La pequeña ciudad corsaria
Imagen de portada: embarcadero de la isla de Batz, desde Roscoff. Autor: F. Rodríguez
Allez viens, j’t’emmène au vent / Je t’emmène au dessus des gens
J’t’emmène au vent (Louise Attaque, 1997)
Et je voudrais que tu te rappelles / Notre amour est éternel
Et pas artificiel
La de hoy es una entrada muy personal. Espero que os guste.
Viajaremos a Roscoff, en la región de Bretaña, y comenzaré por un recuerdo: una comida en la cantina del Hôtel de France en diciembre de 2004. El coche lleno de maletas y cajas. Con ilusión y tristeza a partes iguales. Al día siguiente de vuelta a España tras 2 años en el grupo de Plancton Océanique de la Station Biologique.
Visto desde la distancia es poco tiempo, pero 2 años son más que suficientes para deshacer tópicos sobre países y gentes. Postales descoloridas y estáticas: una respuesta automática y convencional para todo.
Vivimos inmersos en una burbuja cultural que nos hace sentir como en casa, cómodos y seguros. Incluso nos convencemos (a veces) de vivir en el mejor lugar-región-país del mundo.
Pero mudarte al extranjero cambia «las reglas del juego» y enriquece esa burbuja (y a ti como persona) a poco que seas permeable y curioso. Esa fue para mí una de las lecciones más importantes.
Con el tiempo se idealizan los recuerdos y algo de eso habrá porque era muy joven ¡y no me daba cuenta!. Pero casi todo fue positivo y creo que no es idealizar sino ser agradecido.
No daré nombres pero incluyo a muchos franceses, algunos portugueses, un hindú, un australiano y otras nacionalidades con las que compartí trabajo, ocio, risas y cenas en una época que ya pasó pero que guardo con mucho cariño.
La música siempre acompaña a los recuerdos y esta canción tan luminosa de Louise Attaque me transporta a aquel tiempo desde el primer acorde. Como ellos dicen: «vamos, ven, te llevo al viento ; te llevo por encima de las personas ; y querría que recuerdes ; que nuestro amor es eterno ; y no artificial…»
La pequeña ciudad corsaria. Roscoff se encuentra en la entrada de la bahía de Morlaix, archifamosa por sus cultivos de ostras, en la costa sur del Canal de la Mancha. De ahí también los omnipresentes cruceros de Brittany Ferries, las tiendas de licores y productos típicos enfocadas -sobre todo- al turismo inglés. Incluso verás señales en la carretera recordando que debes circular por la derecha.
Las mareas rigen la actividad en puertos como el de Roscoff. Su situación y geografía costera la convirtió en centro neurálgico de la actividad corsaria tras la revolución francesa.
Por un lado, el acceso al puerto de Roscoff era imposible para los buques de guerra de la marina británica, y por otro, el canal de la isla de Batz (justo enfrente), ofrecía abrigo a los corsarios para descargar el botín de sus capturas.
¿Conocéis alguna iglesia con cañones esculpidos en su torre? pues la de Roscoff tiene dos bien a la vista ¡todo un aviso para navegantes!
Es fácil pasear por el centro histórico e imaginar que estás en el siglo XVIII.
Las antiguas casas góticas de los armadores son ahora deliciosas pastelerías o creperías. Y los corsarios dan nombre a alguno de sus restaurantes (Surcouff). Pero sus calles y la arquitectura siguen conservando un encanto único con reminiscencias de ese pasado. Pura Bretaña.
Será por eso (como dice mi colega Christophe Six) que muchos caen enamorados de Roscoff.

Estamos en el 29 (Departamento de Finisterre) y aquí los rangos de marea alcanzan fácil 10 metros, cerca del récord europeo del Mont Saint Michel con 13 m. Para que os hagais una idea: las mareas vivas en Galicia se acercan a 4 m. y las muertas de Roscoff no bajan de 2,5 m.
Frente a la Station Biologique (fundada en 1872 por Henri de Lacaze-Duthiers), un paisaje de rocas, algas y aves marinas te recuerdan que esta costa es muy especial.

Una de las imágenes más impactantes cuando llegas por primera vez es la de ver la ensenada del puerto llena de agua y seca en el mismo día.
Para evitar esto, en poblaciones como Morlaix o Ploumanac’h tienen exclusas o muros submarinos para retener el agua.
La velocidad de la marea provoca que en verano, tomando el sol sobre las rocas, más de una y de uno se hayan despertado rodeados de agua por todas partes, esperando a que la gendarmerie national los rescate. Tal cual nos lo contaron en un tour por la bahía de Saint Anne (Ploumanac’h).
En Roscoff no hay exclusas. Allí el mar va y vuelve todos los días…
De hecho me contaron que se usa la expresión «tirar de la cadena» para referirse al descenso de la marea. Y la encuentro perfecta porque cuando el puerto se vacía parece que alguien quitó el tapón del fondo.
Debido a la turbulencia que generan las mareas la columna de agua permanece mezclada todo el año. Dicho de otro modo: no existe estratificación en verano en la capa superficial.
Así que los nutrientes nunca se agotan completamente y las reinas del fitoplancton son las diatomeas (felices cual cerditos en el barro gracias a dicha agitación).
Aquí la biodiversidad se encuentra sobre todo en las macroalgas y en las comunidades del intermareal, no en el fitoplancton.
Pero ello no quita que en la Station Biologique se encuentre una de las colecciones de cultivos más importantes del mundo (RCC), con un catálogo disponible de unas 5500 cepas (entre virus, bacterias, microalgas y macroalgas), estrechamente ligada a un grupo de investigación de referencia sobre plancton marino (ECOMAP).
El canal de la Mancha es un mar epicontinental -sobre corteza terrestre- y además poco profundo (media de 63 m).
La turbulencia y poca profundidad favorecen la presencia en la columna de agua de especies bentónicas y ticopelágicas de diatomeas (p.ej. Amphora, Diploneis, Fragilaria, Nitzschia y Paralia) que habitan la mayor parte del año en los sedimentos pero que con el movimiento se resuspenden y resultan abundantes -especiamente en otoño e invierno-.
En estas imágenes pueden ver algunas de las diatomeas características de la región…

El retrato actualizado y completo de las comunidades de fitoplancton en Roscoff está disponible en un trabajo (preprint todavía) del grupo ECOMAP de la Station Biologique (Caracciolo y col.). Consiste en un análisis de muestras recogidas en la estación SOMLIT-Astan entre 2009-2016, analizadas mediante microscopía y biología molecular (secuenciación masiva 18S rADN, V4).

Al microscopio las diatomeas ganan por goleada aportando 3/4 de las especies identificadas y casi el 90% de los contajes de fitoplancton.
A mucha distancia están los dinoflagelados con un 15% de especies (pero apenas 7% de los contajes), y luego se reparten los restos los demás grupos (haptofitas, euglenofíceas, ciliados, etc.).
Sin embargo los resultados moleculares (células >3 micras) dibujan otro panorama: 1/3 de las secuencias son dinoflagelados, 22% diatomeas y luego aparecen las criptofíceas (11%) y clorofíceas (4%). Además, varios grupos heterótrofos (parásitos como Cercozoa y Sindiniales; ciliados, etc.) contribuyen juntos un 20% de las secuencias.
En primavera y verano predominan géneros de diatomeas como Chaetoceros, Guinardia, Skeletonema y Thalassiosira. Pero la genética reveló que existe un remanente de pequeñas «nanodiatomeas» que escapan a los contajes tradicionales entre las que destacan Minidiscus en invierno, y otros géneros como Arcocellulus/Minutocellus, Cyclotella y Thalassiosira el resto del año.
Gracias a la biología molecular se detectan parásitos difícilmente reconocibles al microscopio como Cryothecomonas que infecta diatomeas (especialmente Guinardia) y Sindiniales (parásitos de dinoflagelados), que también forman parte importante de la comunidad planctónica «vista» por el ADN.
La comparación directa entre microscopía y biología molecular no es posible dadas las diferencias entre ambas técnicas: las células pequeñas (<10 micras) son inclasificables al microscopio y/o pasan inadvertidas mientras que la genética sobreestima organismos con muchas copias de 18S rADN (dinoflagelados) o aquellos cuyo ADN se extrae y amplifica mejor. Y lo contrario sucede con grupos subestimados porque poseen menos ADN y/o facilidad para amplificarlo.
¿Y qué hay de los virus? Guinardia delicatula es una especie emblemática en las proliferaciones de diatomeas en Roscoff y en general en el Canal de la Mancha. Pues bien: en 2018 Arsenieff y col. identificaron por primera vez unos virus que infectan específicamente a dicha diatomea (GdelRNAV), aislados en la fase final de sus proliferaciones en verano.

Curiosamente pertenecen a la misma clase de virus (Pisoniviricetes) que el SARS-CoV-2 responsable del maldito COVID-19. Ambos son virus ARN monocatenarios positivos (ARNmc+). Es decir: su información genética no está escrita en ADN sino en ARN y en el mismo sentido (+) que las cadenas de ARNm del huésped.
Por eso puede traducirse directamente su ARN a proteínas en los ribosomas de las células infectadas iniciando su expresión y replicación en el huésped. Así, sin más, los muy desgraciados…
Los virus ARNmc+ infectan a toda clase de organismos: desde arqueas y bacterias hasta protistas, plantas y animales (pangolines y murciélagos incluidos como bien sabemos).
En el caso de los virus GdelRNAV que afectan a G. delicatula su genoma de ARN alcanza 9 kb. Resulta pequeño en comparación a los 29 kb del SARS-CoV-2 pero suficiente para infectar y producir 90.000 nuevos virus por célula en menos de 12 horas y aniquilar cultivos de G. delicatula en el laboratorio.
No se cree que dichos virus puedan controlar las poblaciones de G. delicatula en el medio natural sino que forman parte de los patógenos que interaccionan con ellas y que podrían jugar un papel más importante en las fases finales de su proliferación.
En dicho periodo las células ralentizan o frenan su crecimiento y pueden ser más vulnerables frente a los ataques virales tal como se ha demostrado en otras diatomeas como Chaetoceros.
No sé a vosotros pero a mí dadas las circunstancias me apetece terminar con algo que no sean virus…
Durante una estancia reciente en la Station Biologique (oct-nov 2021) descubrí esta canción de Polo&Pan con un título que refleja el leitmotiv del blog: mostrar Les jolies choses como Francia, Bretaña, sus gentes ¡y el fitoplancton por supuesto!
Agradecimientos: a Fabienne Rigaut-Jalabert del grupo ECOMAP (SBR) por las imágenes de microscopía de SOMLIT-Astan.
Referencias:
- Arsenieff L. y col. First viruses infecting the marine diatom Guinardia delicatula. Front. Microbiol. 9:3235 (2018).
- Caracciolo M. y col. Seasonal temporal dynamics of marine protists communities in tidally mixed coastal waters. bioRxiv preprint doi: https://doi.org/10.1101/2021.09.15.460302 (17 Sep 2021).
- Guilloux L. y col. An annotated checklist of Marine Phytoplankton taxa at the SOMLIT-Astan time series off Roscoff (Western English Channel, France): data collected from 2000 to 2010. Cah. Biol. Mar. 54:247-256 (2013).
- Roscoff: un coin de Finistère, plaque tournante au Temps des Corsaires. Karg-Keriven P & Karg F. Atlantis, 128 pp. (2000).