señaló a otras especies como los dinoflagelados Gonyaulax diacantha, G. spinifera y el ciliado Mesodinium.

Margalef citaba que la coloración producida por los dinoflagelados variaba desde tonos «herrumbrosos», «aceitunados» a otros más «sanguinolentos» en el caso de Lingulodinium.

Una marea roja, seguramente de Mesodinium rubrum.
Nigrán, agosto de 2007. (Autor: Santi Fraga).

Las manchas de color rojo más vivo eran producidas por el ciliado Mesodinium y Margalef las calificó como «degeneradas». 

No piensen mal del pobre ciliado, es porque sus manchas las asociaba con la etapa final en la sucesión de especies…!!

A pesar del día nublado es posible ver la marea roja (una vez más, probablemente Mesodinium)
que apareció frente al centro oceanográfico de Vigo el pasado 22 de abril de 2014. Autor (el mismo del blog).


Las mareas rojas son en Galicia como la canción del verano:
llegan todos los años por la misma época y su éxito es breve…!!

Pues sepan ustedes que mientras Margalef y sus compañeros,
muestreaban las mareas rojas en aquel verano de 1955,
sonaba en todas partes esta bonita canción…

 

Sobre el examen de la coloración en el agua, Margalef mencionaba que «la superficie del agua parece tener propiedades diferentes sobre las manchas […] Se ve más lisa (¿tensión superficial menor?) y frecuentemente acumula espuma […] seguir las manchas desde una embarcación es como pretender cartografiar un conjunto de nubes atravesándolo en un avión […] En términos generales, puede decirse que sólo afectan a los 5 metros superficiales y, posiblemente, el límite inferior de la mayoría de las manchas coincide con la superficie de mayor discontinuidad térmica […] y que se halla entre los 2 y los 3 metros de profundidad.»

 

Los protagonistas de la sucesión ecológica del fitoplancton:
a la izquierda Protoperidinium (dinoflagelado)
y a la derecha Lauderia (diatomea).  La imagen pertenece a una muestra
de la ría de Pontevedra (Campaña DINVER, 2013)
y la realicé a bordo del buque oceanográfico Ramón Margalef (IEO).

En un trabajo anterior («El fitoplancton de la ría de Vigo»), Margalef y col (1955) describían por primera vez la sucesión planctónica en las rías gallegas. Y se referían a ella como un proceso en 3 etapas que abarcaban alrededor de 3 meses.
En la primera etapa surgían las diatomeas de pequeño tamaño, después las diatomeas más grandes con algunos dinoflagelados, y la tercera etapa era el predominio de los dinoflagelados, que es además función de la temperatura y se manifiesta de forma más contundente en verano.

 

Una pareja del dinoflagelado Ceratium furca.
Margalef cita a esta especie como la más abundante
en una marea roja en la ría de Vigo en 1953.

Las mareas rojas serían la culminación de la tercera etapa (dominio de dinoflagelados), siempre y cuando la estabilidad en la ría se mantuviera durante un período anormalmente largo (al menos quince días).

Y para referirse a ella, en lugar de la expresión «purga de mar«, Margalef comenta:
«…preferimos la denominación hematotalasia introducida por SOBRINO (1918), el primer autor español que escribió sensatamente sobre ella».

El «Lampadena» fue utilizado en los trabajos en las rías
del IIM hasta el año 1997.

Los muestreos de estos trabajos de Margalef en la ría de Vigo (y otros muchos en décadas posteriores) se realizaron a bordo de una pequeña embarcación, «Lampadena», que acababa de entrar en servicio en el Laboratorio de Vigo del Instituto de Investigaciones Pesqueras (hoy IIM-CSIC).

El “Cornide de Saavedra” fue el primer gran buque dedicado a la investigación marina, puesto en servicio en 1971 por la Subsecretaría de la Marina Mercante. La primera campaña de pesca que realizó el “Cornide” fue la Sahara I, con Carlos Bas como jefe de campaña.

El «Cornide de Saavedra» tal como era en 1971
Y la primera de oceanografía fue precisamente con Margalef, también en 1971, en el Sahara occidental (Sahara II). De hecho, existe un vídeo publicado en internet de 50 mins de duración en el que se pueden ver a todos los participantes de aquella campaña, incluyendo al propio Margalef y a nuestro compañero Santi Fraga del IEO de Vigo. La lista completa de participantes está en el informe que publicó Margalef en diciembre de 1971, donde dejó constancia además de lo mucho que costó conseguir un buque de estas características:
El Cornide de Saavedra en el puerto
de Santa Cruz de Tenerife (2006)

«España ocupa un lugar importante entre las potencias pesqueras y nos agrada hablar de pasadas hazañas navales; pero la afición actual de los españoles a las cosas de la mar es más retórica que real. En todo caso la investigación oceanográfica estaba muy mal servida en España, en lo que ha de verse un reflejo de escasa inquietud intelectual. Un pesquero transformado, del tiempo de la primera guerra mundial, el «Xauen», mantenido en servicio por el Instituto Español de Oceanografía, fue por mucho tiempo casi el único exponente de la presencia científica de España en la mar […] Recuerdo que tuve que preparar diversos informes en el léxico abominable del español administrativo tratando de justificar que un barco era un instrumento de trabajo necesario para un instituto de investigación pesquera».

Pero la espera mereció la pena !! –Esta fue la primera impresión de Margalef sobre el «Cornide», a su llegada a Las Palmas el 9 de agosto de 1971– «No había visto el barco desde una fecha ya lejana […] Ahora no tenía mal aspecto. Los camarotes podían calificarse de lujosos, por lo menos mi camarote individual, privilegio del jefe de misión, lo que no quiere decir que los otros camarotes fueran peores […] los laboratorios en sí eran espaciosos y cómodos, como raramente se ven en los barcos. Además teníamos aire acondicionado […] Son ventajas que es difícil apreciar en todo lo que valen».
Angeles Alvariño.
Fuente: http://emigracion.xunta.es/

Pasaron los años y aquel “Cornide” que tanto ilusionó a Margalef pasó en 1999 al IEO. Su calendario de campañas se interrumpió en 2013 y hoy en día permanece atracado en el puerto de Marín. Para sustituir al “Cornide” se botaron en 2011-12 dos buques casi idénticos, el «Ramón Margalef» y el «Angeles Alvariño», éste último bautizado en homenaje a la oceanógrafa y zoóloga gallega del mismo nombre.

Alvariño comenzó su carrera en el IEO pero a mediados de los años 50′ se trasladó a EEUU donde realizó la mayor parte de sus estudios científicos, entre otros en el «Woods Hole Oceanographic Institution» y el «Scripps Oceanographic Institute».

 

El «Margalef» en el puerto de Vigo, en 2013.
Autor: Patricio Díaz.





Y para terminar, una curiosa coincidencia: los buques recién estrenados, «Margalef» y «Alvariño», poseen una eslora casi idéntica (46,7 m) a la de los cañoneros «Hernán Cortés» y «Vasco Núñez de Balboa» (47 m), que realizaron las primeras campañas del IEO hace casi 100 años…!!



Referencias:
-Margalef R. Una campaña oceanográfica del “Cornide de Saavedra” en la región de afloramiento del noroeste africano. Inv. Pesq. 35:1-39 (1971).
-Margalef R. Estructura y dinámica de la “purga de mar” en la ría de Vigo. Inv. Pesq 5:113-134 (1956).
-Margalef R, Durán M & Saiz F. El fitoplancton de la ría de Vigo de enero de 1953 a marzo de 1954. Inv. Pesq. 2:85-129 (1955).

 

Barcos que ya no surcan los mares

HMS Beagle en la Tierra del Fuego.
Pintura de Conrad Martens, durante el viaje de 1831-1836.

Los estudios en el medio natural (las campañas oceanográficas y pesqueras) son imprescindibles para conocer los ecosistemas marinos y la relación de la biología con la física y la química del mar.

Hoy trataré de aquellos buques que bien no existen ó duermen en museos, pero a los que la ciencia en general (y la investigación marina en particular) les debe mucho.

Serán «pinceladas»; sus aventuras en muchos casos merecerían entradas por separado…

Charles Darwin (sobre 1840)
Autor: G. Richmond.
Copyright: Assumed Royal College of Sergeons
Fuente: australianmuseum.net.au

Para empezar, cómo no, el HMS Beagle, un velero inglés de la Royal Navy, protagonista de la circunnavegación en la que participó Charles Darwin en 1831-1836. El objetivo principal de aquel periplo era la elaboración de trabajos hidrográficos y cartas náuticas de las costas de Suramérica.
Pero aquel viaje fue mucho más: Darwin extrajo cuantiosa información que le serviría para publicar muchos años después (en 1859) su teoría sobre la evolución y el origen de las especies.

 

La expedición de Amundsen en la Antártida,
con el Fram al fondo (1911).
Fotografía de la National Library of Norway.
Fuente: nationalgeographic.com

En mi caso tengo especial debilidad por las expediciones polares a comienzos del s.XX.

Llegaron a los confines del planeta con unos medios muy limitados gracias a la capacidad sobrehumana
de personajes mitad exploradores, mitad científicos (en distinta medida según los casos) como Fridjtof Nansen, Roald Amundsen, Robert F. Scott ó Ernest Shackleton, entre otros…

Todos ellos llevan unidas a sus hazañas una serie de barcos, como el Fram en el caso de los noruegos, ó el Discovery y el Endurance en el caso de los ingleses.

El museo FRAM de Oslo.
Autor: A. Chirulescu. Wikimedia commons.

El Fram noruego ocupa el primer lugar en mi lista de relatos pendientes sobre barcos.

Este buque sigue existiendo y lo podemos visitar en un museo de Oslo creado en su honor (y que recomiendo). Roald Amundsen puso rumbo a la Antártida en el Fram cuando alcanzó el Polo Sur en 1911. Y ésa no fue su mayor aventura.

Bueno, centrémonos ahora en el caso español, y aprovechando que el IEO (Instituto Español de Oceanografía) celebra este año su centenario, merece la pena viajar en el tiempo un siglo atrás y recordar aquellas primeras campañas.

En aquel turbulento inicio del siglo XX la oceanografía española estaba en pañales y bastante aislada del esfuerzo que otros países dedicaban al estudio de los océanos…

El «Cocodrilo» cuando era todavía un cañonero.
Colección de D. José Lledó Calabuig. Fuente: todoavante.es

En 1906 se creó la Comisión Oceanográfica, un ambicioso proyecto que pretendía instalar dichas comisiones en los principales puertos de la península, empezando por Barcelona.

Para ello utilizarían buques de guerra antiguos transformados en laboratorios, así como embarcaciones específicas cuando fuera necesario realizar estudios de oceanografía en la plataforma continental española.

 

El «Cocodrilo» transformado en laboratorio de la
comisión oceanográfica. Fuente: vidamaritima.com
Laboratorios del «Cocodrilo».
Fuente: vidamaritima.com

Pero no había financiación suficiente para tanto dispendio y sólo se pudo crear la comisión oceanográfica de Barcelona, aplicada a la pesca y dirigida por el capitán de fragata Joaquín de Borja.

A su servicio pusieron un vetusto cañonero de 1870, el «Cocodrilo«, que languidecía en un estado deplorable (según las crónicas), y que fue reconvertido en «buque pontón» para su uso como laboratorio, biblioteca y escuela de zoología marina. La comisión oceanográfica «cerró escotillas» en 1928.

En 1913 se reunió en Roma la Comisión Internacional del Mediterráneo, presidida por el príncipe Alberto I de Mónaco. A pesar de la deficiente preparación, España se asoció a dicha comisión, que acordó las investigaciones y métodos científicos que debían utilizar los países miembros.
Luego, en 1914, se creó el IEO y se iniciaron las campañas oceanográficas en el Mediterráneo…

El cañonero Vasco Núñez de Balboa.
Colección de D. Alfredo Aguilera. Fuente: blog.todoavante.es

El IEO no contaba con buques oceanográficos y se recurrió al Ministerio de Marina para que participasen los cañoneros de 1ª clase del tipo Pizarro: el «Vasco Núñez de Balboa» y el «Hernán Cortés». Eran buques de 47 metros de eslora, con unos 50 tripulantes y armados con varios cañones en proa y popa…

Los cañoneros de aquella clase se construyeron en Escocia a finales del s.XIX para enviarlos a la guerra de Cuba (1898). Allí se enfrentaron a la US Navy, regresaron (que no es poco), y en una segunda vida menos arriesgada se dedicaron a los trabajos de oceanografía con el IEO.

Una red de plancton en el Hernán Cortés durante la primera campaña en las rías gallegas.
Trabajaron en las rías de Vigo, Pontevedra y Arousa  (verano de 1916).
En la imagen se atisban las Islas Cíes al fondo así que debió ser tomada en la Ría de Vigo.
El original apareció publicado en el Boletín de Pescas (septiembre de 1916).

La primera campaña en las rías gallegas duró 2 meses. El director del IEO era Odón de Buen, quien escribió un artículo sobre aquella campaña en el Boletín de Pescas del Ministerio de Marina (septiembre de 1916).

En él decía lo siguiente:

Material oceanográfico en el Hernán Cortés
durante la primera campaña en las rías gallegas.
Fuente: Boletín de Pescas, septiembre 1916.

«El buque (Hernán Cortés) es un viejo cañonero de 300 toneladas que, merced a cuidados extraordinarios, se mantiene aún boyante, y gracias a su poco calado (unos dos metros) puede entrar por todas partes; se hacen difíciles con él largas operaciones a buque parado con aparatos de fondo, por su poca estabilidad, y no pueden intentarse pescas con grandes redes que exigen popa saliente que defienda la hélice de posibles contingencias y cubierta despejada. Ha sido, en cambio, muy fácil el hacer observaciones oceanográficas,…»

Aquella campaña tenía dos finalidades (sigo citando a Odón de Buen):  «iniciar las observaciones metódicas de las aguas del mar en las rías gallegas y resolver el pleito entre los interesados en la pesca, respecto al procedimiento denominado de la Ardora«.

En aquella primera campaña ya se encontraron con las mareas rojas: «Durante este verano hemos tenido ocasión de estudiar la masa rojiza que, en días determinados, invade las rías bajas, coloreando de ocre el agua en grandes extensiones…».

Las observaciones sobre la pesca a la ardora y la explicación que dio Odón de Buen sobre aquella marea roja provocaron una disputa científica en unos términos que hoy calificaríamos de muy rudos. Bromitas las justas…


Agradecimientos:

A Uxía y Alexia de la biblioteca del IEO de Vigo, por facilitarme los artículos
de los Boletines de Pesca que he utilizado para esta entrada.

Referencias:

-de Buen, O. Trabajos españoles de oceanografía: campañas del «Vasco Núñez de Balboa» en el Mediterráneo: finalidad y resultados. La próxima campaña del «Hernán Cortés» por las rías gallegas. Trabajos oceanográficos en San Sebastián. Boletín de Pescas 1: 3-8. Junio 1916.
-de Buen, O. Trabajos españoles de oceanografía: campaña del Hernán Cortés este verano. Boletín de Pescas 3: 2-9. Septiembre 1916.
-Pérez-Rubín Feigl J. Las investigaciones biológico-pesqueras de Joaquín de Borja en el mar catalán (1891-1924) y el pontón oceanográfico Cocodrilo. Revista del Museum Marítim de Barcelona, pp. 99-117, diciembre 2008.
-El Instituto Español de Oceanografía. 75 Años de Investigación. MAPA, pp. 136 (1989).
-Internet: http//www.foro.todoavante.es